Polémica por cubrir el Obelisco con un condón
Fue una decisión del gobierno porteño
La decisión del gobierno porteño de enfundar el Obelisco con un preservativo gigante como parte de la campaña de prevención en el Día Mundial de la Lucha contra el Sida provocó el rechazo de algunos arquitectos y de varios referentes de la preservación del patrimonio histórico porteño.
"Estoy categóricamente en contra de esa de manifestación, no así de la educación sexual. Pero lo del Obelisco forrado con un condón me parece una cosa grosera y chabacana. Es de pésimo gusto", expresó la arquitecta Elva Roulet, vicegobernadora de Buenos Aires durante la presidencia de Raúl Alfonsín.
Por su parte, José María Peña, director del Museo de la Ciudad, sostuvo que al Obelisco, como a cualquier otro monumento, "hay que guardarle respeto", y consideró que "no era necesario hacer eso para crear conciencia. Las campañas serias se hacen de manera serena y no de alto impacto".
Peña, además, recordó que no es la primera vez que se adorna el Obelisco con el fin de llamar la atención de los porteños. "Por ejemplo, en una oportunidad lo transformaron en un árbol de Navidad gigante, de muy dudoso gusto".
En cambio, el arquitecto Daniel Silberfaden criticó el tono humorístico y poco serio del mensaje. "Que se utilice el Obelisco por su forma para cubrirlo con un preservativo implica una manera de comunicación -de las tantas posibles- un tanto obvia y humorística de tratar un tema que de obvio tiene poco y de humorístico, menos."
"Creo -prosiguió- que el tema amerita una campaña menos festiva y más seria, profesional y profunda. La utilización de símbolos con fuerte identificación ciudadana para campañas es admisible si es sólo una parte, la mediática, que ayude a imponer conocimiento, información y formación colectiva."