
Recortes y angustia en el centro de día Venid
Alrededor de una mesa, concentradas, seis mujeres cortaban bloques de parafina con cuchillos. Una de ellas levantó la cabeza: "El problema con el PAMI es que no pagan. Nosotros no queremos tener problemas. Si no, ¿a dónde vamos a ir? Hay muchos chicos que tienen que ir a dormir a la casa o se van por ahí".
Elsa Meneghetti es una de las 60 personas con discapacidad intelectual moderada que asisten al centro de día Venid, en el barrio de Flores. Entre ellos, hay 18 con pensiones no contributivas, y sus prestaciones están impagas desde enero último.
El pronóstico de Eduardo Perazzo, administrador del instituto, tiene fecha de vencimiento: "Si en 30 días esto sigue así, vamos a tener que suspender prestaciones: recibirlos tres días por semana". Además, la falta de pago del PAMI hizo que Venid dejara de financiar los medicamentos de los pacientes y que no se pagaran los aguinaldos correspondientes al mes de junio. También se suspendieron las salidas y paseos.
La coordinadora psicopedagógica, Marianela Cagnoni, explicó a LA NACION que las actividades de los talleres son centrales en el instituto. "Ajustamos el presupuesto, pero no podemos dejar de hacerlos –afirmó–: son mediatizadores y sirven para estimular la autonomía y habilidades de los pacientes."
Cuando la falta de pago a la institución llegó a los medios, los profesionales de Venid tuvieron que buscar una estrategia terapéutica para mantener la calma de los pacientes. "No saben quiénes son no contributivos, porque sería muy angustiante. Tratamos de que entiendan que van a estar bien, independientemente de lo que pase con el PAMI", dijo Cagnoni.




