Para Hortel, "fue un pase de facturas"
El jefe saliente del SPF consideró que la evasión fue producto de un plan en contra de su gestión
El renunciante director del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Víctor Hortel, consideró que la fuga de 13 presos del penal de máxima seguridad de Ezeiza "es una factura" que le pasan desde adentro de la institución "por el proceso de transformación" que dijo haber implementado.
"En términos militantes, fuimos la cara visible de la cárcel común para los genocidas y eso el Servicio me lo cobra. Nosotros como militantes sabemos que hay situaciones en las que se gana y otras en las que se pierde. Tenemos que hacernos cargo de los errores", sostuvo, según consignó la agencia de noticias DyN.
En declaraciones al diario Tiempo Argentino, Hortel insistió en que "las fotos del boquete evidencian que eso no se realizó en un día", y señaló que "hay varios celadores en turnos de guardias que no efectuaron los controles en los lugares de alojamiento. Ni jefes que hayan supervisado esa tarea".
Y agregó: "El grosor de lo que han armado, eso no se puede hacer manualmente ni con una cuchara, se necesitan herramientas y esas herramientas aún no aparecieron. A su vez, los soldados de guardia no estaban. Hubo muchas falencias que favorecieron la fuga. No tengo duda de que hubo colaboración y apoyo por parte del Servicio".
Hortel insistió en la asistencia que tuvieron los presos fugados por parte del personal de la prisión de Ezeiza: "Es una factura que me pasan desde el Servicio por el proceso de transformación que implementamos. Nosotros tratamos de ser lo más coherentes posibles con las políticas del gobierno. Si el SPF no tiene predisposición para estos cambios se generan tensiones y pulseadas permanentes por los espacios de poder".
Cuando se le preguntó si había relación entre esta fuga y la de los dos represores que escaparon del Hospital Militar (Jorge Olivera y Gustavo De Marchi) el 25 de julio, indicó que "son dos escenas distintas en las que hay una desidia, una falta de profesionalismo y una falta de compromiso del Servicio en realizar y acompañar los cambios y las políticas que nosotros impulsamos".
"No hay que olvidar que el servicio operativo de esta fuerza estaba a cargo del Ejército. Hay una cuestión cultural que se nota en la violencia institucional, en el respeto a los genocidas de la dictadura", apuntó.
La fuga fue descubierta el martes a la madrugada, en el pabellón B del Módulo 3 de Ezeiza y sólo dos de los peligrosos 13 evadidos fueron recapturados cuando caminaban por la ruta 205, en Cañuelas.
Hortel, antes de presentar su renuncia, desplazó al jefe del penal y a 18 guardias con diferentes niveles de responsabilidad en la custodia de los detenidos en el pabellón donde se alojaban los reclusos fugados.
La gestión del ahora ex director del Servicio Penitenciario quedó envuelta en varios escándalos por permisos de salidas culturales para presos elegidos por la agrupación oficialista Vatayón Militante.
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