Cuáles son los precios del Samsung Galaxy S6, que estuvimos probando
Las dos versiones del smartphone insignia de Samsung ya se venden en la Argentina; qué incluyen la versiones
Samsung presentó en la Argentina los Galaxy S6 y S6 Edge a principios de este mes, que estuvimos probando unos días. A partir de esta semana deberían estar disponibles los equipos en las tiendas, y con ellos llegan los precios.
Claro promociona a 11.999 pesos el S6 y 15.499 pesos el Edge, ambos con un abono de $ 450; Movistar los ofrece a 9999 y 12.499 pesos, respectivamente, con un plan One ($ 349), con un descuento de un 25% para quienes lo compren antes de fin de mes. El precio con Personal es muy parecido: 9899 y 12.599 pesos con un abono Black ($ 360 mensuales o más). Varias tiendas minoristas (Frávega, Garbarino, Rodó, Ribeiro) lo venden sin línea a 14.999 pesos el S6 o 18.9999 pesos el S6 Edge. Dependiendo de la oferta incluye, en algunos casos, un cargador inalámbrico con la compra, un descuento al usar alguna forma de pago, o la posibilidad de pagarlo en 18 cuotas.
¿Vale la pena por ese precio?
Sí y no. Evidentemente la enorme mayoría de nosotros usa una décima parte de lo que puede ofrecer un equipo de este porte, y andaría lo más bien con un teléfono de gama media que sale la mitad o menos; pero esto se aplica a todas las marcas.
Pero para quien tenga el dinero y esté buscando el mejor smartphone disponible, el S6 es una muy sólida alternativa. Esto es una buena noticia para Samsung, que no tuvo un buen año con el S5 y que está teniendo problemas de producción con el S6. Tiene mejores ventas que el S5, pero quedó un poco retrasado respecto de las expectativas que tenía la compañía surcoreana.
Pero más allá de las dinámicas del mercado mundial, el equipo ofrece, en la Argentina, una cámara excepcional, una excelente pantalla y un muy veloz procesador, en un diseño renovado que suma algunos logros y, también, alguna que otra decepción.
El S6 no es la única alternativa de alta gama en el país; se suma al Sony Xperia Z3 (con un precio apenas por debajo), al Moto X (también más barato) ambos con prestaciones más modestas, y al LG G4 , que según LG estará disponible en la Argentina el mes que viene. Esto, más allá de alternativas que no se venden por operadora en el país, como el iPhone 6 o el HTC One M9.
El diseño
El S6 se vende en dos versiones: la tradicional, y la que usa una pantalla que en los laterales se curva hacia atrás. Ambas tienen, como Xperia Z3, algunos modelos de Huawei y como usaba antes el iPhone, vidrio (Gorilla Glass 4) como cubierta trasera, unidas por un borde curvo de metal y esquinas redondeadas. El equipo se siente delgado (gracias a los 6,9 mm de grosor, en promedio) y liviano, y es cómodo en la mano (con un tamaño casi idéntico al S5), aunque el Edge pierde puntos aquí (ver más abajo).
Ya no hay plástico a la vista, y el resultado (dos placas de vidrio unidas por metal) es muy bueno.
El borde inferior del equipo es, como se ha dicho desde su anuncio, muy parecido al del iPhone; el frente es clásicamente Samsung, aunque el botón de inicio cambió un poco de forma. La buena noticia: el sensor biométrico que vive allí funciona por contacto (y muy bien), al estilo del iPhone, y a diferencia de la poco precisa versión del S5, que requiere deslizar el dedo sobre el sensor.
Se pueden configurar hasta cinco huellas digitales para desbloquear el equipo y para –eventualmente- usar su herramienta de pagos móviles. La mala: no siempre es cómodo de usar, ya que queda muy en el borde del teléfono. Pero funciona sistemáticamente bien, que es la clave, y se puede registrar la huella digital en la orientación que más nos convenga.
Samsung incluyó otros tres botones: el de bloqueo, en el lado derecho, y el de volumen en el izquierdo, esta vez separando el que sube el volumen del que lo baja. Y ubicó el conector de audio en la base, junto al conector microUSB para carga y datos.
Ya no está el conector USB 3.0 del S5, ni es posible expandir la memoria o cambiar la batería, dos decisiones discutibles (otros fabricantes como Sony o HTC incluyen la ranura para una microSD; LG mantiene ambas opciones en el G4) pero que según Samsung le permiten un dispositivo más compacto. Dejó de ser resistente al agua, además.
En el borde superior del teléfono está la luz infrarroja que le permite funcionar como control remoto de televisores, reproductores de DVD y otros dispositivos similares, algo que ya estaba presente en versiones anteriores.
