“Desprendimiento de asfalto”. Se reactivó Aeroparque luego de más de tres horas de vuelos suspendidos en un día marcado por el calor
La interrupción de la operatoria del aeropuerto porteño generó múltiples inconvenientes en el país; se derivaron aviones a Ezeiza y hubo cientos de pasajeros con despegues demorados incluso hasta la madrugada
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Tras permanecer cerrada durante cerca de tres horas, la pista del Aeroparque Jorge Newbery normalizó su operatoria hacia el atardecer de este sábado. “Se acaba de rehabilitar la pista, ya se están retomando las operaciones”, confirmaron desde Aeropuertos Argentina 2000 a LA NACION. La interrupción se produjo luego de que se detectara un “desprendimiento de asfalto” mientras un avión despegaba por la cabecera 31, lo que obligó a suspender de manera preventiva todas las operaciones.
El episodio ocurrió en una jornada marcada por las altas temperaturas. Mientras avanzaban las tareas de mantenimiento, el aeropuerto porteño permanecía cerrado, con una máxima que alcanzó los 35°C y una sensación térmica de 37,7°C, un factor que complicó tanto la operatoria aérea como la espera de los pasajeros dentro de la terminal y a bordo de los aviones.
Dentro de uno de los aviones afectados, un pasajero relató a LA NACION cómo se fueron encadenando las demoras a lo largo de la tarde. Se trata de un vuelo proveniente de Mar del Plata con destino a Aeroparque, originalmente previsto para las 13.05, que primero fue reprogramado para las 14.55 y luego para las 15.30. A las 15.27, los pasajeros ya se encontraban sentados en el avión cuando se les informó que Aeroparque estaba cerrada y que no podrían despegar.
Minutos más tarde, a las 15.53, la tripulación confirmó que el despegue quedaba suspendido y que los pasajeros debían permanecer a bordo mientras se realizaban trabajos de mantenimiento en la pista, según la información transmitida por Aerolíneas Argentinas. “Ahora nos dicen que a las 17 reabriría el Aeroparque”, señalaba el pasajero, identificado como José, quien también describió algunas situaciones de tensión dentro de la cabina producto de la espera y el calor. “Un joven pidió bajarse del avión y una mujer quería sacar a su perro del canil porque estaba inquieto”, explicó.
“Lo más complejo fue que la tripulación pedía que no se hicieran fotos ni filmaciones adentro del avión”, sumó el pasajero, al explicar que los trabajadores de Aerolíneas también estaban inquietos por la situación de crisis que enfrentaban.
En paralelo, numerosos vuelos quedaron a la espera de la reapertura del aeropuerto. Algunas aeronaves que ya se encontraban en aproximación fueron desviadas al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, mientras que todas las salidas programadas desde Aeroparque registraron demoras. La situación también se reflejó en las redes sociales, donde distintos usuarios advirtieron lo que estaba ocurriendo en tiempo real. “Algo pasa en Aeroparque: está sin vuelos hace más de una hora”, escribió uno de ellos, en medio de un escenario de demoras generalizadas.
Desde Aeropuertos Argentina 2000 detallaron a este medio que las tareas se realizaron “hacia el final de la cabecera, afuera de la pista”, y que por protocolo de seguridad se decidió suspender las operaciones. “Ahora ya se está retomando y se va a normalizar en los próximos minutos”, indicaron, una vez finalizados los trabajos de mantenimiento.
Por su parte, Aerolíneas Argentinas informó que, como consecuencia de la interrupción de la operatoria en Aeroparque, se registraron 14 vuelos demorados a la espera de la reapertura y que siete llegadas debieron ser desviadas a Ezeiza. Según precisaron desde la compañía, la expectativa era que el aeropuerto pudiera reanudar su funcionamiento “en breve”.
Finalmente, cerca de las 17, desde Aeropuertos Argentina confirmaron a LA NACION que la pista del Aeroparque Jorge Newbery ya se encontraba nuevamente habilitada y que las operaciones comenzaban a retomarse de manera progresiva, con el objetivo de normalizar la actividad aérea tras varias horas de interrupciones.
No obstante, aun entrada la noche varios vuelos aun seguían demorados, lo que provocó malestar entre diferentes pasajeros que, en algunos casos, debieron aguardar hasta casi ocho horas de demora para subirse al avión. En la lista de arribos y despegues, había vuelos que se retrasaron hasta incluso las 5 de la mañana.
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