Las claves para instalar correctamente este sistema para poder circular con tranquilidad por rutas con hielo o nieve acumulada
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Con la llegada del invierno y las primeras nevadas, las cadenas para nieve vuelven a ocupar un lugar esencial entre los elementos de seguridad vial. Este dispositivo, diseñado para aumentar la tracción de los neumáticos en superficies nevadas, es obligatorio en determinados tramos donde las condiciones climáticas lo exigen.
El uso de cadenas para transitar en nieve existe hace más de un siglo y si bien se han desarrollado opciones más modernas, de tela o mixtas, las clásicas metálicas siguen siendo útiles para este tipo de situaciones.
El primer paso para su correcta colocación es identificar cuáles son las ruedas motrices del auto, ya que sobre ellas debe colocarse el sistema de cadenas. En autos con tracción delantera (la mayaría de los modelos del parque automotor) se instalan en las ruedas delanteras. En cambio, en los vehículos con tracción trasera deben colocarse en las ruedas posteriores. Si se trata de un modelo con tracción total o 4x4, lo recomendable es instalarlas en las cuatro ruedas para una mayor estabilidad, aunque algunos sistemas permiten hacerlo solo en un eje específico. En estos casos, es aconsejable consultar el manual del vehículo para confirmar la configuración adecuada.
Antes de comenzar, es importante desplegar las cadenas sobre el suelo para verificar que no estén enredadas. Esto facilita su manejo y evita errores en el montaje. Luego se debe pasar el cable de acero por detrás de la rueda (es común que traigan un plástico para mejor agarre), enganchándolo para conformar el primer anillo (los ganchos de metal deben mirar hacia las cubiertas para no dañarlas).
Una vez enganchado el aro, se continúa extendiendo la cadena sobre la parte externa de la rueda, cubriendo la banda de rodamiento. Para facilitar el ajuste, se recomienda mover el auto unos centímetros hacia adelante o hacia atrás, permitiendo que la rueda pise la parte inferior de la cadena.
Una vez cubierta la rueda, se deben unir los enganches y tensores. El mecanismo suele ser intuitivo, ya que las piezas están diseñadas para ensamblarse de una única manera y venir en colores distintos. Es necesario conducir unos metros, detenerse, y ajustar nuevamente las cadenas para garantizar que queden bien sujetas.
Con cadenas colocadas, la velocidad máxima permitida es de 50 km/h, según los estándares internacionales. Además, es fundamental retirarlas una vez que desaparece la nieve, ya que continuar circulando con ellas en pavimento seco puede dañar tanto el dispositivo como el neumático.
Aunque las cadenas metálicas continúan siendo las más difundidas, alternativas más recientes como las de tela —más simples de instalar, aunque menos duraderas— ofrecen soluciones rápidas y eficaces en emergencias. En todos los casos, llevarlas en el baúl cuando se transita por zonas de alta montaña es más que una precaución: es un requisito obligatorio en diversos pasos fronterizos y rutas nacionales.