El Gobierno de la Ciudad les declaró la guerra a los travestis

La indignación vecinal por el crecimiento de las "zonas rojas" en las calles porteñas impulsó al Gobierno de la Ciudad a declararles la guerra a los travestis y prostitutas que día a día ganan terreno en distintos barrios de la ciudad.

Tras la publicación en La Nación de las protestas vecinales por la aparición de decenas de travestis en amplias zonas de Núñez y Constitución -que se suman a los que ya frecuentan las calles de Palermo y Flores- el jefe de Gobierno, Enrique OIivera, ordenó la realización de un fuerte operativo en esos barrios para terminar con la oferta y demanda de sexo en la vía pública.

Durante toda la madrugada de ayer, medio centenar de policías, efectivos de la Guardia de Infantería, inspectores municipales y de la Dirección Nacional de Migraciones recorrieron las calles de la ciudad para hacer cumplir el artículo 71º del Código de Convivencia que penaliza la prostitución callejera.

Los fiscales labraron 65 actas de contravención, 22 personas fueron demoradas para su identificación y fueron clausurados dos hoteles alojamiento y una confitería por no cumplir con las normas de higiene.

El importante despliegue de policías y funcionarios se concentró en Flores, Constitución, Villa Luro y Núñez.

No se registraron incidentes, aunque algunos travestidos se resistieron a los controles policiales y amenazaron con cortar la Avenida del Libertador, en Núñez, como forma de protesta.

Este último barrio se ha convertido en los últimos meses en una nueva "zona roja". En su edición de anteayer, La Nación reflejó la preocupación vecinal por la aparición de decenas de travestis que coparon la zona comprendida por las avenidas del Libertador, Congreso, General Paz y las vías del ex ferrocarril Mitre.

Fuerte operativo

"Aunque hacemos recorridas periódicas para controlar la oferta de sexo en la calle, la publicación de La Nación fue el disparador de este nuevo operativo para hacer cumplir el Código de Convivencia, sobre todo en Núñez y en Constitución", reconoció Jorge Enríquez, subsecretario de gobierno porteño, quien estuvo a cargo del procedimiento.

Pero aparentemente las cosas no terminarán allí: el funcionario adelantó ayer que entre hoy y mañana seguirán con los operativos "hasta que terminemos con los problemas que sufren los vecinos".

Participaron del procedimiento los fiscales contravencionales Luis Duascastella y Héctor Spandonari;el director general de Verificaciones y Habilitaciones, Ernesto Dibd, y el subcomisario Ernesto Weber.

Enríquez calificó la situación que está atravesando Núñez como "absolutamente reciente, un fenómeno nuevo que antes se repetía en otros barrios".

Aunque hace más de un año que en este barrio situado en la zona norte de la ciudad numerosas mujeres ejercen la prostitución, desde hace unos meses comenzaron a llegar decenas de travestis.

Esto generó una airada protesta de los vecinos, que denunciaron reiterados escándalos en la vía pública protagonizados por prostitutas y travestidos que se pelean por ganar el territorio.

Avenida del Libertador, Juana Azurduy, Arribeños, Montañeses, Ruiz Huidobro, Ramallo y 11 de Septiembre son algunas de las arterias donde, desde las 20 hasta entrada la madrugada, se transforman en una pasarela copada por grupos de transexuales y mujeres semidesnudos.

Desde la medianoche, filas de taxis y de autos lujosos circulan por esas arterias a paso de hombre en busca de una noche de placer.

Esta situación altera a los vecinos, que se quejan ya que muchos travestis atienden a sus clientes dentro de los vehículos estacionados a pocos metros de las casas.

También en Constitución

Los problemas no son menores en Constitución: los lugares más solicitados por la oferta sexual callejera son Luis Sáenz Peña, San José y Santiago del Estero, entre Garay y San Juan.

Aquí, las autoridades del Centro de Gestión Participación Nº 1, que encabeza Adrián Rivero, están intermediando con un grupo de vecinos para acordar con los travestidos un sitio para que éstos se dejen ver, alejado de las casas de familia.

En otras palabras, el resultado de las tratativas podría derivar en una verdadera "zona roja", que sería el paredón oeste de la estación del Ferrocarril Roca.

El subsecretario se opuso de plano a la idea de crear "zonas rojas" en cualquier barrio porteño. "Estamos dispuestos a seguir con la firme aplicación del Código Contravencional, por entender que la oferta de sexo en la calle altera la tranquilidad pública y ofende los más íntimos sentimientos de los vecinos de Buenos Aires", sostuvo Enríquez.

Por Andrés Villalonga

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