Caso Cecilia Strzyzowski. Emerenciano Sena insistió en su inocencia: “No cometí ningún delito”
El piquetero cercano a Jorge Capitanich declaró en el juicio por el femicidio de quien fue esposa de su hijo César
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RESISTENCIA (De una enviada especial).— “Yo no hice nada”, repitió una y otra vez Emerenciano Sena, durante la declaración que duró 38 minutos. ”El que cometió un delito que se haga cargo de su delito“, dijo. Y siguió: ”Si es que sucedió fue aberrante, pero yo no tuve nada que ver con eso“.
“Estoy acá preso acusado de algo que no hice”, insistió. El principal acusado por el femicidio de Cecilia Strzyzowski es su hijo, César Sena, que lo escuchó en primera fila. Emerenciano y su mujer, Marcela Acuña, están imputados como partícipes primarios por el delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo en contexto de violencia de género.
“Algunos me quieren condenar porque corté la calle. Era el mecanismo que en ese momento encontramos para llegar a donde llegamos. Si me condenan, que me condenen porque corté la calle algunas veces. Yo lo único que puedo decir es que ese día hice mi rutina, no cometí ningún delito. Pensé en cualquier cosa, menos en lo que después me dijeron cuando estaba preso", afirmó.
“Yo no tenía que haber estado nunca preso. De un día para el otro empezaron a pedir cadena perpetua para mí. No sé por qué ni basado en qué. No se olviden de la palabra perspectiva. Yo sé lo que significa, es un ángulo”, le dijo al jurado. Y cerró: “Lo único que le digo es que yo no hice nada, que me midan con la vara que dicte su conciencia. Que Dios los bendiga a todos”.
Insistió en que es inocente, dijo que se enteró de la muerte de Cecilia una vez preso y que el día que la mataron él hizo su rutina habitual. “Yo no hice nada. Y no porque yo lo digo, sino porque tampoco está en la investigación“.
“No me investigaron para atrás, qué hice yo los días anteriores. A quienes llamé. Yo no mensajeé a nadie antes ni durante ni después porque no sabía nada. La verdad es que no sé por qué padezco esta situación", planteó.
Sena dedicó gran parte de su declaración a hablar sobre su historia. Se definió como “un hombre común”, un autodidacta que desde los 13 años es albañil y que nunca militó para ningún partido. Contó que son 12 hermanos, que vivían en el campo y se mudaron cuando su papá se fue. “Le cortó el rostro porque nos cagaba a palos a ella y a mí”, dijo llorando.
“Nosotros trabajamos haciendo casas muy lindas para gente de muy buen vivir y después a la noche íbamos a dormir y a vivir con nuestra familia en un rancho de cartón y en la calle de tierra. Cuando llovía nuestro barrio parecía una chanchería a cielo abierto”, describió.
Y ahondó en su teoría: “Yo estaba convencido de que se podía buscar la solución. Que nosotros, sin dejar de hacerle la casa a las ricos, podíamos tener una casa linda y un barrio habitable para nosotros. Teníamos el saber”, planteó.
Se definió como el" rey de los crotos": “Yo me consideré y le dije siempre a los compañeros: ‘véanme como el rey de los crotos’. Soy el croto que más entendió de la cuestión, nuestro verdadero problema. Es así que nos fuimos juntando durante décadas, no para hacer un asentamiento, sino para construir y demostrar que nosotros éramos capaces de construir lo que es hoy el barrio”.
“No creo que me condenen porque haya construido el barrio. Otro delito no cometí. Ese es mi logro, que me hayan seguido, que hayan entendido, que ese era el camino para que ellos dejen de vivir en rancho“, dijo.
Insistió con que su misión era hacer algo para todos. “Nunca quise tener casa, no tengo nada a mi nombre por eso. Tengo un pensamiento que es mi pensamiento: soy enemigo de la propiedad privada, estoy en contra. He visto familias enteras pelearse por eso”.

Relató que se dedicó a trabajar. “El que cometió un delito que se haga cargo de su delito. Yo elegí hacer. Y eso sí puedo demostrarlo, porque está el barrio”, apuntó.
