
Una escuela de enfermería convirtió su anhelo en ley
Larga espera: después de 15 años de reclamos, el centenario instituto Cecilia Grierson pasó a depender de Educación.
1 minuto de lectura'
Ayer fue un día atípico en la Legislatura porteña. Los diputados fueron ovacionados cuando levantaron sus manos para marcar el fin de un reclamo que los alumnos y profesores de la Escuela de Enfermería Cecilia Grierson vienen haciendo desde hace quince años: lograr el pase de esa institución, que hasta ahora dependió de la Secretaría de Salud porteña, a la de Educación.
El pase simplificará el reconocimiento de los títulos de sus egresados y dará estabilidad a los docentes.
Vestidos con los uniformes que varias generaciones de enfermeros usaron desde que esa escuela fue fundada por la primera médica argentina, en 1886, decenas de docentes y estudiantes recordaron ayer el reclamo a los legisladores, que tenían previsto tratar el tema.
Con aplausos, cantos y silbidos, pancartas y velas encendidas, presionaron a los diputados para que den el sí al proyecto de ley impulsado por la Alianza. "La escuela tendrá el fortalecimiento en el ámbito que naturalmente le corresponde, que es el de Educación, y mantendrá una coordinación de Salud", dijo a La Nación la legisladora justicialista Kelly Olmos, que impulsó su propio proyecto.
La ley comenzará a regir a partir de su publicación en el Boletín Oficial y la transferencia deberá tener lugar antes del 31 de diciembre de este año.
La escuela, pública y gratuita, se incorporará definitivamente al sistema educativo de nivel superior del Gobierno de la Ciudad. Su sede permanecerá en el hospital Durand, Ambrosetti 601, en parque Centenario.
"Esto nos permite tener estabilidad académica, supervisión y asesoramiento pedagógico", dijo a La Nación una de las instructoras de la escuela, Magdalena Barrionuevo, que aplaudió con ganas cada uno de los discursos de los diputados.
"Por fin los alumnos que se recibieron el año pasado van a poder matricularse", agregó una colega suya, María Elena Cabrejas.
Mientras organizaba una fiesta para celebrar, Cabrejas explicó a La Nación que, desde la aprobación de la ley federal de educación, cuando las instituciones terciarias fueron transferidas al gobierno porteño, la ministra de Educación, Susana Decibe, dejó de reconocer sus títulos.
Según esta docente, luego de la transferencia la Secretaría de Educación porteña tampoco reconoció directamente los títulos de esta escuela, porque dependía de Salud.
Asunción Godoy, de 29 años, se cuenta entre los 600 estudiantes que obtendrán la jerarquía que corresponde a sus años de estudio. Las horas que pasó ayer, tocando el bombo en la esquina de Sarmiento y Paraná, no fueron en vano.





