Magia, mística y celebración en Resistencia: el impulso de una ciudad creativa
Comienza hoy la quinta edición de la Feria a.362 hace gala de arte textil y de todo tipo de hechizos y creencias; en la Ciudad de las Esculturas, además, se reinaugura un mural de Petorutti recién restaurado y se instala la obra 686 en las calles
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RESISTENCIA. -Con la consigna Magia, mística y celebración, hoy comienza en Resistencia la quinta edición de la Feria a.362, y aunque parece una quimera lograr un encuentro de arte contemporáneo de este nivel en Chaco, la provincia lo consigue gracias a que tiene un capital humano de grandes hacedores de proezas culturales, y una cantera de artistas que parece inagotable. El próximo objetivo de estos soñadores es que la Unesco les otorgue la declaración de Ciudad Creativa.
No sería extraño que lo logren, porque sobran los motivos. Es la Ciudad de las Esculturas: hoy se emplazó en el espacio público, Multiplicidad, del artista chileno Alejandro Mardones Guillén, ganador del Segundo Premio en la Bienal Internacional de Escultura 2024. Es la número 686 que se disfruta en las calles, gracias a otro puñado de visionarios que lo soñaron en los años 60 en el Fogón de los Arrieros, y que desde los 80 continúa en la Fundación Urunday. Resistencia es un museo a cielo abierto.

El arte transcurre a puertas cerradas también: en la Casa de Gobierno se inauguró este lunes la restauración del mural Empuje de Emilio Pettoruti, realizado el 6 de octubre de 1963. Pettoruti era tertuliano del Fogón y un entusiasta del plan de embellecimiento urbano que se lleva adelante desde entonces. El título remite a la característica de los chaqueños en materia cultural. El espacio, abierto al público, necesita restauración urgente para resguardo de su acervo (guarda siete Pettorutis, por ejemplo). En una carta de 1962 se lee cómo Aldo Boglietti, su creador, le contaba a Líbero Badii, que la ciudad ya tenía 17 cuadras asfaltadas y que iban a limpiar todos los días su escultura El Alma, emplazada en la peatonal, y que luego se la devolverían. Hace más de sesenta años que la obra está reluciente. “La ciudad es reflejo de sus habitantes”, decía Boglietti. Así, con cariño, tesón y un anhelo inexplicable, esta urbe tropical y florida tiene maravillas como bronces en cajitas de cristal en las veredas, y nadie las rompe.

Con entrada gratuita, la feria transcurre este fin de semana en el elegante Club Social, con la participación de 150 artistas de 30 proyectos artísticos y galerías de Chaco, Corrientes, Tucumán, Santa Fe, Misiones y Buenos Aires, seleccionados por un jurado integrado por Rodrigo Alonso, Carlos Herrera, Matilde Marín y Laura San Martín. “Desde el arte podemos impulsar el desarrollo de nuestra provincia”, dice Marilyn Cristófani, presidenta del Club. Desde los años 70 es creadora de museos, centros culturales, teatros, coros, espacios de difusión de lo cultural y de las leyes de creación del Instituto de Cultura. Desde que se jubiló, su motor sigue en marcha y se puso al hombro la idea de una feria. Como siempre, logró concretar apoyos en las instituciones, gobiernos, universidad y entidades. Antes de cortar cintas, Cristófani recibió cuatro declaraciones de Interés Cultural de legisladores nacionales, provinciales y municipales.
En el palacete se ven las grandes instalaciones de tres artistas invitados a activar el patrimonio local. Están en el jardín las esculturas de fibras vegetales de Claudia Santanera. Se ingresa por una catarata de palabras caladas de Pablo Lhemann, tomadas de poetas y escritores locales. La silleta, indispensable en todo hogar litoraleño, tiene una versión artística de Delia Cancela, de su serie Repose, es solo por el placer. Enseguida se puede entrar a la capilla bailable de santos populares del artista Blas Aparecido e invitados, curada por Cecilia Rabossi. Tiene un VIP, que es para very important promeseros. El sueño era traer a La Difunta Correa de Berni, pero faltó presupuesto. Raro, porque suelen hacer magia: hace un año lograron erigir una réplica del David de Miguel Ángel. Acá nadie baja los brazos, así la obra tiene su altar en video y un boliche musical propio.

