Eric Hobsbawm: "Este es el siglo de la desigualdad"

"Hay lugar para la esperanza. Hemos sobrevivido al siglo XX, uno de los más negros de la historia." Eric Hobsbawm mezcló la fe en el futuro con el horror del pasado en una conferencia brindada en el Teatro San Martín.

El historiador inglés, profesor de la Universidad de Londres y autor de varios volúmenes sobre historia contemporánea, disertó allí sobre la situación del mundo ante el nuevo milenio.

Hobsbawm señaló que en el siglo que termina "la acción humana ha matado a 200 millones de personas, entre guerras, hambrunas y otras catástrofes". Sin embargo, aclaró que la mayoría de los sobrevivientes ha mejorado notablemente las condiciones de vida con respecto a los habitantes de siglos pasados.

También aseguró que los últimos 100 años han experimentado el crecimiento económico más espectacular de la historia: el producto bruto mundial de la década de los 90 es 15 veces superior al de principios de siglo.

Pero tanta riqueza queda en manos de unos pocos. "Por desgracia, éste ha sido el siglo de la desigualdad. Nunca había crecido tanto la desigualdad entre los países ricos y los pobres", aseguró Hobsbawm, que puso como ejemplo el caso de Suiza, cuya población goza de ingresos 200 veces superior a la de Bangladesh.

Así como se extiende la distancia entre naciones opulentas y menesterosas, también crece la desigualdad interna. "Este es un hecho generalizado, pero la mayor diferencia se encuentra aquí, en América latina", advirtió.

Un problema repetido

Hobsbawm aseguró que la desigualdad manifiesta en la economía se repite en otros rubros; por ejemplo, el de las comunicaciones. La tecnología de los transportes ha mejorado tanto que la misma distancia que antes tomaba varias semanas recorrerla en barco ahora se cubre en pocas horas de avión. El teléfono e Internet, entre otros inventos, agilizaron el acceso a la información.

"Todavía estos milagros de la tecnología son inaccesibles para la mayoría de la población. Hay más teléfonos en Canadá que en todo el continente africano", aseguró.

La educación pública vivió un crecimiento tan vertiginoso como las comunicaciones. "Antes del siglo XX, la gran mayoría era analfabeta y vivía en el campo, aislada e ignorante. Estamos en vísperas de un mundo en su mayoría alfabetizado. La educación superior se ha vuelto un fenómeno de masas", señaló.

Como en los casos anteriores, pese al espectacular crecimiento, la educación se ha transformado en un nuevo foco de desigualdad social, lo cual se ejemplifica con la fuerte concentración de grandes científicos en los países desarrollados: de los 440 premios Nobel entregados en disciplinas científicas, sólo el 20 por ciento de ellos ha sido ganado por investigadores de países en vías de desarrollo.

Además, la mayoría de estos científicos ganadores del Tercer Mundo han sido galardonados por trabajos realizados en centros extranjeros.

La política no podía quedar ajena a este proceso de contradicción del siglo. Así pues, los Estados nacionales se ven sometidos a varias presiones: la economía globalizada, las instituciones políticas internacionales, la incertidumbre financiera, la desestabilización interna.

Hobsbawm instó a no desanimarse. Con su mirada de historiador, aseguró: "Las cosas han cambiado y se pueden cambiar. Debemos volver a los grandes proyectos para edificar una sociedad más justa".

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