Murió Jorge Alberto "Fino" Palacios, un excomisario rodeado de polémicas

Fue el primer jefe de la Unidad Antirrorista creada luego del atentado contra la sede la AMIA y uno de los primeros responsables de la Policía Metropolitana durante la gestión de Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño. Jorge Alberto Palacios, excomisario general de la Policía Federal y extitular de la fuerza de seguridad porteña, falleció a los 70 años.

Según sus allegados, Palacios, que el 12 de abril próximo cumpliría 71 años, murió a raíz de un ataque cardíaco, mientras tomaba mate en su casa, de Martínez. Hasta hace unos meses estuvo internado en un sanatorio situado en la avenida Córdoba, casi esquina Anchorena, afectado de divertículos.

Antes de protagonizar una serie de escándalos judiciales que lo llevaron a pasar más de un año en la cárcel, Palacios, conocido como "Fino" por su 1,92 m de altura, desarrolló la mayor parte de su carrera en la Policía Federal.

Cómo inspector participó en la investigación del secuestro de Macri, tomado cautivo cuando se desempeñaba como ejecutivo de Socma y cuando todavía no era presidente de Boca.

Cuando era subcomisario, a cargo de la División Operaciones Federales de Drogas Peligrosas, en 1993, se vistió de empleado telefónico para capturar en una estancia de la localidad cordobesa de La Carlotta a Samuel Merkin, un excontador americano a quien el FBI buscó sin éxito durante ocho años y que estaba acusado de lavar dinero para los carteles de la droga.

A partir de su desempeño en el área de lucha contra el narcotráfico se vinculó con James Cheek quien, por entonces, estaba a cargo de la embajada de los Estados Unidos en la Argentina.

Intervino en la investigación del atentado contra la AMIA y fue el primer jefe de la Unidad Antiterrotista, designado por la administración de Carlos Menem.

Pero, en 2001, toda esa imagen que había construido durante 34 años en la Policía Federal comenzó a derrumbarse. La jueza federal María Servini lo procesó como uno los supuestos responsables de la represión durante los incidentes ocurridos en diciembre de ese año en la Plaza de Mayo. Aunque, meses después le dictaron la falta de mérito. No obstante, estuvo detenido treinta días el Cuerpo de Policía Montada, en Palermo.

Hincha fanático de Boca, con dos hijos, logró ascender en la Policía Federal, hasta que, en 2005, durante la administración de Néstor Kirchner, se retiró de esa fuerza federal de seguridad, cuando se desempeñaba como comisario general, a cargo de la Superintendencia de Investigaciones.

En los años posteriores al retiro de la fuerza federal de seguridad, la vida de Palacios, osciló entre su designación como jefe de la Policía Metropolitana y las denuncias por el supuesto espionaje ilegal al cuñado de Macri, realizadas por Ciro James, las imputaciones por el supuesto encubrimiento del atentado contra la sede la AMIA y el procesamiento con prisión preventiva por las escuchas escuchas ilegales a Sergio Burnstein, padre de una de las víctimas del ataque terrorista ocurrido el 18 de julio de 1994.

Según la denuncia de Burnstein, James tenía el aval de dos jueces de Misiones y sus secretarías, que ordenaban las escuchas con la excusa de usarlas en investigaciones penales.

Las escuchas eran realizadas en la SIDE y James retiraba las cintas de ese organismo. El procesado reportaba al exjefe de la Metropolitana, Jorge "Fino" Palacios.

En 2010, el exjuez federal Norberto Oyharbide ordenó su excarcelación y, en 2018, una sala de la Cámara de Casación penal,dispuso la nulidad de la causa contra Palacios.

El exjefe de la Policía Metropolitana también apareció en medio de otro escándalo, cuando fue mencionado en una escucha telefónica entre un reducidor de autos que integraba la banda que secuestró y asesinó a Axel Blumnberg, en 2004 y oficial de la Policía Federal que, supuestamente, le daba protección. Sin embargo, Palacios nunca fue acusado en esa causa