Mataderos es el barrio con más robos de automóviles en la ciudad de Buenos Aires
El área determinada por las calles Alberdi, Guardia Nacional, Larrazábal y Garzón aparece en la estadística del gobierno porteño como el coto de caza preferido de los ladrones de vehículos
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Los escudos del Club Atlético Nueva Chicago y los nombres de jóvenes que han muerto violentamente están grabados con aerosoles en las paredes de dos grandes edificios en la intersección de las avenidas Guardia Nacional y General Garzón, en el barrio de Mataderos. En los alrededores de esas torres -estacionados sobre las veredas- es posible observar autos de diferentes modelos desarmados y sin patentes, ubicados sucesivamente entre viejas curtiembres e inmensos predios industriales. Ese lugar es el corazón de una de las zonas más golpeadas por el robo de vehículos, tal como lo exhibió el mapa del delito presentado ayer por las autoridades porteñas.
Mataderos figura en ese informe oficial con 149 robos de automóviles durante el primer semestre de este año. No hay un registro mayor en los barrios porteños. Y una área aparece como especial coto de caza de los ladrones especializados en robos automotor: el perímetro determinado por las calles Alberdi, Guardia Nacional, Larrazábal y Garzón.
En Mataderos, las avenidas Alberdi y Directorio albergan importantes locales de autopartes. Entre esos negocios funcionan al menos cinco grandes estacionamientos para resguardar los vehículos durante la noche. Los precios mensuales oscilan entre $ 1900 y $ 2300. La encargada de uno de esos lugares, cerca de Guardia Nacional y el único que ayer tenía cupo en la zona, dijo a LA NACION: "Es peligroso dejar el auto en la calle. Se lo van llevando por partes".
En la misma línea se expresó el encargado de otro estacionamiento a metros de la intersección de las avenidas Directorio y Guardia Nacional. Roberto cuida allí los vehículos y comentó: "Las personas tienen miedo cuando tienen que dejarlo en la calle. Estamos en Mataderos. Acá está muy bravo. Se llevan las ruedas, al menos. Si pueden se llevan el auto. Las playas de estacionamiento de la zona están completas".
Por otro lado, un vecino de la zona llamado Diego, que vive en Alberdi al 5400, dijo a LA NACION: "Me robaron el auto acá, a una cuadra. Generalmente se llevan las cubiertas".

Y agregó: "Yo guardo mi auto en una cochera, pero ese día lo dejé afuera. Al mediodía. Quedó estacionado en la calle durante una hora. Cuando fui a buscarlo no estaba".
No muy lejos de allí, en Guardia Nacional y General Garzón hay una docena de improvisados talleres. El olor del aceite y del combustible domina los ambientes. Los mecánicos parecen no buscar nuevos clientes y, con pocos modales, responden bruscamente y sin amabilidad las preguntas sobre reparaciones de vehículos.
Gran parte de esos pequeños talleres barriales de reparación de vehículos está cerca del cruce de la avenida Escalada y la calle Tapalqué.
Más allá de los automóviles y las motos estacionadas en los frentes de estos improvisados locales, las calles de la zona están repletas de vehículos que han quedado inutilizados: algunos lucen como automóviles cuyos dueños nunca pudieron superar los daños provocados por uno o varios robos.
Motos importadas y drogas
También es posible observar en esa zona de la ciudad de Buenos Aires algunos automóviles de silueta moderna, con ruedas relucientes. Pero esos vehículos están estacionados en calles desoladas. Tapados con prolijas lonas que impiden saber el modelo, la patente o la marca. Jóvenes que viven en los edificios cercanos pasan una y otra vez -sin cascos- en sus motocicletas importadas. Algunos consumen drogas entre los callejones de las fábricas.
Los galpones de reparación de automóviles asoman tras casas viejas de diseño español e italiano; allí deambulan algunas personas, sin que el movimiento tenga la intensidad de las cercanas áreas comerciales de Mataderos. Hay vehículos desarmados y otros con partes renovadas que están listos para salir a la calle estacionados entre grúas y grandes herramientas.
En esas calles donde todo gira en torno de las autopartes, los vecinos esquivan con velocidad las preguntas relacionadas al robo de vehículos. Las puertas de los galpones donde funcionan los talleres permanecen sutilmente entornadas después de las 15 y casi no se escuchan voces ni ruidos, más allá de los movimientos vinculados a un operativo de seguridad de la Policía de la Ciudad, cuyos agentes recorren la zona en camionetas y motos.
Dentro del perímetro con mayor riesgo de robo automotor en la ciudad funciona un centro comercial a cielo abierto donde se reparan automóviles y motocicletas; allí, en algunos locales, se ofrecen precios por arreglos integrales que -con repuestos incluidos- pueden ser hasta $ 1000 más baratos que los presupuestos obtenidos en la avenida Warnes.
Promueven las denuncias
El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, afirmó ayer que el mapa del delito de la Ciudad de Buenos Aires permitirá diseñar políticas "más precisas y efectivas para mejorar la seguridad de los vecinos". Y agregó: "Por primera vez tenemos todos los datos del delito denunciado en la Ciudad de Buenos Aires, por eso es muy importante también promover que los vecinos denuncien cada vez más cuando ocurre un delito. Y es importante que la información quede disponible para toda la comunidad".
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