Científicos producen larvas de centolla para repoblar el Beagle
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USHUAIA.- Como si fuera una enorme nursery científicos de esta ciudad trabajan desde hace años en el estudio de larvas y juveniles de centolla, lo hacen en un aquarium acondicionado a tal fin donde generaron condiciones similares al del Canal Beagle. Ahora lanzaron a las aguas las primeras diez mil centollas de 60 días de edad para estudiar como crecen en un ambiental natural, como parte de una investigación científica que busca mejorar la población natural de centollas en el canal.

Tal como se hace con los alevinos de trucha, que nacen en una piscicultura y se los lleva a su hábitat natural después de haber superado una etapa crítica de su ciclo de vida, el laboratorio de Biología de Crustáceos del Centro Austral de Investigaciones Científicas, CADIC de Ushuaia, que depende del CONICET está desarrollando a escala piloto el cultivo de larvas y juveniles de centolla para subsidiar la población natural del Canal Beagle.

El proyecto busca desarrollar el conocimiento y la tecnología para el cultivo de larvas de centolla para que pueda realizarse el repoblamiento del recurso en el Canal Beagle, lugar donde entre 1994 y 2013 estuvo vedada la pesca de centolla por la escasez del recurso, restricción que se levantó pero, según creen los científicos sin información suficiente sobre la recuperación de la población.

Manjar de la isla
Pese a ello, el crustáceo es uno de los ingredientes más apetecidos de la isla, por el sabor exquisito de su carne y también suele considerarse la marca distintiva de la gastronomía fueguina. Es un pariente del cangrejo tiene 8 patas largas y un caparazón que no sobrepasa los 20 cm de diámetro, con un peso que puede llegar hasta los 2 kg. Pueden llegar a vivir hasta los 25 años, se reproduce una vez al año y las hembras pueden producir hasta 30.000 huevos.

La pesquería de la centolla en el Canal Beagle empezó en la década del 30, con el correr de los años la pesca se fue perfeccionando y el volumen fue mayor. La de los 70 fue la década de mayor extracción a la vez que empezó a decaer los parámetros poblacionales. “Ya en el año 2000 empezamos a pensar en fomentar el repoblamiento. El colapso de la población de este tipo de crustáceo, no es solo de acá, por eso varios integrantes del equipo viajaron a Alaska donde también se investigan sobre métodos de repoblamiento y estamos en permanente contacto con ellos”, detalló el director técnico del proyecto, Federico Tapella, doctor en biología e investigador CADIC-CONICET.

“El proceso consiste en cultivar los primeros estadios de vida de este crustáceo en un criadero (hatchery), superando así una de las etapas más vulnerables de su ciclo vital. A partir de hembras salvajes que liberan sus larvas en el acuario de experimentación del CADIC, los pequeños individuos pasan una etapa de 20-70 días de cuidados intensivos en esas instalaciones para maximizar su supervivencia”, detalla el científico.

Estudios
La cadena de trabajo en estos años fue ardua y en varias dimensiones. Hubo varias tesis de post grado que investigaban desde el proceso biológico para desarrollar el cultivo, las condiciones de desarrollo, hasta el canibalismo entre los juveniles que dificulta la supervivencia. Los pescadores artesanales de Ushuaia también colaboran con ellos y los proveen de las hembras salvajes con huevos, las que colocan en el aquarium dentro de un establecimiento de 12x7 metros, luego las van seleccionando para extraer las larvas, a las que finalmente les darán las condiciones óptimas para maximizar la supervivencia.

Para ello acondicionaron un acuarium experimental de re circulación de agua de mar donde controlan la calidad del agua mediante filtros esterilizadores y enfriadores, que van monitoreando para lograr un ambiente similar al del mar. Para llevar adelante este proyecto cuentan con el financiamiento del Consejo Federal de Ciencia y Técnica (COFECYT-MINCyT) a través del programa PFIP Espro, CONICET y FONCyT.

El científico explica que los estadios tempranos de los crustáceos tienen una tasa de mortalidad estimativa del 95% antes del llegar a la edad adulta. Recién cuando los machos llegan a los ocho años está permitida su extracción para el consumo humano. “Con repoblar, lo que buscamos es desarrollar una herramienta que se sume al manejo convencional que se hace actualmente, para cuidar el recurso”, detalla Tapella. Este año produjeron cerca de 25.000 larvas que llegaron a los 70 días de gestación y decidieron avanzar en un paso más: promover el crecimiento controlado de las mismas pero en las aguas del Canal de Beagle.
“No están libres de todo, sino protegidas de los predadores. Y las iremos controlando dentro de los bolsones para ver como es su crecimiento”, detalla Tapella. Para ello, un mes y medio antes, depositaron 20 bolsos de malla fina en el Canal Beagle a 5 km de Ushuaia a 5 y 10 metros de profundidad. Lo hicieron con antelación para lograr que se vaya adhiriendo a las bolsas el alimento de las larvas.

En estos días, el equipo del CADIC depositó allí 10 mil megalopas (último estadio larval) y juveniles de 70 días de desarrollo para que pasen la etapa de engorde y transición que permitirá evaluar su supervivencia durante los primeros meses de vida.
El Dr. Gustavo Lovrich, director del laboratorio afirmó “Esta es la primera vez que se hace un subsidio poblacional de centollas en Sudamércia y los resultados del cultivo resultan alentadores para promover políticas de repoblamiento del recurso tanto en aguas del Canal Beagle como en otras áreas del Mar Argentino donde se pesca centolla”.




