“Muerte súbita”: qué opinan los médicos sobre el fallecimiento de cinco adolescentes en dos semanas
Cuatro de los fallecidos tenías 13 y 14 años y el otro, 7; ninguno tenía enfermedades previas conocidas
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CÓRDOBA.— La muerte de Santino López, un adolescente de 13 años quien murió tras descompensarse y sufrir un paro cardiorrespiratorio mientras jugaba un partido de fútbol en Córdoba, suma un caso más en las últimas semanas a una estadística que genera preocupación. Son cinco, entre un niño y cuatro adolescentes, los fallecidos en las últimas dos semanas sin causas médicas conocidas.
“Muertes súbitas” es el concepto que aplica la medicina para un fallecimiento inesperado que ocurre de manera rápida en quien aparentaba estar “sano”. En menores suele estar asociada a causas cardíacas no diagnosticadas.
Enrique Orchansky, pediatra cordobés de larga trayectoria, puntualiza a LA NACION que se trata de muertes por una causa no demostrable: “Deberían realizarse todos los estudios posibles y la autopsia para poder tener más detalles. En general, en estos casos no se hacen porque el dolor es enorme y nos quedamos sin diagnóstico. Son muertes que sobrevienen por un infarto, una falla cardíaca por arritmia o, por la arritmia, hay formación de coágulos. Son causas escondidas que no dieron síntomas, no dieron señales de alarma. La primera que dan es la muerte”.
López era jugador del Club Social y Deportivo de Sebastián El Cano y sufrió un paro cardiorrespiratorio en pleno partido contra Ilusión del Norte. Fue trasladado de urgencia al hospital local, acompañado por su madre y una enfermera, pero llegó sin vida.
Miembro del Comité de Cardiología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Mercedes Sáenz Tejeira dijo que encontrar un nexo común entre las muertes es “muy difícil”.
“Lo mejor es ir hacia la prevención primaria, antes de que suceda la situación -agregó-. Hacer electrocardiograma y ecocardiograma, tener en cuenta los antecedentes familiares, fundamentalmente si hacen deportes de alto rendimiento. Hay cuestiones genéticas que se manifiestan en la adolescencia tardía".
Sáenz Tejeira mencionó que son aspectos que hacen a la medicina “personalizada en función del potencial genético” a la vez que reconoció que muchas veces no se realiza “por una cuestión de acceso”.
En lo que se refiere a la prevención secundaria, señaló la necesidad de que en clubes y colegios se cumpla la ley de contar con desfibriladores y que se capacite a docentes y a los mismos chicos a hacer RCP.
Los casos

La dramática serie de estas muertes comenzó con Amadeo Ruiz, de 13 años, jugador de la octava división del Club Atlético San Lorenzo de barrio Las Flores. El 11 de este mes realizaba una práctica deportiva, le realizaron RCP, pero no pudieron evitar su fallecimiento. “Muerte súbita”, dijeron los médicos del Hospital de Niños.

A los pocos días, el 15, se sumó el caso de Facundo Arias Prieto, también de 13 años, alumno del Ipem Arturo Illia, de Villa Carlos Paz. Se descompensó en una clase de educación física que se realizaba en una plaza ubicada a metros de su escuela. Otra vez, le practicaron RCP pero murió.
Ese mismo día, falleció en un cumpleaños Thian Toledo, un nene de 7 años de Capilla de los Remedios (departamento Río Primero). Se sentó en una silla, perdió el conocimiento y se desplomó; al hospital llegó con síntomas vitales leves y murió por un paro cardiorrespiratorio. La Fiscalía ordenó una autopsia.

Tres días después murió Lautaro Maineri, de 15 años. Alumno de la escuela Ipet 251 de la Guarnición Aérea, jugaba al truco con sus compañeros, se sintió mal, fue trasladado a la clínica Vélez Sarsfield y allí le detectaron un coágulo en la cabeza. Falleció a las pocas horas.

Orchansky enfatizó que en los casos de muerte súbita “no es que los padres dejaron de hacer algo o hicieron algo mal”.
Precisó que en casos de chicos “sanos” no se los somete a estudios más profundos, sino que en general son revisaciones y controles periódicos. Repasó el certificado de salud que, a partir de los 4 años, se exige en las escuelas de Córdoba y que apuntan a detectar “si ve mal, si oye mal, si habla mal, si tiene un trastorno alimentario, cómo están sus dientes. Aun reforzándolo, haciendo un electrocardiograma, no podría detectarse lo que provoca una muerte súbita”.