“Y el barrio está hasta hoy ahí. No hay ni una casa que se haya quebrado, ni un piso que se haya hundido. Tiene todos los beneficios, todo lo que le que le corresponde tener a un ser humano: agua, luz, pavimento, centro de salud, jardín de infantes, escuela primaria, escuela secundaria, escuela terciaria, cancha de fútbol, de tenis, de básquet, pileta de natación. Lo que deberíamos tener todos, con la única diferencia que ni una empresa hizo plata construyendo eso. Yo no me quedé con ninguna casa y ni una persona va a decir que a alguien le cobró un arroz”, enumeró.
“Yo solamente fui un intermediario y estoy orgulloso de haberlo hecho”, remarcó. Se ofreció a responder preguntas, pero ni la defensa ni la fiscalía quisieron hacerlo.
“Si hay un culpable que lo pague”
Después fue el turno de sus colaboradores, acusados de encubrimiento. Todos pidieron que el culpable pague por lo que hizo y dijeron no saber que estaban involucrados en el ocultamiento de este crimen.
La segunda en declarar fue Fabiana González, mano derecha de Marcela Acuña, acusada de limpiar áreas específicas y gestionar la donación y traslado de una cama y un colchón manchados con sangre de Cecilia. “Ese día que la señora Acuña me pidió que done la cama, le llamé al que siempre sacaba las donaciones porque ahí funcionaba la fundación también a la vez. Nunca me imaginé, no vi que tenía sangre, como dice”, señaló.
En pocos minutos y entre lágrimas se mostró agradecida con Marcela y Emerenciano a quienes definió como sus papás. “De los 15 años que estoy en el movimiento. Fui criada por mi abuela. Cuando falleció yo no tenía para comprarle un cajón para velarle dignamente. Y ellos fueron los que siempre me ayudaron, desde ese día. Y de ahí me puse a trabajar con ellos”, contó.
“Mi bebé tenía dos años y medio cuando me detuvieron. Ahora tiene cinco. Se quedó con su hermana y yo quiero estar con mi hijo. Si hay un culpable que lo pague. Les pido de corazón. Yo soy mamá y sé lo que puede sentir esa mamá. Nunca pensé vivir esta tormenta”, agregó.

“Lo único que digo es que soy inocente de todo lo que se me imputa”, dijo Griselda Reinoso, señalada por haber avivado el fuego donde habrían incinerado los restos de Cecilia. Afirmó que aquella noche estuvo en un asado en la casa de un vecino, que no vio ningún fuego encendido y que recién se enteró de lo ocurrido cuando fue detenida.
Su expareja, Gustavo Melgarejo, casero del campo, también detalló esa noche que fueron a comer a lo de su vecino Ríos, quien testificó en la causa. “Estoy acá por una cosa que me acusan, que yo no hice. Lo único que quiero es que pague el que realmente hizo las cosas, el que es el culpable“, dijo.
Contó que días después descubrieron una quemazón en el Campo Rossi y relató otra tarde en que Obregón y César le pidieron una pala. ”Llegaron y me pidieron una pala, le dije dónde estaba. Me dijeron que iban a buscar tierra para las plantas. Se fueron y yo seguí con mi trabajo, dándole de comer a los animales. Después volverion, dejaron la pala y se fueron. Y de ahí no les he visto más", afirmó.
La última en declarar fue Marcela Acuña, quien también consideró que “sería sano” que César “diga si sucedió algo”. Aseguró ser inocente. Negó en todo momento haber sabido que había un cuerpo en su casa y también haber dado órdenes sobre qué hacer con él, pero admitió haber pedido que le “saquen el problema“.
El caso
A Cecilia Strzyzowski la mataron el 2 junio de 2023 en la casa de la calle Santa María de Oro 1460 de esta ciudad, donde vivían Emerenciano Sena y Marcela Acuña, los poderosos piqueteros que construyeron su imperio aliados a Jorge Capitanich y cuyas caras hasta ese día estaban en las boletas de una de las listas colectoras que acompañarían al gobernador. Fue después de las 9.15, cuando las cámaras registraron su última imagen entrando a la vivienda con su pareja, César Sena, el hijo de 19 años de ambos. Cecilia nunca salió de ahí, al menos viva.
Los tres llegan acusados por el delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo en contexto de violencia de género; César, en carácter de autor, y sus padres, como partícipes primarios.
Además del clan Sena, están imputados sus colaboradores Fabiana Cecilia González, José Gustavo Obregón, Gustavo Melgarejo y Griselda Lucía Reinoso, por el delito de encubrimiento agravado.
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