Los tres casos europeos de quema de residuos a los que apuesta el gobierno
El debate para permitir la incineración de basura estuvo signado por una alerta de los responsables de tratar los residuos de la ciudad y de 42 municipios del conurbano: en cinco años colapsará el sistema de relleno sanitario del Complejo Ambiental Norte III. Y aunque 2023 parezca lejano para los ciudadanos, para la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) se trata de muy poco tiempo para determinar qué hacer con los desechos que no podrán enterrarse.
Por ese motivo es que estudiaron modelos europeos de termovalorización de residuos en París, Viena y Amsterdam. Se trata de sistemas mucho más complejos que la simple incineración de basura; luego de la recuperación de materiales reciclables, permiten generar energía eléctrica y calefacción para las propias plantas y para las ciudades donde están instaladas.
En febrero pasado, una visita del presidente de la Ceamse, Gustavo Coria, y del gerente de Nuevas Tecnologías, Marcelo Rosso, y del subsecretario de Higiene Urbana de la ciudad, Renzo Morosi, con periodistas a plantas de esas tres ciudades permitió intuir que ese era el modelo que más les interesaba instalar en el área metropolitana. Aunque para alcanzar ese objetivo debía modificarse la legislación, como sucedió ayer.
Los establecimientos visitados en París, Viena y Amsterdam tienen características similares de funcionamiento y de cercanía con la población. En Viena, la instalación de Spittelau tiene el sello artístico de Friedensreich Hundertwasser. Solo la chimenea remite a su razón de ser. Construir en Europa una de esas plantas tiene un costo cercano a los 200 millones de euros. Se estima que en tres años puede entrar en funcionamiento. En París, está prevista la inauguración de una nueva planta para mediados del año próximo.
"Si no hacemos que el problema sea de todos, no lo vamos a resolver", sostuvo ante LA NACION Coria, tras recorrer la planta de París, y puso énfasis en que debía plantearse lo antes posible "para no sufrir una crisis en cinco años". Y advertió: "No tenemos un horizonte complicado, pero no es prudente ni sensato no llevar soluciones. En el borde del abismo, siempre se pusieron parches".
"El tema de la basura tendría que ser un tema técnico, no un tema político. Estudios efectuados con la Facultad de Ingeniería de la UBA nos anticipan que para 2030 cada ocho días llenaremos un estadio del tamaño del del Real Madrid de basura. Actualmente es cada 11 días. Los rellenos sanitarios tienen vida útil, y si bien tenemos cinco años por delante el tiempo pasa rápido", explicó Coria.
Ninguno de los tres representantes del manejo de residuos que compartieron esas visitas a las instalaciones europeas usó la palabra "incineración", prefirieron el término técnico de "termovalorización" porque el sistema permite generar energía eléctrica y calefacción. De hecho, en la planta HVC de Alkmaar, a 42 kilómetros de Amsterdam, el asesor Wiebe Bosma admitió: "Incinerar traía malos recuerdos de los días de la Segunda Guerra Mundial y de los inicios, hace casi 100 años, de esa manera de manejar los residuos en Holanda". Y recordó que hasta mediados de los 60, los canales que circundan Amsterdam eran el lugar donde se arrojaban los residuos. "Hoy la ciudad está entre las tres más limpias de Europa e incluso la reina argentina Máxima nada en el canal en una competición anual para fomentar la actividad ecológica", agregó Evert Lichtenbelt, asesor externo en temas de residuos del gobierno holandés.