
Bajo la pizza, había cocaína
A domicilio: con la frase clave de "empanadas con morrones", los compradores pedían la droga en Caballito.
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Como para colocarse en buena posición en el ránking de audacias a las que nos tiene acostumbrado el accionar delictivo, hizo su debut la venta de drogas a domicilio disfrazada de inocente pedido telefónico para engullir algunas porciones de pizza.
En el caso, detectado por la comisaría 12a., el propósito de satisfacer afanes adictivos se concretaba llamando a la pizzería "Manuelita", situada en Juan Bautista Alberdi 1134, en el barrio de Caballito.
Si al muy común y ortodoxo pedido de una "grande de muzzarella con fainá", seguía el más extravagante de "media docena de empanadas con morrones", se estaba dando la contraseña para que el envío incluyera cocaína fraccionada.
Fuentes de la dependencia policial consignaron: "Tras varios días y a raíz de una denuncia, la pesquisa telefónica efectuada puso en evidencia la reiteración de pedidos en los que se solicitaban las empanadas con morrones, siempre a continuación de la pizza".
Así fue como en la madrugada de anteayer, efectivos de la brigada antidrogas detuvieron a Jorge Vallena (28) y Maximiliano Araujo (22) -encargado y repartidor del local, respectivamente- en la esquina de Pedro Goyena y Centenera.
La cocaína
Al abrir las cajas que llevaban, los policías se encontraron con que dos de ellas contenían pizza. En una tercera estaban prolijamente colocados 177 ravioles de cocaína bajo un papel en el que se había garabateado: "Empanadas con morrones".
Según las fuentes policiales, la explotación del rubro extrapizzero habría comenzado hace unos cuatro meses y no se descarta que los principales clientes serían estudiantes secundarios de la zona.
El juez federal Claudio Bonadío, a cargo de la causa, la caratuló "Tráfico de estupefacientes" y dispuso la clausura de la casa de comidas.
Los dueños acusan a los empleados
Ubicado en Alberdi 1134, el local de la pizzería donde se realizó el allanamiento, es todo un clásico en la gastronomía pizzera del barrio.
"Por favor, y o no se cómo decirle esto. Pero nosotros no tenemos nada que ver. Somos respetuosos de nuestros clientes y esto es una mala pasada que nos hizo la gente en quien confiamos la entrega de la mercadería", dijo a La Nación uno de los responsable de "Pizza Manuelita".
Lo cierto es que el operativo causó consternación entre los parroquianos y habituales clientes del lugar.
"Es gente tan buena. Yo no lo puedo creer", dijo Beatriz Lacognata, de Alberdi 1236, quien se confesó una "adicta" a la especial de muzarella del local.
La propia policía se encargó de aclarar que la investigación toidavía está en marcha. "No está claro quién es el reponsable de lo que ha sucedido aquí. Lo que sí es evidente es que había una maniobra para colocar estupefacientes en el mercado", dijo un oficial de la comisaría 12.



