"Per sempre". Errico Porzio, el napolitano que creó una pizza con la cara de Diego Maradona
Salsa de tomate y mozzarella de búfala de la región. Aceite de oliva preciado. "Los ingredientes son tan simples como excelentes, como Diego Armando, que en su simplicidad era una excelencia. También son de la mejor calidad, como era él", dice a LA NACION Errico Porzio. Su trayectoria como maestro pizzero es un ingrediente tan fundamental como los demás para la concreción del resultado final: una tradicional pizza italiana, pero con un componente distintivo: la cara del Diez o su figura. Idénticas.
El pasado miércoles, hace ya una semana, cuando murió Diego Armando Maradona, las imágenes de los objetos que dejaron en su honor los hinchas del Napoli, en el estadio que dejará de llamarse San Paolo para llevar su nombre, recorrieron el mundo. Entre banderas, camisetas, velas, pelotas y flores estaba justamente esa pizza, que no solo reflejaba en su sustancia el espíritu napolitano, sino que era símbolo concreto de la confluencia entre aquello que distingue a la comida más reconocida de Italia y al Diez argentino: la popularidad.
Cerca de ella, se disponía el cartel de la "Pizzería Errico Porzio", nada más y nada menos que el sitio donde se creó el manjar. En el barrio de Soccavo, a unos pasos del Centro Paradiso -que ahora se encuentra abandonado, pero que fue un lugar de entrenamiento para el plantel napolitano- nació la pizzería en 1999. En el tiempo en que la misma era un comercio de barrio, Porzio, que tiene 43 años y hace 30 ejerce el oficio, llevaba las pizzas a los jugadores que practicaban allí.
Le daba orgullo alimentar con sus pizzas a los deportistas del club de sus amores. Y aunque en ese entonces Maradona, que lo llevó a la gloria, ya no formaba parte del plantel, el corazón de Porzio deseaba encontrarse al astro alguna vez y hacerle una pizza muy original. Sus especialidades son la pizza Póker, de cuatro sabores, y la pizza Kellalla, rellena de ricota, con albóndigas de carne a la salsa de tomates napolitanos.
"Así nació la idea de inmortalizar su rostro y el de otros personajes famosos en la pizza. Pero, sobre todo, el de mi ídolo e ídolo del pueblo napolitano", explica Porzio y deja trascender, con sus palabras, la devoción que se rinde en esa ciudad del sur de Italia a Maradona, cuya cara aparece en cada calle y cuya figura, dicen, es ya la de un santo. "Nápoles es mi casa", sostenía Diego, cuando jugaba allí.
El logo de su pizzería se estampa en el tapabocas blanco que utiliza Porzio, lo que marca un contexto global signado por la pandemia de coronavirus. Allí, en su local, se encontraba cuando se enteró de que Maradona había muerto -al menos físicamente-. Pensó, al principio, que le hacían "una broma de mal gusto". Cuando entendió que no lo era, irrumpió la pena. Dice que sintió como que se había muerto un "membro de mi familiare". Cuenta que fue y será un dolor que llevará "per sempre".
Karel Latorre, ciudadano peruano apodado "Carlos" en Italia, trabaja para Porzio en su pizzería y lo ayuda con su castellano. "Errico dice que él ha puesto toda su pasión en lo que es su vida. La vida de él, y su pasión, son la pizza, porque viene de una familia de pizzaiolos [pizzeros, en italiano] y el fútbol, porque los napolitanos y los italianos en general viven enamorados del fútbol y sobre todo del fútbol sudamericano, lo que trajo Maradona a Napoli", comenta Carlos a LA NACION.
La tenacidad inherente a dicha pasión fue la que lo llevó a Porzio a perfeccionar su técnica, para que el retrato de Maradona en salsa sea una perfecta réplica de su imagen. "A la técnica la trabajé en el tiempo, me tomó mucho esmero y pasión, pero finalmente la pude lograr, con mano firme y con mucho corazón", dice el pizzaiolo napolitano, quien concluye que esa pizza es el "resultado de mente y corazón".
En 2016, Porzio tuvo un intercambio televisivo con Maradona, en el que pudo mostrarle sus pizzas. Desde Nápoles, le preguntó al Diez qué ingredientes elegiría. "Come pizzaiolo sono un disastro [como pizzero soy un desastre, en italiano]", respondió, desde Dubai, el futbolista. Sin embargo, en un idioma italiano con sesgos argentinos, pidió entre risas: "Portami quelle due a Dubai [traeme esas dos a Dubai, en italiano]".
Para Porzio, ese encuentro virtual, a través de la TV, significó una "emozione intensa". En diálogo con LA NACION, admite: "Fue una de las emociones más maravillosas de mi vida, que tiene solo comparación a lo que sentí cuando nacieron mis hijos".
Es que Porzio no duda al decir que ama a Maradona. "Tengo óptimos recuerdos de todo lo que nos dio, alegrías indescriptibles. Recuerdo la primera vez que pisó el estadio San Paolo de Napoli, hasta su último gol y partido", asegura el maestro pizzero en cuanto al exitoso paso del argentino por el club, al que arribó desde el FC Barcelona un 5 de julio de 1984. "Lo llevaré sempre en el alma", admite.
Questo è solo un mio piccolo omaggio per una leggenda come Maradona [R]Eri un vero e proprio idolo per tutti.. molti,...
Publicado por Pizzeria Errico Porzio Soccavo enJueves, 26 de noviembre de 2020
Ahora, tiene una misión: está reelaborando una pizza con los gustos preferidos de Diego, que asegura conocer, "para inmortalizar su carácter en la pizza" y ofrecerla al público. "Estamos seguros de que tendrá mucha acogida. Estamos en los últimos detalles para dar a Napoli la pizza ‘Diego Maradona’", dice Porzio.