"Gitanito", la leyenda que inquieta a los vecinos de la zona como causa de la fisura en Diamante
Para muchos, la causa de la fisura podría estar en la venganza pergeñada por la madre de un chico ahogado
DIAMANTE, Entre Ríos.-La grieta en la barranca tiene explicaciones científicas, como señala el municipio, que le dan racionalidad al fenómeno de la tierra cercana a la costa que se mueve y se hunde. La intendencia señaló que hay un estudio del Conicet que desde hace un tiempo advierte sobre el peligro de una falla geológica que abarca una zona que trasciende Diamante y llega hasta Victoria.
A la par de la explicación racional, en las últimas horas comenzó a circular con detalles una leyenda urbana que tiene al Gitanito como protagonista. El mito popular sostiene que un joven de la comunidad gitana se ahogó en el río Paraná y que a su madre nadie la ayudó cuando pedía auxilio. Otro capítulo de la leyenda señala que el joven murió por una enfermedad y en el hospital de Diamante no lo atendieron como necesitaba. En resumen, ambas versiones coinciden en que el joven fue discriminado por integrar la comunidad gitana.
Según cuenta Romina Correa, una vecina de Diamante, la "rabia" de la madre desembocó en una maldición a la ciudad: "La leyenda dice que Diamante se iba a hundir hasta la plaza, que está a unas siete cuadras de la grieta que se formó el domingo".
Muchos vecinos comenzaron a repetir la leyenda, que, como todo mito pagano, nunca es certera y a medida que circula exagera detalles y contenidos.
Lo cierto es que muchos vecinos de la zona se hicieron devotos del Gitanito, que se llamaba Emilio Saba, había nacido en 1963 y murió a los 16 años. Su tumba, la número 153 del cementerio de Diamante, está llena de ofrendas: hay rosarios católicos, estampitas, flores de plástico y papelitos doblados con agradecimientos.
Durante los últimos días, los vecinos se acercaron a su tumba para rogarle que la ribera del barrio Urquiza no se desmorone. "Nunca creí en leyendas, pero las grietas en las casas llegan hasta la municipalidad, como dice la maldición", cuenta Romina.
Un empleado del cementerio admitió que en los últimos días se incrementaron las visitas a la tumba del Gitanito. El joven se rió algo nervioso al murmurar que "nadie sabe si está en su tumba" porque "hay otra leyenda que dice que nunca estuvo sepultado aquí".
Los que conviven con la fisura
A pesar de la situación, muchos de los vecinos se niegan a dejar sus casas. Luchan contra la incertidumbre. ¿Qué pasará luego de que la barranca se desmorone? Esa es la duda que los carcome tanto como la falla misma.
Claudio Correa, un pescador de 32 años, tuvo que abandonar su casa la noche del lunes pasado, junto con su pareja Fabiana Pereyra, y su bebé en brazos. Fue cuando una lluvia torrencial provocó pánico, y empleados de Defensa Civil les advirtieron que debían salir de la vivienda, que está a unos 30 metros de la grieta.
"Este problema no es nuevo. Desde hace más de tres meses que la tierra comenzó a moverse y nadie hizo nada para detenerlo. Ahora, que vinieron los medios, todos se preocupan, pero nuestras casas son las que se van a derrumbar sobre nuestras cabezas", afirma Correa, sin poder esconder la furia y el enojo que siente. Él y su pareja están convencidos de que el problema no es una falla, como señalan las autoridades, sino la pérdida de líquidos cloacales de un caño que se rompió hace tiempo y, como señalan, nadie reparó.
Marta Grancelli, secretaria de Acción Social de la Municipalidad de Diamante, indicó a LT14 que son 13 las familias que están en mayor riesgo por la grieta y se trasladaron a casas de familiares. Otras 25 están en riesgo, pero un tercer grupo permanece en el lugar. Otras 64, que residen en el norte del barrio, están en la zona hasta que se produzcan rajaduras en las viviendas y deje de ser seguro estar en el sitio.
La grieta mide 130 metros de largo y cuatro de profundidad, aunque un estudio del Conicet, según advirtió a los medios el intendente Lénico Aranda, dice que llega hasta Victoria, ciudad ubicada a 80 kilómetros de aquí. La falla va paralela a la costa, donde, en esta zona, hay pronunciadas barrancas que ahora son más imponentes por la fuerte bajante del río, que -según el registro de Prefectura Naval- comenzó a revertirse. En las últimas 24 horas había creció 2 cm al alcanzar los 2,92 m en el puerto de esta localidad.