Se quería suicidar, les sacó el arma a los policías que intentaron rescatarlo, mató a uno e hirió a otro
Tras los disparos, el homicida quiso escapar, pero fue detenido a las pocas cuadras
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El sargento Germán Farías y su compañero Maximiliano Lescano llegaron a las inmediaciones del aeropuerto internacional de San Fernando después de que una llamada al número de emergencias 911 alertara sobre una persona que quería suicidarse. Los uniformados intentaron impedir que el vecino, un hombre de 38 años, se quitara la vida, pero todo terminó en tragedia.
El hombre, identificado por fuentes policiales como Gabriel Cañete, le quitó el arma reglamentaria a Lescano y comenzó a disparar a los dos policías.

Los policías, que cumplían funciones en el Comando de Patrullas San Fernando, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, resultaron heridos y fueron trasladados de urgencia a un hospital de la zona.
Farías falleció por las graves heridas causadas por los proyectiles disparados por Cañete. Lescano quedó internado en terapia intensiva; tenía heridas de bala en ambas piernas.
“Tras disparar, Cañete huyó de la escena del ataque, pero fue ubicado y detenido por personal policial a las pocas cuadras. Se le secuestró el arma reglamentaria de Lescano. Estaba herido de bala en una mano, un pie y la zona de los glúteos”, explicaron a LA NACION fuentes policiales.
La investigación del homicidio de Farías y las demás circunstancias del caso quedó a cargo del fiscal Martín Otero.
Una de las primeras evaluaciones que realizará la Justicia será determinar si el agresor está afectado por algún problema de salud mental para definir si es imputable por el homicidio del policía Farías. Casos con similares características derivaron en los últimos años en la declaración de inimputabilidad del asesino.
Uniformados caídos
Las circunstancias que rodean a la muerte del policía Farías tienen punto de contacto con el homicidio de Maribel Nélida Zalazar, oficial de la Policía de la Ciudad que fue baleada el 14 de febrero de 2023 por la persona a la que intentó ayudar en la estación Retiro del subterráneo porteño.
Ese hombre, de nacionalidad paraguaya fue declarado inimputable luego de que los peritos concluyeran que comprendió la criminalidad de su acto y quedó internado por orden judicial por representar un peligro para sí y para terceros. La evaluación de su estado de salud mental señaló que sufría alucinaciones. De acuerdo a lo que el juzgado pudo reconstruir, a partir de videos clave y testimonios, todo comenzó a las 10.15 del 14 de febrero cuando ese hombre descendió de una formación del subte C en la estación cabecera de Retiro, ayudado por su pareja y un ocasional pasajero porque tenía dificultad para caminar en una de sus piernas.
En el andén, se acercaron a asistirlo el auxiliar Ariel David Figueroa -empleado de la empresa concesionaria Emova-, y la oficial Zalazar de la División Subte Líneas C, D, E, H y Premetro de la Policía de la Ciudad. Allí, cuando le acercaron una silla, el hombre la rechazó mientras lloraba, transpiraba y decía incoherencias.
Ante la posibilidad de que esa persona tuviera la cadera fracturada, la oficial Zalazar le indicó a Figueroa que trajera una camilla para inmovilizarlo y en ese momento, a las 10.57, según el reloj de las cámaras, el imputado se agachó, se apoderó de la pistola Bersa Thunder de la oficial y, sin mediar palabra, le quitó el seguro al arma, tiró la corredera y le efectuó dos disparos a la altura del cuello. Luego, Valdez hizo varios disparos contra el empleado Figueroa y lo hirió en su glúteo derecho. Fue capturado poco después.
Otro episodio en el que un uniformado fue asesinado por un hombre con sus facultades mentales alteradas ocurrió en septiembre de 2020 frente al Malba.
En la esquina de la calle San Martín de Tours y la avenida Figueroa Alcorta, a metros del ingreso al museo, el inspector Juan Pablo Roldán recibió cuatro puñaladas cuando intentaba alejar a un hombre del grupo de comensales a los que amenazaba. De inmediato, fue trasladado al Sanatorio Mater Dei, ubicado a unos 50 metros, donde falleció. Roldán prestaba servicio en el Cuerpo de la Policía Montada de la Policía Federal Argentina, cuya sede está a 200 metros del lugar donde actuó en defensa de vecinos. El agresor fue abatido.
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