Cuáles son las nuevas corrientes de alimentación que curan y mejoran la vida
Vivimos en una era donde los alimentos procesados industrialmente están a la orden del día. Los supermercados están colmados de comida envasada, alta en grasas, azúcar y sal, pero fácil de preparar. Elegimos “comida rápida” porque tenemos muy poco tiempo para cocinar o para comer y no nos damos cuenta de que esto conduce al sobrepeso, y de que los aditivos que se utilizan provocan enfermedades crónicas y alergias.
Frente a este panorama, desde principios del siglo XX fueron surgiendo distintas terapias y doctrinas que tienen como base la frase del médico griego Hipócrates: “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento”, y desde hace décadas postulan que es posible prevenir o revertir enfermedades prestando atención a lo que comemos.
La mayoría de ellas propone simplemente volver a alimentarnos de frutas, verduras, hierbas y semillas, como hacían nuestros antepasados que comían lo que la tierra les ofrecía. Otras, sin embargo, van más allá y sugieren no someter a los alimentos a ningún proceso; es decir, mantenerlos “vivos” para conservar al máximo la calidad de los nutrientes. Pero todas persiguen el mismo objetivo: escuchar a nuestro cuerpo y estar en armonía con la naturaleza.
Dicen que se necesitan 21 días para cambiar un hábito y en el terreno de los estilos de alimentación son muchos los que afirman que esto es cierto. Por eso, a continuación, te contamos algunas de las propuestas para empezar este año con un cambio de vida.
Limpiar y desintoxicar el organismo
Alimentarse a conciencia es la base del clean eating (“comida pura y limpia”), que implica comer únicamente alimentos naturales, enteros y sin procesar. El término surgió en Estados Unidos, a mediados del siglo XX, y su lema es “somos lo que comemos”. Por lo tanto, cuantos más natural comamos, mejor y con más energía nos vamos a sentir.
El objetivo es
- Alejarse en la medida de lo posible de los alimentos procesados
- Comprar y cocinar nosotros mismos
- Comer menos cantidad en cinco o seis veces a lo largo del día
- Priorizar la calidad y tomarnos el momento de la comida con calma, porque la manera de ingerirla es también fundamental.
- Idealmente, los alimentos deben ser orgánicos y de estación; es decir, volver un poco a las raíces, a cómo se alimentaban nuestros abuelos, que no comían frutillas en invierno porque era imposible conseguirlas ni repollo en verano.
El foco está puesto en elegir alimentos saludables, sino en mantener la salud. No se trata de una dieta en sí, sino más bien de un estilo de vida holístico y sostenible, un cambio de hábitos, que siempre debe estar acompañado por ejercicio físico. Si bien la base de la comida clean son las frutas, las verduras, las hierbas y las semillas, también se puede comer carne, huevo, leche y otros derivados de origen animal, pero solo una vez a la semana.
La terapia Gerson
Max Gerson fue un médico alemán radicado en Estados Unidos que desarrolló una terapia (Terapia Gerson) en la década de 1920 centrada en el concepto de que cada uno tiene el poder de curarse a sí mismo. Sufría migraña y cuando dejó de comer carne y alimentos procesados o sometidos a agroquímicos se curó. Más tarde, aplicó esta fórmula con sus pacientes, en especial con aquellos que padecían cáncer.
A través de métodos naturales que incluyenalimentos orgánicos, jugos, desintoxicación y suplementos que activan el potencial curativo que hay en cada uno de nosotros la artritis, las enfermedades cardíacas, las alergias y las degenerativas.
Desintoxicar el cuerpo de los desechos químicos que ingerimos a diario con los alimentos procesados es la premisa de muchas dietas detox, que buscan regenerar el hígado, limpiar el cuerpo completamente, incluso con lavajes de colon y purgas, para volver a empezar. Para eso, la Terapia Gerson utiliza como tratamiento esencial los jugos de frutas y verduras frescas. Es una preparación rápida y efectiva para darle al organismo los nutrientes de calidad necesarios para su recuperación. ¿Cómo funciona? Se deben tomar 13 vasos de 250 ml al día (cada una hora) recién hechos para evitar la oxidación y la pérdida de nutrientes. Siempre es importante también beber agua durante todo el día.
