Leonard Cohen, censurado por el algoritmo de Facebook
Un escritor argentino publicó en su muro un poema de Cohen, en el que el escritor y músico estadounidense ironiza sobre su condición de judío, y fue borrado por la red social de Zuckerberg; autores, editores y periodistas, en contra de la censura
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En materia cultural, el algoritmo de Facebook sigue siendo el hazmerreír de los usuarios y siembra dudas acerca del coeficiente intelectual de la inteligencia artificial. Este vez, las “víctimas” fueron dos poetas: el músico y escritor estadounidense Leonard Cohen y el escritor y traductor argentino residente en Barcelona Jonio González (Buenos Aires, 1954), que había publicado en su muro el poema “El genio”, del escritor y cantante estadounidense, traducido por Lucrecia Arcos Alcaraz. En la red social, González suele compartir textos de escritores de todas las épocas y nacionalidades. El poema de Cohen integra The Spice-Box of Earth, volumen publicado en 1961.
“La historia es la siguiente -dice González en diálogo con LA NACION-. En mi muro publiqué el poema ‘El genio’, en el que Cohen ironiza sobre su condición de judío. Facebook lo borró del muro y me anunció que restringían mis publicaciones durante veintinueve días. Recurrí y levantaron la restricción, pero sin permitir el acceso al texto que la provocó. Facebook, o su algoritmo, se justificaba con el argumento de que dicha publicación contravenía las ‘normas comunitarias’, en concreto las referentes al ‘lenguaje que incita al odio’, definido como ‘el que ataca directamente a las personas’, no a conceptos o instituciones, aclara, mediante ‘estereotipos perjudiciales’. Es decir, que si con tono amable, sin echar mano de improperios, alguien niega, por ejemplo, el Holocausto, no pasa nada; pero si un judío como Cohen ironiza sobre su condición de judío, y al hacerlo pone en evidencia los numerosos prejuicios todavía presentes al respecto en nuestra sociedad, el algoritmo lo censura”.
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Escritores como María Teresa Andruetto, Mónica Sifrim, Gustavo Gottfried, Carles Tàvec y María del Carmen Colombo, entre muchos otros, se solidarizaron con González en la red social ideada por Mark Zuckerberg. “Facebook sencillamente confunde con odio el dar a entender lo contrario de lo que se dice, para lo cual, sin duda, se requiere ya no cierta sensibilidad sino lisa y llanamente inteligencia -destaca el escritor, creador con Javier Cófreces en los años 1980 de la revista de poesía La Danza del Ratón-. Eso, o que dicha confusión es la manifestación de esa otra inteligencia que nos controla y nos hace creer que reproduciendo poemas y fotos de gatos somos un poco más libres”.
La empresa también le advirtió al autor de Ganar el desierto que, si “algo así” se repetía, podrían suspender su cuenta. “Al menos con este nombre, ad aeternum, como ya hicieron una vez -dice González-. Conclusión, y en lo personal reiterada constatación: estamos sometidos a los designios y la voluntad de las grandes empresas tecnológicas, los bancos y diversas formas de plutocracias, autocracias, de Ortegas y Melonis. Huelga dar ejemplos. Entretanto, fingimos, finjo, porque ya se sabe que quien finge lo suficiente acaba convirtiéndose en lo que finge, y si no acalla su conciencia al menos se resigna y hasta saca provecho de ello”.
“Me entero de que a Jonio González lo sancionó Facebook por incluir un texto de Leonard Cohen en el que este hablaba de su condición de judío con ironía -compartió el escritor Jorge Aulicino en su muro de Facebook-. Hay dos barbaridades acá: una, la censura directa. Facebook traiciona su propia esencia: si alguien publicara una ofensiva alusión a persona, credo, raza, seguramente sería reprobado por gran parte de los usuarios de Facebook en su país o medio social, al menos. Sería denunciado públicamente. La siguiente atrocidad es que Facebook confía la vigilancia ideológica a robots. Este caso lo revela. La vigilancia confiada a robots atenta contra la riqueza del lenguaje pero también contra la ideología, en este caso supuestamente progresista, del medio. Parecen otra cosa”. En el siglo XXI, la literatura se ha vuelto el blanco predilecto de censores digitales y de carne hueso.
El poema de Cohen censurado en Facebook
El genio
Por ti
seré un judío de gueto
y bailaré
y me pondré medias blancas
en mis piernas torcidas
y envenenaré pozos
por todo el pueblo.
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Por ti
seré un judío apóstata
y le contaré al padre español
sobre el juramento de sangre
en el Talmud
y dónde están escondidos
los huesos del niño.
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Por ti
seré un judío banquero
y llevaré a la ruina
a un viejo orgulloso rey cazador
y terminaré con su linaje.
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Por ti
seré un judío de Broadway
y lloraré en teatros
por mi madre
y venderé productos baratos
por debajo del mostrador.
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Por ti
seré un judío doctor
y buscaré
prepucios en todos los botes de basura
para coserlos de nuevo.
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Por ti
seré un judío de Dachau
y me acostaré sobre cal
con brazos torcidos
y dolor abotargado
que ninguna mente puede entender.
Traducción de Lucrecia Arcos Alcaraz
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