¿Bajan los precios en febrero en los centros turísticos?
Disminuyen los valores para alquilar carpas y algunos alojamientos son más accesibles; en gastronomía no se esperan variaciones
LA NACION
Tradicionalmente, y este año no parece ser la excepción, durante el mes de febrero disminuye la afluencia de visitantes en los distintos centros turísticos. LA NACION realizó un relevamiento para determinar en qué medida esta merma se refleja en precios más bajos.
En Mar del Plata, donde la oferta playera es mucho mayor y más diversa que en otras ciudades balnearias, los precios de las carpas y sombrillas varían entre un 15% y un 50% menos respecto a enero. Los descuentos se hacen más marcados a medida que se avanza hacia los balnearios más exclusivos, como los de la zona sur o los de Playa Grande, donde hay carpas que cuestan más de 3500 pesos la quincena durante enero y en febrero se conseguirán por 2700 pesos.
En el caso de Pinamar, según comentaron a LA NACION los dueños de diferentes balnearios, hasta hace algunos años atrás, febrero era un mes casi sin actividad. De un tiempo a esta parte comenzaron a notar más interés de los veraneantes por las playas en ese período. Los precios son sensiblemente más bajos. En balnearios de diferente estilo (desde los más top hasta los más familiares) se pueden encontrar rebajas cercanas al 40% en el precio de las carpas y el espectro de precios durante febrero arranca desde 2000 pesos.
La impresión general en la costa es que hay un mayor cuidado del bolsillo. "Hoy en día bajan mucho mejor preparados a la playa, con heladeritas. Eso no se veía antes", cuenta Diego, un vendedor de choclos en Pinamar. "También prefieren ir a comer a la casa", agrega.
La realidad es que los precios de la gastronomía en la playa subieron alrededor de un 20% con respecto al 2010/2011 y la gente prefiere ser más precavida. Según varios comerciantes ambulantes, las ventas bajaron al mismo ritmo que subieron los precios.
"Hoy, en un buen día, estamos vendiendo 140 churros por día. El año pasado hacíamos un promedio de 200", comenta Marcela, cerca del Faro de Mar del Plata. "En años anteriores vendíamos casi 100 gaseosas por día. Este enero hubo días en que vendimos 4 o 5", precisa Martín, que trabaja en las playas de Pinamar.
Para febrero, el panorama de la gastronomía ambulante no parece muy diferente al de enero. Tanto en Pinamar como en Mar del Plata, la mayoría de los vendedores consultados aseguran que mantendrán los precios.
La gastronomía en los paradores parece seguir los mismos carriles. "Los precios en febrero no se tocan", aclara Víctor Arandía, responsable de Claro Abracadabra Beach. Pero, completa: "Para atraer a los consumidores al parador hacemos promociones".
Por su parte, Jorge Molinatti, responsable de Arena Beach, tampoco ve viable un retoque en los precios para febrero. "Es un mes casi muerto. La gente viene y se da sus gustitos. Nosotros les damos los mismos servicios que en enero, pero para mediados de mes ya dejamos de reponer algunos platos", indica.
Alojamiento con rebajas
En el caso de los hoteles, si bien febrero es un mes menos concurrido, sigue siendo temporada alta, lo que hace que la reducción de las tarifas sea casi imperceptible, salvo promociones especiales.
Los alquileres son un caso aparte. Tradicionalmente febrero es un mes de menos trabajo. El grueso de los veraneantes abandona la playa y los precios suelen acomodarse a esta tendencia. Si bien el valor de las propiedades depende mucho de su ubicación y de las necesidades de su dueño, los precios tienden a acomodarse en un 20% menos que durante enero. Así es como un departamento de 3 ambientes para cuatro personas en Playa Grande que, durante la segunda quincena de enero rondaba los 7500 u 8000 pesos, en las primeras semanas de febrero puede llegar a costar entre 5500 y 6000 pesos.
En Punta del Este
Los alquileres para febrero en Punta del Este se están concretando aproximadamente al 60% del valor de enero. Una casa en La Mansa, que en enero se alquiló a 10.000 dólares por todo el mes, en febrero se cobrará a 6000 dólares
Si bien es una tendencia, siempre puede haber variaciones según cómo se desarrolle lo que resta de la temporada.
Los precios de restaurantes y servicios en la playa se fijan a fin de diciembre y rigen todo el verano.
Con la colaboración de Nelson Fernández, corresponsal en Uruguay
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