
Vuelve la hostería de la isla Victoria
Frente a Puerto Anchorena se levanta la nueva construcción con 22 habitaciones, spa y restaurante
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SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Desde principios del siglo XX fue el lugar de ensueño para no pocas parejas de mieleros, hasta que un incendio, en marzo de 1982, convirtió en cenizas toda su magia.
Pero por fin, después de casi veinte años de abandono y olvidos, este verano reabre sus puertas la legendaria Hostería Nacional de la isla Victoria, en el corazón del lago Nahuel Huapi.
Erguida sobre un acantilado de 30 metros de altura, frente a la bahía de acceso a Puerto Anchorena, la hostería nacional luce ahora una fachada casi igual a la de antaño, aunque un poco más grande.
Los concesionarios de la empresa Mares Sur, que la recibieron para reconstruirla y abrirla al público, llevaron sus siete habitaciones a veintidós, y construyeron nuevos espacios para servicios que no deben haber imaginado sus creadores en 1937, cuando se levantó la original, ni sus huéspedes de entonces.
Apabullante panorama
Lo que permanece inmodificado es el estremecedor paisaje al que mira la terraza suspendida sobre el Nahuel Huapi, sobre sus brazos del Oeste, y el amplio despliegue de la cordillera de los Andes.
A derecha e izquierda se abre la isla Victoria, con sus bosques autóctonos de cipreses y coihues, y especies autóctonas como las sequoias.
Cincuenta kilómetros de sendas entre los árboles recorren sus 3700 hectáreas de superficie, dividida en un área intangible de reserva estricta y otra de reserva nacional, en jurisdicción del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Por allí es posible realizar largas caminatas bajo la orientación de un baqueano, cabalgar la zona o bien recorrerla en mountain bike.
En el lago se puede pescar, bucear o andar en kayak. Y todo lo que podría faltar en el exterior, está en la hostería, cuyo estilo fue definido por sus dueños como de "hotel boutique".
Sandro Iachetti, uno de los responsables del emprendimiento, explica que el nuevo edificio demandó una inversión de tres millones de pesos.
"La reconstrucción buscó respetar el diseño original, que cambió sólo en el tamaño y la modernización de sus servicios de acuerdo con los cánones actuales", afirma.
Así, de la mano del estudio de Delia Tedín, la hostería fue edificada en piedra y madera, como las construcciones típicas de Bariloche, pero con un interior contemporáneo.
Entre otras comodidades cuenta con un amplio spa-solarium, con pileta climatizada, y una cava "donde intimar con los mejores vinos del país".
Además comprende salas de música y video, una nueva biblioteca, un bar "de refugio andino", y una moderna cocina, la que -según prometen los emprendedores- "pronto alcanzará una prestigiosa reputación".
Importante paisaje
El entorno también fue motivo de un dedicado trabajo, en este caso a cargo del paisajista Juan Grimm, quien diseñó un bosque-jardín con especies autóctonas.
Consciente de la sorpresa que causa una inauguración semejante en tiempos de recesión, inestabilidad presidencial y moneda tambaleante, Iachetti no abandona su optimismo.
"Desde los atentados del 11 de septiembre, todo es cambiante y parecer derrumbarse. En la Argentina el Ôcorralito´ y los disturbios empeoraron un panorama que ya era complejo, pero de todos modos apostamos a que esta primera temporada nos permita hacer conocer la hostería, tanto en los lugares más cercanos como Villa La Angostura y Bariloche, como a nivel nacional y en el extranjero", afirma.
Las expectativas del grupo apuntan a trabajar con el 60 por ciento de visitantes del exterior. Por eso armaron una estrategia de comercialización novedosa: se basan en programas de descanso all inclusive , poco frecuentes en el país, por los que se encargan de todo lo que demanda el turista que los elige y plantean su marketing en la originalidad de ser la única hostería de este nivel que está en una isla.
Mares Sur, que en Bariloche maneja también el Tunquelén, además de Las Lengas de Ushuaia y el hotel Del Bosque en Pinamar, se encarga del visitante desde el punto en el que esté. Del aeropuerto, si llega en avión o el Tunquelén, en Llao Llao, si viene en auto. Allí el huésped aborda una embarcación que en pocos minutos atraca junto a la playa Del Toro, a los pies de la hostería. Y, como lo anuncian, sale del mundo para ingresar en una isla que vale la pena conocer.
Paquetes all inclusive
Dos noches: "Descubriendo la Isla Victoria". Dos noches. La habitación doble cuesta 670 pesos por persona y la single 960 pesos.
Semanal: "Una semana en la Isla Victoria". Siete noches. La doble cuesta 1550 pesos por persona y la single 1950 pesos.
Quincenal: "Dos semanas en la Isla Victoria". La doble, a 2900 pesos por persona y la single cuesta $3900.
Mieleros: "Luna de miel". Seis noches, con una más en el hotel Emperador de Buenos Aires. La doble, 1480 pesos por persona.
Adicional: la noche adicional cuesta 250 pesos (doble) y 380 pesos (single).
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