En el dorso del teléfono está la cámara –que sobresale respecto del resto del equipo, así que será un punto de impacto y roce-, el flash y el monitor de ritmo cardíaco, que como en el S5 requiere apoyar el dedo unos segundos para funcionar. Un cambio es que el S6 viene de fábrica con carga inalámbrica (alcanza con apoyar el teléfono sobre el cargador especial). Usa el estándar Qi, así que es compatible con los cargadores por inducción que usan Microsoft/Nokia y otras compañías hace tiempo.
La memoria y la versión Edge
En el exterior, ambas versiones se ofrecen en tres opciones de almacenamiento no expandible (32, 64 y 128 GB). En la Argentina habrá que elegir entre dos alternativas: el S6 con 32 GB (23 GB libres para el usuario) o el S6 Edge con 64 GB (55 GB libres). Más allá de eso, el hardware en ambos es idéntico, salvo por la pantalla (plana o curva) y por la batería, que en el Edge es apenas mayor.
¿Se justifica pagar ese 25% más por la pantalla curva y el mayor almacenamiento? Difícil decidirlo, pero aunque el Edge es –para mí, al menos- mucho más atractivo que el S6 convencional, la pantalla curva no aporta nada, funcionalmente hablando.
Sí, Samsung incluyó al menos dos herramientas que la aprovechan: se eligen cinco usuarios favoritos, y cuando alguno de ellos llama, el borde curvo de la pantalla del teléfono se tiñe del color que se les asignó; si el teléfono está boca abajo se reflejará en la mesa, y ayuda a determinar quién llama (se puede silenciar la llamada con el dedo en el sensor de pulsaciones). También se agrega un discretísimo widget en el borde curvo de la pantalla, que permite desplegar un menú de acceso rápido a esos cinco contactos y alerta, además, cuando alguno de ellos interactuó con nosotros (una llamada, un mensaje, un mail).
En ambas versiones, no obstante, el teléfono incluye también una luz de notificación en el frente.
Lo negativo del Edge: los dos bordes curvos son un imán para los reflejos; la unión del vidrio con el metal en los laterales los hace más puntiagudos, y es un poco incómodo para tener en la mano mucho tiempo. Además, Android asume que todas las pantallas son planas, y aunque Lollipop juega mucho con los desplazamientos laterales (algo para lo que, en los papeles, una pantalla como la del Edge es ideal), muchos elementos de interacción se ubican en los bordes de la pantalla, y no son cómodos de acceder en el Edge.
Todo eso, sin embargo, son detalles mínimos, y más que nada una cuestión de costumbre: el Edge ofrece más cosas que el S6 tradicional, pero quizá no justifica el costo adicional.
El Galaxy S6 convencional (con la pantalla plana) tiene bordes laterales redondeados, en cambio, y se siente muy cómodo en la palma de la mano.
El rendimiento, la pantalla y la cámara
Samsung combinó 3 GB de RAM DDR4 (2,6 GB disponibles para el usuario) con un procesador de ocho núcleos muy potente (un Exynos 7420; no hay versión con chip de Qualcomm) y –punto clave- una memoria flash que usa un estándar UFS 2.0, mucho más veloz que el que usa el resto del mercado eMMC; no solo el ancho de banda es mayor, sino que admite lectura y escritura en simultáneo, por lo que puede abastecer mejor a la RAM y al procesador (que ya eran veloces de por sí). La combinación es similar a la de poner, en una PC, un SSD en reemplazo de un disco rígido: las aplicaciones cargan mucho más rápido.
Aquí, de nuevo, vale la salvedad que se aplica a cualquier equipo de alta gama de los últimos tiempos: un teléfono con 1 GB de RAM y un chip de cuatro núcleos ya es suficientemente rápido para la mayoría.
Pero en el S6 todo es muy veloz, y debería permitirle al teléfono una vida útil mayor con el correr del tiempo, tanto por la acumulación de aplicaciones activas y "basura" digital que van ralentizando el equipo, como por el hecho de que las nuevas versiones de las aplicaciones y de los sistemas operativos van exigiendo cada vez más al hardware a medida que la vara de lo que es "estándar" se va corriendo.
El equipo tiene otros dos elementos de gran nivel: la pantalla y la cámara. La pantalla SuperAMOLED de 5,1 pulgadas tiene resolución QHD: 2560 x 1440 pixeles. ¿Superflua? En buena medida, ya que ofrece una densidad de pixeles de 577 pixeles por pulgada, y el ojo humano no alcanza a distinguir –en condiciones normales- mucho más allá de los 300 ppp. Da igual: la pantalla tiene una definición excelente, muy buenos ángulos de visión y se ve muy bien a la luz del sol. El brillo y la saturación de color también son muy buenos.
