Por primera vez una investigación determinará la ruta y los movimientos de lobos marinos rehabilitados
SAN CLEMENTE DEL TUYÚ.- A simple vista lucen como pequeñas mochilas que calzan sobre el lomo. El detalle es esa antena que sobresale unos diez centímetros, fundamental para el registro satelital durante los próximos dos o tres meses, período que permitirá conocer un poco más sobre el rumbo, escalas y comportamiento de estos seis lobos marinos juveniles, todos rescatados con distintas patologías, asistidos y devueltos a mar abierto una vez recuperados.
Esta investigación que encabeza el biólogo Diego Rodríguez, director del Grupo de investigación en biología, ecología y conservación de mamíferos marinos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, apunta a la especie conocida como de "dos pelos", con su principal colonia en la costa uruguaya y amplia presencia en el denominado ecosistema del estuario del Rio de la Plata y su Frente Marítimo (Erpfm).
A partir de un convenio con el Conicet y la Fundación Mundo Marino, esta última encargada de la rehabilitación de los animales, por primera vez se podrá saber cuál es la reacción y ruta de estos ejemplares en su vuelta al océano luego de pasar entre 25 a casi 60 días bajo tratamiento por profundos cortes y/o cuadros de desnutrición o deshidratación.
"Mediante un telémetro que se le adosa al lomo y envía señales a un satélite podremos conocer un detalle preciso de puntos en tiempo y espacio para establecer trayectoria que eligen, períodos estacionarios, relación con movimientos de flota pesquera y procesos oceanográficos en estas costas", explicó Rodríguez a LA NACION
El arribo a las costas de lobos marinos juveniles de esta especie con lesiones o enfermedades está en alza y preocupa. Sergio Rodríguez Heredia, biólogo del Centro de Rescate y Rehabilitación de Mundo Marino, asegura que solo en lo que va del año ya rescataron y atendieron a 148 de estos animales. "Tratamos de tenerlos el menor tiempo posible porque, por más que uno no quiera, se acostumbran a que los alimentemos", advierte sobre la necesidad de resguardar hábitos que le garanticen supervivencia en el medio marino.
Veterinarios de la Universidad Nacional del Centro especializados en cardiología, anestesista y biólogos colaboraron en la colocación de estos rastreadores, proceso que requiere una sedación del animal a efectos de tenerlo dominado. A cada uno se lo numera con un decolorante y el equipo satelital se adhiere al pelaje con un pegamento para neoprene. Lo perderán de manera natural a fines del verano, cuando cambien el pelo.
A diferencia de los lobos marinos de un pelo, que son los que más se ven en el puerto y Escollera Sur marplatenses y cuya presencia está en baja, Rodríguez resalta que la de dos pelos es una especie que está aumentando, con presencia incluso más allá de la plataforma continental y juveniles que se mueven de manera independiente y en solitario hasta los cuatro años, cuando entran en etapa reproductiva. "Sabemos bastante de su vida en tierra, en las colonias, pero muy poco de cómo se mueven en el mar", resaltó. Sus escalas son en Uruguay y el Río de la Plata, la restinga de Mar del Plata, Quequén, Bahía Blanca y Golfo San Matías.
A estos seis lobos marinos se los trasladó en un guardacostas de Prefectura Naval Argentina para liberarlos lejos de la costa. Una vez recuperados y devueltos al mar, la duda que queda en la Fundación Mundo Marino e investigadores es si se alcanzan a reintegrar su colonia y si retoman una rutina similar a la del resto de su especie. Con esta investigación, por primera vez se echará luz sobre esa falta de datos.
La importancia del estudio radica además en contribuir a su conservación. Rodríguez cita casos como Nueva Zelanda o Australia, países que habilitan zonas de pesca en función de no afectar las áreas con mayor presencia de lobos marinos u otras especies. La contracara se da en las costas bonaerense, donde la mayoría de las lesiones de estos animales están provocadas por redes y artes de pesca. "Si se quisiera determinar una política pesquera de preservación, tendríamos datos concretos a partir de lo que resulte de esta investigación", explicó Rodríguez.
Este convenio entre la universidad pública marplatense, Conicet y Fundación Mundo Marino está cumpliendo 25 años. Este estudio en particular tiene financiación de la Agencia Nacional de Investigación Científica y Tecnológica.
La participación de profesionales de distintas especialidades durante el procedimiento de colocación de rastreadores satelitales permitió además tomar otros registros para conocer más sobre el organismo de esta especie. Por ejemplo, a todos se les realizaron electrocardiogramas, hubo monitoreo permanente y también se hicieron ecografías. Los profesionales valoraron en particular la oportunidad de profundizar sobre la dinámica cardíaca y respiratoria de estos animales.
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