Efecto de la baja natalidad: en un jardín público de Lanús, solo se inscribieron seis chicos en sala de cuatro
Las autoridades dicen que la reducción de los nacimientos ya se está notando en las matrículas de todo el distrito
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Cuando Camila Lopes salió del jardín de infantes, después de la primera reunión de padres antes del comienzo de este ciclo lectivo, pensó que debía haber mucha gente de vacaciones. En el aula de la sala de 4 del turno tarde del Jardín de Infantes N°907 Juana Manso, de Lanús, solo había tres madres. Pero cuando Lola, su hija, efectivamente empezó las clases, quedó en claro que, incluida ella, eran apenas tres chicos. Ante la baja tan notoria en las inscripciones de alumnos, las docentes y las directivas de esta institución pública de nivel inicial decidieron hacer una especie de campaña en la zona, colocando folletos en clubes y comercios cercanos que promocionaban que todavía estaban abiertas las inscripciones. Finalmente, lograron reunir seis chicos de cuatro años para la sala roja del turno tarde.
Pero no era suficiente para mantener el curso abierto. La baja de la natalidad, que en otros distritos ya está reduciendo un 35% la población en los jardines de infantes, había llegado a Lanús. Sumado al hecho de que en este establecimiento el año pasado habían tenido problemas con el gas y hubo familias que estaban en sala de 3 que decidieron cambiar a sus hijos de establecimiento, a diferencia de lo que ocurría hace unos años fueron pocas las nuevas inscripciones.
“La baja de la natalidad se está notando en todo el distrito, es un tema que preocupa. Estamos intentando por distintos medios ampliar la matrícula de alumnos; ahora ya son seis de los 20 que se piden para sostener la clase, en teoría. Por eso decidimos pasar a una modalidad multiedad, en la que las distintas edades conviven, desde sala de 3 hasta sala de 5. Como son pocos, las maestras pueden enseñarles de manera personal. No nos queda otra opción que adaptarnos”, explica en la puerta del jardín una directiva de esta instalación de gestión provincial, vestida con un camisolín cuadrillé azul. También indica que ni ella ni la directora pueden hablar, ya que toda información debe surgir del distrito, detalla. “No es algo solo de este jardín, está ocurriendo en todo el partido”, insiste.

Ante este panorama, Lopes decidió cambiar a Lola a otro colegio. Este año, como se mudó de Banfield a Lanús, había anotado a su hija menor en el jardín de infantes al que había ido ella de chica y al que también había asistido su madre. “Es un jardín muy conocido de esta zona. Es muy bueno y antes era muy difícil conseguir vacantes. Por eso me llamó la atención que estuviera pasando esto. Yo venía leyendo noticias de la baja de la natalidad, pero no me imaginé que nos iba a tocar tan de cerca”, cuenta. Finalmente, después de conversarlo con el padre de Lola, consideraron que lo mejor era buscar otra institución, donde hubiera más chicos. “Si solo son tres, o bueno, después seis chicos, las posibilidades de socialización son muy limitadas. Imaginate los cumpleaños, las invitaciones a la casa… Tampoco nos convencía mucho la sala multiedad, porque después en la primaria igual iban a ser muy poquitos. Por eso, decidimos pasarla a una escuela católica de la zona, donde por lo menos son unos 12 chicos”, explica.
LA NACIÓN consultó a las autoridades de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, para conocer si esta realidad efectivamente se repite en otras escuelas y en otros distritos de la provincia. Sin embargo, hasta el cierre de esta nota no hubo respuestas.
Desde la Municipalidad de Lanús, se explica que el jardín responde a la órbita provincial y que, por esa razón, todavía no han recibido las planillas de la cantidad de alumnos. Pero confirman que, de todas formas, este es un fenómeno que se está reiterando en todo el partido. “Desde Educación se informa que se identifica una baja en las inscripciones en el nivel inicial, asociada a una baja en la natalidad. Es un fenómeno que se está observando”, respondieron desde el distrito que gobierna Julián Álvarez (PJ).
Los especialistas afirman que la baja de la natalidad ya está reduciendo hasta un 35% la población de los jardines de infantes y se espera que en unos años esto se traslade a la primaria. Tal como viene publicando LA NACIÓN, se trata de un fenómeno demográfico, en el que las mujeres tienen menos cantidad de hijos y los tienen a edades más avanzadas. Así se configura para los próximos años una pirámide poblacional con la base más angosta.
Este escenario, sumado a la crisis económica, venía marcando que la merma de alumnos fuera más notoria entre los colegios más exclusivos, con cuotas más elevadas. Sin embargo, lo que está ocurriendo en este jardín de Lanús ratifica que también en los establecimientos públicos ya se nota la reducción.
Gabriela Belén es la madre de Agustina, que va a la sala de 3 del jardín Juana Manso, pero del turno mañana. Está parada en la puerta de la institución, a las 10.30, porque son las semanas de la adaptación. “En la sala de ella son unos 10 o 12 chicos. Esto viene ocurriendo, vemos que cada vez hay menos niños. Cuando mi hija mayor estaba en jardín eran pocos y también los juntaban con las salas de los chicos más grandes. En muchos jardines están haciendo lo mismo”, señala.

Pasados unos minutos, otra familia llega a buscar a su hija, también de sala de 3. La maestra sale a entregarla, los saluda, le dice a la niña que la espera mañana y le cuenta a la madre que estuvo “superbien”. La ventaja aparente de tener menos chicos en la matrícula del colegio es que el trato es más personal. Las desventajas: menos amigos, menos compañeros y la dificultad de sostener la infraestructura de las salas abiertas.
En la ciudad
La caída de la natalidad en los últimos años es tan marcada que ya se nota una merma enorme en la matrícula en todos los distritos, por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires. Un informe del gobierno porteño indica que la caída de la tasa de nacimientos implica una reducción de casi el 35% de los alumnos que se inscribieron este año en el nivel inicial con respecto a 2019.
Las estadísticas porteñas son elocuentes: se produjo una reducción del 36% en la cantidad de nacimientos entre 2014 y 2022 a nivel nacional, que asciende al 44% en la Capital, con especial efecto en la zona sur.
“Está vinculado a cambios sociales y económicos, incluyendo una mayor autonomía de las mujeres, la reducción de la maternidad adolescente y cambios en las expectativas reproductivas. Y tiene un impacto en la demanda educativa en la ciudad de Buenos Aires”, señala un informe del Ministerio de Educación porteño. Las proyecciones son claras: si en 2025 la matrícula del nivel inicial cae un 34% respecto de 2019, para 2028 ya afectará al nivel siguiente, con una disminución del 25% en la cantidad de estudiantes de primaria.
El informe señala que esta situación también representa la apertura de oportunidades estratégicas, como la posibilidad de avanzar en la ampliación de la jornada escolar; la mejora en condiciones de enseñanza y aprendizaje, al haber menos estudiantes por docente; y la posibilidad de fortalecer políticas de inclusión educativa, entre otras. Es lo que los expertos denominan bono demográfico.
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