Logró Calamaro abrir el debate sobre las drogas
El 19 de noviembre de 1994, el cantante Andrés Calamaro dijo, ante las cien mil personas que presenciaban su recital en la ciudad de La Plata: "Me estoy sintiendo tan a gusto que me fumaría un porrito." La frase motivó su procesamiento por apología del uso de estupefacientes, en este caso de marihuana.
El artista expresó, anteayer, su deseo de que la Justicia lo procese "para que se debata al fin sobre el consumo de drogas".
"Creo que una conversación seria sobre las drogas y una posible despenalización es un debate que existe desde siempre y que está en auge -le decía Calamaro a La Nación a mediados de septiembre-. Dentro de un debate auténtico, lo menos interesante y lo más inútil es seguir discutiendo si la frase del porrito dicha en La Plata es o no es delito." "Yo hubiera preferido un debate con Antonio Escohotado representando la postura antiprohibicionista. El problema es que a él hay que leerlo o, como mínimo, escucharlo. Y nadie lo hizo. En todo caso me agrada pensar que en los hogares existen ahora discusiones amigables entre padres e hijos sobre distintos temas, entre ellos el de fumar o no. Y creo que voy a ver el día en el cual el consumo y la tenencia de marihuana para uso personal no estén perseguidos", concluyó el músico que, junto al español Escohotado, ha dicho varias veces que se siente y quiere ser dueño de su piel para adentro.
Escohotado es un filósofo español que levantó polvareda en Buenos Aires cuando dijo, en abril último, que debía despenalizarse el consumo de drogas.
Legalizar o castigar
A partir de este hecho, La Nación realizó un sondeo de opinión en la calle sobre la legalización del consumo personal. Los datos arrojaron que no hay una única opinión a la hora de penalizar a los que se drogan.
Muchas personas no están de acuerdo con que se castigue a los drogadictos. Y sí, en cambio, enfatizan la necesidad de que se apliquen penas a los narcotraficantes.
Roberto Zedala, un estudiante de 18 años, expresó que cada uno "es libre de hacer lo que quiere: si uno desea drogarse es problema suyo".
Tomás Lapalula, de 19 años, estudiante de Ciencias Económicas, aseguró que "ser drogadicto es una enfermedad. Por lo tanto, estas personas no tendrían que ser juzgadas" por la ley.
"El Estado debería aportar fondos para ayudar a los que se drogan. No se tendría que penalizar a los adictos sino a los traficantes", sentenció Federico Guanuco, de 18.
Adolfo Deluca, de 19 años, afirmó que él tiene amigos que ocasionalmente consumen drogas, "pero ése es un problema de ellos", afirmó. "Conmigo está todo bien." Anabela Valencia, de 23 años, estudiante de teatro, aseguró: "La legislación existente es para unos pocos. Me parece injusto que una persona que se droga tenga que ser juzgada. Bastante castigo tiene con su enfermedad".
Por el contrario, otras personas consultadas ayer por La Nación están en contra de la legalización del consumo de drogas.
Cristóbal Tolnay, un empresario de 50 años, aseguró que "despenalizar a los drogadictos no es una medida recomendable por varios factores: incrementaría el consumo de drogas y sería muy peligroso, ya que fomentaría aún más los robos, los asesinatos y la prostitución".
"De alguna manera hay que poner límites, hay que respetar a los demás. Legalizar el uso de las drogas es muy peligroso", dijo Cecilia Ipar.
Asimismo, Pedro Penhi, de 70 años, jubilado, opinó que "tiene que haber penas porque debe existir una barrera entre lo que está bien y lo que está mal".
Mariela Setarkaveich, una estudiante de abogacía de 21 años, sentenció: "No penalizar a los adictos es liberar algo a tal punto que sería común ver a una persona drogada en la calle".
Andrea Ros, 24 años, empleada administrativa, señaló que "de alguna manera hay que poner fin a la droga, la ley es una de ellas."
En tanto, Nora Ramos, 23 años, dijo a La Nación que "hay que respetar la libertad de todos, no de algunos. Un drogadicto de alguna manera atenta contra la libertad de los demás".
Charly García no tuvo piedad
Charly García y Andrés Calamaro están en cortocircuito.
Y para reflejar la relación personal entre ambos, Charly no ahorró críticas cuando se refirió a su colega: con su habitual estilo desenfadado, entre risueño y balbuceante, el autor de "Yendo de la cama al living" le recomendó a Calamaro que que deje de publicitar su nuevo disco hablando de drogas.
En declaraciones periodísticas, cargó con toda su dialéctica contra el ex líder de Los Rodríguez al opinar sobre el procesamiento judicial que cayó sobre Calamaro por apología del uso de estupefacientes.
A pesar de que Charly destacó el daño que causan las drogas y relató parte de los padecimientos que derivaron de su reconocida adicción señaló, en declaraciones radiales, que "un porrito no hace mal".
En cierto modo coincidió con Calamaro, pues la frase que lo llevó a éste ante los tribunales decía: "Me estoy sintiendo tan a gusto que me fumaría un porrito".
Calamaro, quien integró en 1986 la banda del músico del bigote bicolor, deberá pagar una abultada suma de dinero por el delito de apología de la droga, según lo decidió el juez federal de La Plata Arnoldo Coraza.
Sin pelos en la lengua
El músico fue denunciado en 1994 por el ex subsecretario de Seguridad provincial, Alejandro Granillo Fernández, luego de que en un recital realizado el 19 de noviembre de ese año en la plaza Moreno, de La Plata, en ocasión del festejo de un nuevo aniversario de la ciudad, ante cien mil personas dijera la frase en cuestión.
Luego de casi un año de análisis de la denuncia, el juez decidió procesarlo por un delito menor cuya pena goza del beneficio de excarcelación.
Charly García recordó un episodio similar que protagonizó en un recital organizado por la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico, en Villa Gesell, oportunidad en la que afirmó que mejor que "Sol sin droga" -el nombre de la campaña organizada por el organismo- era "Droga sin sol".
La humorada le valió a García una denuncia por apología de la droga, causa que recayó en el cuestionado juez de Dolores, Hernán Bernasconi, al que el músico calificó como "trucho".
En declaraciones al programa El Ventilador, que se emite por Radio América, el ex líder de Serú Girán recomendó a Calamaro dejar de hablar de las drogas como modo de hacer prensa a su nuevo disco.
"Es peor la industria farmacéutica" que la marihuana, dijo, tras aclarar que al de ser sometido a diversos tratamientos por su adicción a las drogas le resultaron más nocivos los medicamentos que los "porritos".