
Gracias a los vecinos, se podrá estacionar en Las Cañitas
El uso del Campo de Polo descongestionará la zona.
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Los vecinos de Las Cañitas, en Palermo, recuperarán algo de paz dentro de una semana. Gracias a la iniciativa de un grupo de moradores, el barrio estrenará el viernes próximo una playa de estacionamiento, que llegará para aliviar las calles, invadidas noche tras noche por cientos de automóviles.
Sus jóvenes conductores visitan este rincón porteño atraídos por la veintena de bares, restaurantes y locales bailables que funcionan en el vecindario. Y para mal de sus residentes, detienen los vehículos sobre las ochavas y el boulevard Chenault.
Con el doble objetivo de solucionar la descontrolada afluencia de tránsito y de disuadir la actividad de los cuidacoches ilegales, la Asociación Vecinal Las Cañitas buscó y encontró un inmueble adecuado para atender la gran demanda de estacionamiento: las instalaciones del Campo Argentino de Polo.
La entidad barrial logró que la Dirección de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino, propietaria de los terrenos en cuestión, cediera para tal fin el sector de estacionamiento para camiones.
"Estuvimos en tratativas durante un año y medio. Finalmente, la fuerza nos dio el visto bueno y habilitaremos el predio el viernes próximo. Al principio, funcionará entre las 21 y las 3, con capacidad para 150 rodados", explicó Jorge Serrano, titular de la asociación y vecino de Chenault al 1900.
Las Cañitas -delimitado por la Avenida del Libertador, Dorrego, Luis María Campos y República de Eslovenia- fue, hasta hace unos años, un sector tranquilo de la ciudad.
Caos y soluciones
Pero la explosión de la actividad gastronómica trajo aparejado un movimiento incesante de gente en sus manzanas. Los vecinos calculan que unos 2000 automóviles llegan cada jueves, viernes, sábado y domingo por la noche.
Para proveer de mayor capacidad a las calles, la asociación Las Cañitas logró primero que el gobierno porteño instrumentara el estacionamiento en 45º sobre la mano derecha de Báez, Arévalo, Huergo, Clay, Arce y Arguibel.
La medida tuvo no pocos detractores: según algunos moradores, convirtió las arterias en angostos pasadizos, con poca visibilidad y embotellamientos.
Pero todo el barrio coincidía en la necesidad de habilitar un estacionamiento para liberar las vías. La cuenta regresiva ya comenzó.
"Nuestro pedido ya fue aprobado por el Estado Mayor Conjunto. La playa tendrá acceso por Arévalo al fondo; luego estudiaremos abrir otra entrada por Arguibel. El precio todavía no está establecido, pero será accesible y menor que el de los estacionamientos normales", detalló Serrano.






