Gobierno panameño toma “control” de provincia bajo estado de urgencia por protestas

El gobierno panameño tomó el "control" y apagó disturbios en la provincia caribeña de Bocas del Toro, luego de que el presidente José Raúl Mulino decretara el estado de urgencia tras casi dos meses de protestas antigubernamentales, informó este lunes el director de la policía.

Mulino suspendió el viernes por cinco días las libertades de reunión y movimiento y dejó sin efecto las garantías constitucionales que impiden la violación del domicilio y el registro de comunicaciones en esa provincia, donde se registraron disturbios.

Los incidentes más graves tuvieron lugar en Changuinola, donde grupos de manifestantes encapuchados provocaron daños en el aeropuerto, un estadio de béisbol, oficinas gubernamentales y saquearon varios comercios.

Además, desde el pasado 28 de abril, había más de cuarenta bloqueos en carreteras de Bocas del Toro, donde los manifestantes colocaron troncos y objetos pesados para evitar el paso de los agentes, lo que provocó desabastecimiento y pérdidas millonarias.

"Ya existe una consolidación de la policía y de la fuerza pública en general en Bocas del Toro", dijo en conferencia de prensa el director de la policía, Jaime Fernández.

"Logramos de alguna manera tomar control de la situación" y las afectaciones por las protestas y saqueos "han cesado", aunque aún "sigue latente una amenaza", agregó.

El Ministerio de Seguridad publicó varias fotos y videos donde se ven policías limpiando las calles de Changuinola. Medios locales también reportaron el cese de los enfrentamientos.

El gobierno panameño, que ha destinado más de 2500 policías para restablecer el orden, también suspendió internet y la telefonía móvil en Bocas del Toro.

Las protestas contra el gobierno, iniciadas hace casi dos meses y que se recrudecieron el jueves, han dejado un muerto, más de 300 detenidos y decenas de heridos, entre ellos 14 policías, según las autoridades.

"Gran parte de las aprehensiones se deben a vandalismo y saqueo", declaró el viceministro de Seguridad, Luis Felipe Icaza.

"Hay daños significativos todavía", lamentó Fernández.

Hasta la semana pasada, los trabajadores de la compañía bananera estadounidense Chiquita Brands lideraban las protestas en rechazo a una reforma de las pensiones que eliminaba algunos de sus beneficios.

Sin embargo, esos beneficios les fueron restituidos posteriormente tras un acuerdo con el gobierno, por lo que los trabajadores bananeros se retiraron aparentemente de las protestas.

Las autoridades acusan ahora a "bandas delincuenciales" y a "pandilleros" de los saqueos y los disturbios de los últimos días.

jjr/atm

Peligroso paralelismo. Cómo la caída de un dictador panameño influye en la política de Trump hacia Venezuela

Misterio sin resolver. El avión de los cadetes que “desapareció” en el aire y las teorías de los que aún buscan la verdad

Participan 190 países. Cinco estudiantes neuquinos viajarán al “mundial” de robótica en Panamá