Pay per TIC: cómo la combinación de tecnología y finanzas ayudó a los clubes de barrio a cobrar sus cuotas
Si bien Fabián Barros Requeijo lleva años emprendiendo, acaba de ser reconocido como Emprendedor del Año por la CESSI por Pay per TIC, una compañía que se define por el pago respetuoso.
Desde 2013 se ocupa de recaudar todo tipo de pagos sin tocar dinero, desde cuotas escolares o sociales, expensas, suscripciones, mantenimientos, abonos, seguros médicos u obras sociales, entre otros. Lo hace a través de pagos en débito por CBU, por tarjeta de crédito u otros medios digitales. También provee las liquidaciones, el seguimiento de los pagos y su distribución automática. Su costo, dicen, es menor que el de la competencia y comprende un porcentaje sobre las transacciones efectivas más la comisión, que depende del medio de pago utilizado. No tiene costos fijos ni otro tipo de compromisos. Al leer la lista de los clientes, hay muchos clubes de barrio como Nueva Chicago, All Boys o Platense, entre otros, instituciones educativas, consorcios y también a empresas corporativas.
La idea nació en el 2009 y se materializó en el 2013. "Hacíamos software para organizaciones sin fines de lucro que no podían pagarnos" sintetiza Barros Requeijo. "Las entidades tienen que ocuparse de sus objetivos, de sus socios y no de lidiar con los medios de pago. El dinero no tienen que ser una barrera para poder gestionar adecuadamente sus entidades"., agrega el responsable de Pay per TIC.
Las entidades tienen que ocuparse de sus objetivos, de sus socios y no de lidiar con los medios de pago. El dinero no tienen que ser una barrera para poder gestionar adecuadamente sus entidades
Si bien está agradecido con el premio, reconoce que los reconocimientos llegan tarde y no cuando uno precisa el aliento. "Competimos de igual a igual con las grandes cambiando las reglas, al punto de posicionar el concepto del pago respetuoso y la atención personalizada. Instalamos la categoría de recaudación institucional cuando las organizaciones eran tratadas como un simple comercio", explica Barros Requeijo a LA NACION.
Con 55 años, el fundador de la compañía fue destacado por la Cámara de la Industria Argentina de Software -institución que entrega el Premio Sadosky- una decisión que reforzó la idea de que ser emprendedor no necesariamente tiene que ser el estereotipo de millennial.
Seis años después de su nacimiento, Pay per TIC tiene como clientes a más de 200 entidades que se informatizaron con sus servicios de recaudación y más de 500.000 pagadores que aportaron a través de su herramienta que permite pagar desde todas las partes del mundo, por diferentes tipos de pago y en todas las modalidades.
Estudiar, empatizar y escuchar
"Nací en la extrema pobreza, al punto de ser alimentado por vecinos, eso me enseñó a ser agradecido y aprendí a no rendirme nunca", y explica que en ese momento entendió que ser tímido no era negocio. "Aprendí de muy pequeño que para tomar una gaseosa tenía que ser simpático para que me inviten". Su recorrido empezó a los 9 años. Trabajaba en un depósito e iba a la escuela. De camino a ella, aprovechaba para visitar diferentes negocios: "A los 12 era el mejor vendedor del mayorista y media solo 99 centímetros, fruto de las enfermedades y desnutrición", rememora Barros Requeijo.
Desde entonces, sabía que el estudio sería su única salida para evitar la droga o la delincuencia. Si bien le costó mucho, nunca dejó de hacerlo. Primero intentó con economía, pero se dio cuenta "que no era una carrera para un pobre", por eso decidió estudiar para maestro de escuela primaria en el Instituto de Enseñanza Superior Mariano Acosta. Una vez recibido, siguió con una licenciatura en sistemas y luego, con administración de empresas en la Universidad de Buenos Aires.
Con la experiencia de haber trabajado como asesor de los gobiernos de Ricardo Alfonsín, Fernando De la Rúa, Cristina Kirchner y Mauricio Macri, lo que más le da orgullo fue lavar los platos y no haber claudicado nunca. "Me tuve que reinventar cinco veces", cuenta Barros Requeijo, que no se considera empresario sino emprendedor.
Desarrollamos el concepto del pago respetuoso y la atención personalizada. Ofrecemos la recaudación institucional a organizaciones que eran tratadas como un simple comercio
Pay per TIC tuvo varios hitos hasta hoy. Además del premio Sadosky, obtuvo reconocimientos de la Unión Europea y de la Comunidad Java Internacional. Pero los más sobresalientes tienen que ver con haber ayudado a salir de la quiebra a varios clubes de barrio. Lograron la gestión del 78% de pagos electrónicos en Córdoba con un aumento de 221% en la recaudación, automatizaron la experiencia de pago en más de 200 entidades y disminuyeron la morosidad pero no acosando a los deudores, sino a través del concepto de pago respetuoso y atención personalizada.
Este año Pay per TIC fue reconocida por los gobiernos de Argentina, Brasil y España como una de las empresas de mayor futuro y tracción de Argentina. El Banco Interamericano de Desarrolló destacó a la institución como una de las tres fintech más importantes de la argentina.
"Las fintech estamos de moda como los videoclubes en su momento", ironiza Barros Requeijo: "Los negocios son los mismos pero con diferentes herramientas". Para él, las billeteras digitales contradicen el principio económico de preferencia de la liquidez, por lo cuál hay que dar muchos diferenciales económicos y de uso para lograr que la gente deje su dinero en un tercero. "Cualquiera puede prestar, otra cosa es recuperar el capital, lidiar con el fraude, evitar el lavado de dinero y no tener contingencias legales o impositivas". Paradójicamente, las fintech dependen de los bancos para operar y es la tecnología la que permitirá -mediante una estructura inteligente- aportar nuevas soluciones.
Muchas entidades eran "instituciones pobres de socios ricos", como indica Pay per TIC en su pagina web, por eso la consigna de pago respetuoso, el seguimiento y las múltiples posibilidades permitieron no sólo que gestionara cientos de miles de cobranzas, sino que muchos de sus clientes pudieran seguir existiendo gracias a sus servicios y la tecnología disponible.