
Cremaron los restos de la argentina muerta en Turín
Las cenizas de la anarquista María Soledad Rosas llegarían este fin de semana; volvieron a protestar sus seguidores.
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TURIN (ANSA).- Una semana después de su suicidio, los restos mortales de María Soledad Rosas, la joven anarquista argentina que se ahorcó en el norte de Italia, fueron cremados ayer en presencia de un grupo de "squatters" que dio el último saludo a su amiga, con 40 minutos de intenso silencio.
Los jóvenes cubrieron de flores el féretro de "Sole", como la llamaban todos, antes de que entrase en la sala crematoria, y se alejaron posteriormente del cementerio monumental de Turín, donde un imponente despliegue de fuerzas del orden mantenía a distancia a los periodistas de los "squatters".
Los jóvenes rebeldes que ocupan viejos edificios no llevaron carteles ni lanzaron consignas, ya que sólo iban a rendir homenaje a esa amiga que se quitó la vida, porque -dicen- se sentía injustamente implicada en la investigación sobre los atentados contra vías de ferrocarril de alta velocidad y repetidoras de televisión.
A la salida del cementerio, sin embargo, un grupo de "squatters" gritó rabiosos insultos y amenazó a los periodistas presentes, a los que odian.
"Periodistas malditos, que los cremen a todos ustedes", y "ahora están defendidos por la policía, pero ésta no está bajo sus casas", advirtieron algunos a gritos. La calma se restableció en cuanto los cronistas acogieron la invitación de las fuerzas del orden y se alejaron del lugar.
Fuerte operativo de seguridad
La policía impidió a la prensa asistir a la cremación y reforzó, además, la vigilancia en toda la ciudad, sobre todo cerca de las redacciones de diarios y agencias de prensa, para evitar posibles actos de violencia.
Al no poder entrar, la reconstrucción de aquellos minutos en los que los jóvenes dieron el último saludo a su difunta amiga fue posible gracias al relato de testigos, entre los cuales estaba Luciano Scagliarini, presidente de Socram, el ente que se ocupa de la cremación.
"Fue una manifestación muy digna y conmovedora, que revelaba la profunda unión de estos muchachos con la joven", explicó.
La ceremonia de la cremación -autorizada por el marido "pro forma" de María Soledad, Luca Bruno, con quien se había casado para obtener la ciudadanía italiana- duró menos de dos horas, y en ella participó el padre Luigi Ciotti, sacerdote de la comunidad de rehabilitación de Cúneo, en la que "Sole" transcurría el arresto domiciliario y donde se ahorcó.
"La despidieron con el rito del silencio, como se hace en Oriente, y participó el mismo padre Ciotti, que no profirió palabra", explicó Scagliarini. Algunos de los aproximadamente 80 "squatters" que acudieron al lugar no pudieron evitar derramar unas lágrimas, y todos ellos despidieron a su amiga tocando el ataúd con una caricia.
Mientras tanto, Turín, capital industrial del norte del país, permaneció tranquila a pesar de los temores de una manifestación europea de "squatters", para la cual habían sido emplazadas unidades policiales en los puntos neurálgicos de la ciudad.
Por el momento fueron desmentidas las noticias sobre la convocatoria de manifestaciones nacionales, pero seguramente se decidirán otras iniciativas en recuerdo de María Soledad.
Las cenizas de la joven serán entregadas hoy a su marido legal, quien se encargará de hacer los trámites necesarios para que sean embarcadas a la Argentina. Según fuentes periodísticas del lugar, ya se firmaron acuerdos con la empresa de pompas fúnebres que garantizarán, probablemente hoy mismo, el retiro de la urna con las cenizas y su traslado, por vía aérea, a Buenos Aires.
Traslado y misa
En Buenos Aires, la madre de María Soledad, Marta Rosas, informó a La Nación que desde el momento en que Luca Bruno firmó la autorización para cremar los restos de su hija, la cancillería argentina está trabajando en los trámites para el traslado de sus restos. Estos podrían llegar a nuestro país este fin de semana. Hugo Pruzzo, abogado de la familia en Italia, colabora para acelerar los trámites de la documentación.
Hoy a las 8 se celebra una misa en su memoria en el colegio Río de la Plata, al que asistió la chica de 24 años que se suicidó en Italia.
Marta Rosas afirmó que su marido, Luis, y ella estuvieron en Italia acompañando a su hija durante los meses de abril y mayo. No regresaron allí cuando se enteraron del suicidio de Soledad, explicó, debido a que les aconsejaron que no lo hicieran para que esa actitud no fuese confundida con algún tipo de motivación política o de apoyo al grupo radicalizado que tiene a Sole como heroína.
"Estuvimos con ella desde el momento en que fue arrestada. Estaba muy deprimida, pero si me hubiese imaginado que iba a tomar esa determinación, nunca me hubiera ido de Italia", concluyó la madre.
Sole fue arrestada en marzo último junto a su gran amor Edoardo Massari -que se suicidó en prisión- y a Silvano Pelissero, acusados de haber cometido acciones de sabotaje contra instalaciones de energía eléctrica, repetidoras de televisión y vías de ferrocarril de alta velocidad en los alrededores de Turín. Ayer, mientras en el cementerio tenía lugar la cremación, el abogado de Pelissero pidió el arresto domiciliario para su cliente, actualmente en huelga de hambre.





