En la Conain cuestionan la reforma del Gobierno y advierten sobre sus consecuencias
Un nuevo reglamento del Ministerio de Salud de la Nación reduce la estructura y autonomía de la Comisión Nacional de Inmunizaciones
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Hace unos días, el Ministerio de Salud de la Nación, encabezado por Mario Lugones, impulsó cambios estructurales en la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) que reordenaron su función y su integración y, sobre todo, acotaron el margen de incidencia que este organismo tenía hasta ahora en las políticas de inmunización.
La decisión tomó por sorpresa incluso a los integrantes de la propia comisión, que aseguraron haberse enterado “por el Boletín Oficial, sin ningún aviso previo”. Así lo expresó un miembro de la Conain en estricto off the record.
El Ministerio de Salud de la Nación aprobó un nuevo reglamento operativo para la Conain, una medida que redefine su organización interna, su composición y, especialmente, el alcance de sus atribuciones dentro del sistema sanitario nacional. La resolución marca un quiebre con el esquema que la comisión sostenía desde su creación, a comienzos de la década del 2000. Sin embargo, desde la actual Conain advierten que estas medidas degradarán al organismo.
Desde el Ministerio de Salud explicaron que el objetivo central es ordenar el proceso de asesoramiento científico y recuperar la rectoría del Estado en la toma de decisiones sobre las políticas de vacunación. Según indicaron desde el Ejecutivo, el ministerio busca equilibrar los intereses que confluyen en la comisión y fortalecer el vínculo con el ámbito académico, sin diluir la responsabilidad final que le corresponde como autoridad sanitaria nacional.
En un comunicado publicado hoy por la mañana, la actual Comisión —designada durante la administración libertaria— advirtió que las medidas adoptadas por el Ejecutivo implicarán una reducción de la federalización y la pluralidad en la toma de decisiones, así como menores niveles de transparencia en los procesos de análisis y formulación de políticas de vacunación, además de una pérdida de autonomía.
“Este rediseño institucional implica una dependencia jerárquica y funcional directa de la Conain respecto de la autoridad ejecutiva, lo que debilita su rol como órgano asesor técnico independiente y reduce su capacidad de deliberación autónoma basada en evidencia científica”, señalaron. Y añadieron: “No se garantiza una mirada federal e integral en la formulación de recomendaciones. La reducción de la pluralidad disciplinaria e institucional representa un retroceso en términos de diversidad de enfoques y robustez técnica del asesoramiento… se consolida un modelo de funcionamiento más centralizado y con menor grado de transparencia activa que el previsto en reglamentaciones anteriores”.
Qué cambia
Desde el plano institucional, la comisión pasará a funcionar como un órgano asesor dentro de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (Dicei), que además asumirá la presidencia. En caso de ausencia, la conducción quedará en manos de la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Transmisibles.
El reglamento redefine el núcleo técnico de la Conain mediante la creación de un Núcleo Científico Central reducido, integrado por cuatro miembros titulares y sus respectivos suplentes. Este grupo tendrá a su cargo el análisis de la evidencia científica disponible y la elaboración de recomendaciones técnicas. Las candidaturas surgirán de ternas propuestas por las facultades de Medicina de las universidades nacionales, mientras que la selección final quedará en manos de la Dicei, que evaluará la idoneidad técnica y el contexto sanitario.
Este esquema reemplaza al modelo anterior, que contaba con un núcleo central más amplio y diverso, integrado por 22 miembros. En esa conformación, las designaciones dependían del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles y la comisión reunía a especialistas de reconocida trayectoria en salud pública, epidemiología, infectología y bioética.
El nuevo diseño también habilita a la Dicei a convocar de manera excepcional y por tiempo limitado a expertos, investigadores u organismos técnicos, tanto nacionales como internacionales, cuando la complejidad de los temas lo requiera. Los cargos serán ad honorem, con mandatos de dos años y la posibilidad de una única reelección.

Las críticas de la Conain
Son tres los principales cuestionamientos que los integrantes de la actual Conain plantean frente a la resolución publicada por la administración libertaria. El primero es que la presidencia de la comisión quede en manos de la propia Dicei. A su entender, esto debilita su rol como órgano asesor independiente y reduce su capacidad de deliberación autónoma. En el comunicado recordaron que la función histórica de la Conain ha sido la de brindar asesoría técnica independiente, “de prestigio internacional, con composición multidisciplinaria y una impronta federal”, orientada a garantizar que las definiciones del Calendario Nacional de Vacunación respondan a criterios estrictamente sanitarios, epidemiológicos y de equidad en salud.
En ese sentido, también subrayaron que su trabajo ha sido siempre ad honorem, “sin percibir remuneración alguna por su participación”, lo que —señalaron— ha constituido históricamente una garantía adicional de independencia técnica, compromiso con la salud pública y ausencia de incentivos económicos que puedan condicionar la formulación de recomendaciones.

El segundo eje de crítica apunta a la reducción del Núcleo Científico Central a cuatro integrantes titulares y a su selección mediante un proceso que califican como “altamente centralizado”, así como a la eliminación de la participación estable de organismos nacionales e internacionales, como la Anmat y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Para la comisión, esto “representa un retroceso en términos de diversidad de enfoques y robustez técnica del asesoramiento”.
Por último, cuestionan que la definición de la agenda de trabajo, la periodicidad de las reuniones y la difusión de las recomendaciones queden bajo los criterios de la Dicei. A su juicio, este esquema profundiza la centralización y reduce el grado de transparencia activa, en contradicción con la reglamentación previa de la propia comisión.
En un contexto de tensiones entre el Ejecutivo y distintos sectores del sistema científico-sanitario, los cambios en la Conain reabren el debate sobre el equilibrio entre la rectoría estatal, la independencia técnica y la construcción de consensos en las políticas públicas de vacunación.
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