“La idea no era lastimar a las chicas, sino apretar a un tipo”, el nuevo relato de una de las detenidas
Milagros Florencia Ibáñez amplió su declaración indagatoria; también hizo referencia al robo de 400 kilos de droga
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Después de que Magalí González Guerrero, una de las sospechosas detenidas por los homicidios de Morena Verdi, Brenda del Castillo y Lara Gutiérrez, cuyos cuerpos mutilados fueron hallados en el fondo de una casa de Florencio Varela, declarara que el móvil del triple crimen fue el robo de 30 kilos de cocaína y que alguien pagó US$1.000.000 para matar a las víctimas, otra de las imputadas amplió su indagatoria. Afirmó que “la idea no era lastimar a las chicas, sino apretar a un tipo” y sostuvo que detrás de los asesinatos hubo una venganza por la sustracción de 400 kilos de droga.
Así lo sostuvo Milagros Florencia Ibáñez, de 20 años, al declarar ante el fiscal Adrián Arribas, a cargo de la investigación. La joven sostuvo que en su primera declaración no habló de todo lo que sabía por temor.
“Por miedo no pude contar toda la verdad, pido disculpas”, dijo hoy Ibáñez, defendida por los abogados Guillermo Endi y Agustina Vivas Ferlin.
En su declaración indagatoria, Ibáñez sostuvo que González Guerrero mintió ayer cuando ubicó a su tío, Víctor Sotacuro Lázaro, otro de los detenidos, en la escena del triple crimen.
“Quiero aclarar que Celeste estaría mintiendo, dado que reconoce al que baja de la camioneta del lado del acompañante como a Víctor, mi tío, lo cual es totalmente falso, porque en ese horario estaba conmigo dentro del Fox. Y que además el Duro, que todo el barrio lo conoce, es alguien alto y grandote, nada que ver a Víctor”, dijo Ibáñez.
Se refería a las afirmaciones que ayer hizo González Guerero referidas a Sotacuro Lázaro cuando contó lo que había pasado entre la noche de 19 y la madrugada del 20 de septiembre pasado en su casa de Florencio Varela, la escena del triple crimen.

“Llega el viernes [19 de septiembre] y Julio [en referencia a Pequeño J, como se conoce a Tony Janzen Valverde Victoriano ,el sindicado como teórico autor intelectual de los homicidios y preso en Perú] me llama para que le abra el portón. Entra una camioneta blanca y descienden las tres chicas [por las víctimas] y tres masculinos más. Entre esos masculinos estaba Julio, quien me ayudó a cerrar el portón. Ahí me dan plata, 1000 dólares, me lo da el tío de Julio, a quien le dicen ‘el Duro’”, afirmó la imputada.
Cuando los funcionarios judiciales le mostraron fotografías de los sospechosos, González Guerrero identificó al Duro como Sotacuro Lázaro. Era la primera vez que alguien lo ubicaba en la escena del triple crimen.
La hipótesis de los detectives judiciales y de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que participan de la investigación, es que Sotacuro Lázaro, su sobrina y la pareja de esta, la noche del triple crimen, en un auto Volkswagen Fox blanco hicieron de apoyo de las personas que viajaron con las víctimas desde La Matanza hasta Florencio Varela en una camioneta Chevrolet Tracker.
“Víctor antes de subirse al Fox para ir a Florencio Varela venía hablando con el loco David”, dijo hoy Ibáñez.
El loco David, según el expediente judicial, es David Morales Huamani, quien desde anoche tiene una orden de captura nacional e internacional por su presunta participación en los homicidios.
Según Ibáñez, en el Volkswagen Fox viajaban ella, su tío y su novio, de nombre Alex.
“Recuerdo que cuando pasamos por la casa [la escena del triple crimen] vi a una chica junto a otro chico que sería Matías Ozorio [otro de los detenidos y supuesto ladero de Pequeño J]“.

Como se consignó, Ibáñez afirmó que su tío nunca ingresó en la casa donde torturaron y mataron a las víctimas.
“Víctor siempre se quedó en el auto cuando fuimos a Florencio Varela. Los únicos momentos en que bajó del Fox fue para comer una hamburguesa y para cambiarse de lugar con Alex para manejar”, afirmó la joven.
Después hizo referencia a lo que sucedió con las víctimas, según lo que le contó Alex.
“Ese martes [por el 23 de septiembre] a la noche Alex me pidió que lo acompañara a dejar el auto a Quilmes. Volviendo yo lo senté y le dije que me contara que es lo que estaba pasando. Él me dijo que había comprado droga, no sé cuanto, pero varios kilos, que compraron en conjunto con otros, mucha más droga) y me contó que dos días antes del hecho [del triple crimen] se habían robado la mercadería, casi 400 kilos de droga y me dijo ‘perdí plata’. Entonces me siguió contando que el 19 [de septiembre], en realidad, no iban a lastimar a las tres chicas, sino que era a un tipo al que lo iban a apretar para sacarle información de donde estaba la droga”, dijo la joven.
Para finalizar su declaración indagatoria, Ibáñez afirmó: “En ningún momento pertenecí ni cumplí ningún rol en este crimen, yo no iba a ir ni siquiera a ese viaje y me llevaron de casualidad porque yo ya estaba en el auto”.
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