La cámara es excelente, gracias a los 16 megapixeles, sensor Sony IMX240 (o un Isocell de Samsung, en algunas tandas de producción) y estabilización óptica de imágenes.
Dependiendo de a qué hinchada se pertenezca, el resultado general (es decir, tomando en cuenta una combinación de factores, y no solamente la resolución o la velocidad con la que hace foco) es mejor que el que se obtiene con el iPhone 6, idéntico en calidad o un poco inferior.
Como fuere, es una cámara fantástica, y una de las mejores del mercado, continuando la tradición de Samsung en este área. Es ultra veloz, tanto para la activación –con una doble presión del botón inicio- como para el autofoco y la captura; tiene gran sensibilidad con poca luz (gracias a su apertura f/1.9), el modo macro es muy bueno y el flash cumple lo que promete (iluminar la escena sin quemar las imágenes). Samsung eligió el camino de la sencillez para la interfaz de control, algo que aplaudo. Incluye también un modo "Pro" que permite un control manual de todos los parámetros. La cámara frontal –de 5 megapixeles- también ofrece buena calidad en las imágenes.
En lo que refiere a video, una función muy atractiva es la del autofoco con seguimiento: mantiene el foco del retratado aunque cambie de posición o se mueva la cámara. Graba video en 4K a 30 cuatros por segundo, en Full HD a 60 fps o en cámara lenta a 120 cuadros por segundo, en todos los casos con buen resultado.
No tuve problemas con la conectividad (que al 3G le suma 4G AWS); de hecho tuve señal en lugares donde normalmente no tengo cobertura. La calidad del audio de las llamadas es correcta.
También tiene, como cualquier otro equipo de su segmento, Wi-Fi, GPS, Bluetooth 4 y NFC. No tiene radio FM.
Lo más flojo
El S6 tiene una batería (fija) más pequeña que el S5: 2550 mAh el S6, 2600 mAh el S6 Edge. No te regala nada: no tiene problemas en llegar al final del día, pero no mucho más, a diferencia de otros equipos (o de los Galaxy Note).
Un paliativo es el modo de ultra ahorro de energía, pero es muy extremo (con la pantalla de blanco y negro y un puñado de aplicaciones activas); me parece mejor el que tiene el Xperia Z3 (que además tiene una mayor autonomía). Pero no está mal; simplemente no mejora respecto de versiones anteriores, como sí hace el teléfono en el resto de las cosas.
El Galaxy S6 que probé corre Android 5.0.2; con la actualización a 5.1.1 (que todavía no está disponible para la versión local) llega, entre otras cosas, una herramienta que detiene aplicaciones problemáticas que siguen corriendo en segundo plano; también debería corregir el problema de fuga de memoria en la RAM que afecta a los equipos con Lollipop.
En lo que refiere a la interfaz de usuario, Samsung simplificó algunas cosas y mantuvo otras, por lo que el resultado no es el de un Android puro. Entre los logros están mantener la posibilidad de tener dos aplicaciones en pantalla –aunque no sirve para cualquier programa-; un cliente de correo electrónico y un calendario que aprovechan el estilo despojado de Lollipop y la alta resolución del teléfono; una herramienta que muestra cuánto espacio de almacenamiento queda, cómo viene la RAM y la batería; y la posibilidad, como ofrecen otros fabricantes, de aplicar "temas" al equipo (cambia la paleta de colores del sistema operativo, los iconos, etcétera).
Una herramienta que el usuario debería aprovechar es la que bloquea el uso del teléfono ante un robo, incluso si se lo formatea, que requiere registrarse como usuario de Samsung. Así como en otros años se asoció con Dropbox, esta vez ofrece 100 GB gratis por dos años en OneDrive de Microsoft si el usuario se registrara en la aplicación.
Samsung sigue insistiendo, sin éxito, con S Voice, su asistente digital, como reemplazo de Google Now. Lo mismo pasa con su tienda de aplicaciones y con su navegador, galería de fotos, reproductor de audio y video (superfluos, porque la compañía está obligada a incluir también los de Google); a la vez, las herramientas multimedia permiten poner en funcionamiento el sector "privado" del teléfono (para guardar archivos que sólo se ven con contraseña) y tienen soportes para múltiples códecs.
Conclusión
El Samsung Galaxy S6 ofrece, en sus dos versiones, características muy logradas, y sobre todo es un buen avance respecto de modelos anteriores, tanto en lo que tiene que ver con la calidad de los materiales usados y la atención al detalle en el diseño, como en la cámara y la pantalla, ambas excelentes, y en un muy buen rendimiento del equipo en general gracias a su procesador y memoria. A la vez, la falta de expansión en el almacenamiento interno y la batería fija serán, para muchos, un punto en contra. Pero no restan demasiado; el S6 es muy buen equipo.
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