Fermentados y probióticos, siempre vivos
La acción de fermentar ciertos alimentos es una práctica extendida en muchísimas culturas y con múltiples beneficios para el cuerpo. Entre los principales: conserva y multiplica las bondades de esos alimentos, facilita la digestión, ayuda a cuidar la flora intestinal, potencia las vitaminas y facilita la absorción de los nutrientes. Algunos de los alimentos fermentados más beneficiosos son: kombucha, kéfir, chucrut, kimchi, yogur, miso y tempeh, pero hay muchísimos más.
En Facebbok, existen distintos grupos que en la Argentina intercambian preparados, información y experiencias sobre el amplio mundo de los alimentos biotransformados mediante la fermentación, como es el caso de Alimentos fermentados, un buen nexo entre los amantes de la alimentación saludable. El poder de los probióticos
Otra cara de la cocina viva son los probióticos, un grupo de alimentos que contienen cultivos vivos de microorganismos beneficiosos para la salud. El término deriva del griego y significa “a favor de la vida” (pro: promover; biótico: de vida), todo lo contrario de antibiótico (“anti vida” o “contra la vida”). Entre ellos se encuentra el kéfir, unos nódulos que se se pueden cultivar en líquido (leche de semillas, agua o juegos de fruta), que se toma colado (sin los nódulos) o fermentado en una textura similar al yogur. Al ingerir este alimento los organismos vivos se alojan en el intestino y ayudan a mantener el equilibrio de las bacterias intestinales, mejorando los problemas digestivos y previniendo el crecimiento de bacterias dañinas como la Salmonella o la E. coli. También es ideal para las personas intolerantes a la lactosa, porque es rico en calcio; retrasa el desarrollo de la osteoporosis, mejora las alergias y el asma, y puede llegar a inhibir el crecimiento de células cancerígenas.
Depuración, un hábito necesario
Néstor Palmetti es un dietista y técnico en Nutrición Natural que lleva más de 20 años promoviendo los beneficios de la depuración en su hostería naturista ubicada en Villa de las Rosas (Valle de Traslasierra, Córdoba). Lo que propone es experimentar en forma guiada el proceso depurativo en estadías de hasta diez días donde se lleva a cabo higiene intestinal, limpieza hepática, depuración de fluidos internos, desparasitado, reposo digestivo, oxigenación interna y modificación de los hábitos alimentarios, todas terapias que buscan desintoxicar el cuerpo para acercarnos a nuestra real dimensión como seres frugívoros.
Otra propuesta es la de Retiro Verde, donde Matías Cosentino, doctor en acupuntura, especialista en alimentación consciente y depuración corporal, junto a su mujer Josefina Villar, organizan talleres de un día o retiros detox de 4 días con jugos verdes que ayudan a restaurar el equilibrio ácido-alcalino (pH), desinflamando los tejidos y permitiendo que el cuerpo active sus propios mecanismos de autocuración.
Ayuno, un camino para restablecer la salud
Desde siempre, el ayuno fue considerado una “cura milagrosa” y utilizado por los maestros espirituales de todas las religiones y por los antiguos médicos para tratar a sus pacientes. Y lo cierto es que desde la época de las cavernas estamos diseñados para pasar un período de ayuno, cuando escaseaba la comida. Sin embargo, hoy nos resulta casi imposible hacerlo porque la cultura moderna nos convenció de que tenemos que comer y comer sin parar.
Siempre previa consulta al médico, existen distintas formas de ayunar. Una de ellas es la fórmula que aplicó Joe Cross, un australiano que padecía urticaria crónica, tomaba infinidad de medicamentos por día y pesaba 140 kilos. Su objetivo fue atravesar Estados Unidos, uno de los países con los índices más altos de obesidad del mundo, en 60 días tomando solamente agua y jugos verdes hechos con su propia juguera conectada a una batería en el baúl de su auto. Su experiencia, y cómo en el camino fue contagiando a otros, se puede ver por Netflix en la primera parte del documental Fat, sick and nearly dead (Gordo, enfermo y casi muerto), una verdadera muestra inspiradora sobre los resultados del ayuno para luego cambiar los hábitos alimenticios y lograr una vida llena de energía y más sana.