En esta edición el arte tiene un ausente inesperado, el arte indígena, y una gran estrella: el textil. En un enorme abanico de matices, los artistas recurrieron a la aguja y el hilo para hablar del amor, las plantas, los animales, el Gauchito Gil, vírgenes, seres mágicos, diablitos, duendes y brujas. Hay grandes puntadas sobre arpillera de Joaquín González Bonorino, obras de tejedoras santiagueñas y ñandutí de Sebastián Báez en Amorada, de Buenos Aires. Hay que ver con lupa la puntada milimétrica del chaqueño Marcelo Totis, y su increíble serie de dioses griegos. En Moiras, de Rosario, Maximiliano Venturini creó esculturas blandas de tul, con forma de mates y pavas.

En Maleza, de Tucumán, María Rosa Mamana bordó sobre camisas y en la Pontiana de General Villegas, el fueguino Javier Fernández borda miniaturas con hilos recuperados. Todo el stand es textil. El ceramista Juan Pablo Arias se unió con el artista textil Gustavo Mendoza y crearon juntos piezas multicolores, que contienen flores de tela o mantos de género. En cambio, Adriana Acevedo, en Proyecto del Arte, vuelve al origen de la cerámica y hace pequeñas venus paleolíticas.

La galería Chorizo propuso un stand mutante, que el espectador puede reorganizar a su gusto. La galería Orto suma una gran obra de Jorge Panter Alegre y retratos orientales de Jarumi Nishishinya. Hechizo Natal reúne piezas de los artistas incluidos en el libro homónimo de Fernanda Toccalino y Carlos Lezcano. Pinturas fabulosas de Andrés Romero von Zeschau, Alberto Ibarra, carbonillas de Josefina Madariaga y bordados de Julia Rossetti, entre otros.

La curaduría de Daniel Fischer busca captar la sensibilidad de ese territorio. “Pensamos que hay algo siempre del tema de la mítica, los mitos, los valores espirituales, el payé, esa idea de conjuro, y aparece como modo celebratorio. Magia, mística y celebración tiene que ver, por un lado, con que cumple cinco años la feria, pero por el otro, la celebración se ha usado en los pueblos de Latinoamérica como un modo de festejo, pero también de liberación de las opresiones sociales. Vivimos momentos muy convulsionados, y a veces el festejo es una válvula que libera, como algo catártico, y permite contactarse y pensarse en comunidad”. El arte salva, se escucha mucho por acá.

En 2010 otro hito fue la creación de la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura de la Universidad Nacional del Noroeste (UNNE). En el Aula Magna, se le otorgó el Doctorado Honoris Causa a la filósofa del arte Elena Oliveras, oriunda de Villa Ángela. “Es muy emocionante para mí porque desde aquí, donde están mis raíces, pude también dar frutos”, dijo. En su ponencia fue más allá y recibió aplausos: “Esta edición de la feria tiene el mérito de acentuar la conexión del arte con el misterio y nos llevará por caminos perdidos, que es preciso rescatar. Hemos perdido la magia de los ritos cotidianos. Si el arte es escritura de la historia, el artista será un obrero del conocimiento, que tiene un punto de vista desinteresado. El artista trabaja más allá de políticas de gobierno que lo apoyen o no. Los gobernantes que se empeñan en desvalorizar la cultura, en manifestar encono, desprecio, deberían saber que sus brutalidades no aminorarán los efectos de las obras. Y que los políticos pasan, los artistas quedan”.

En el marco de la feria, se desarrolla el Seminario Internacional Ciudad Sensible, coordinado por Gabriel Romero y Daniel Fischer, y con la producción, de Silvia Tissembaum y Fabiana Larrea. Son cuatro seminarios destinados a hibridar disciplinas, como arquitectura, urbanismo, diseño y arte. Dentro de la feria, se desarrolla el coloquio Diálogo sensible y un festival de arte sonoro. Disertaron el presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes Sergio Baur, los artistas Juan Travnik y Carola Zech, el coleccionista José Luis Lorenzo y la referente en archivo y gestión de colecciones Cintia Mezza. “Vamos a hacer un libro con todo esto, con la cooperación de Fundación Proa y Rodrigo Alonso como compilador”, cuenta Fischer. Otras visitas ilustres son Joaquín Rodríguez y Abel Guaglianone, que entregarán el Premio In Situ. “Serán dos premios de 500.000 pesos”, anunciaron. También se darán los premios Fundación Umberto Andreani, QUBO y Carlos Massin. Acá hay magia, pero el dinero ayuda.
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