A pulmón, Mariano Moreno es la primera sorpresa de la URBA
Fue campeón y celebrará 100 años en primera de la URBA; las historias de esfuerzos detrás del ascenso
Apenas visitó la máxima categoría un par de veces y todavía no pudo ganar un partido. Los sueños de Mariano Moreno pasaban por otro lado cuando comenzó la temporada 2014. Se planificó una gira con destino extraño. En principio, parecía ser más turística que deportiva: Costa Rica. De alguna manera terminó de forjar el espíritu del grupo. La excursión incluyó un 134-0 ante el incipiente seleccionado local. Algunas carencias en los lugares de preparación y exigencias que fueron más allá de lo esperado, terminaron jugando en favor de la identidad del grupo. Casi sin darse cuenta, los anhelos de ascenso quedaron rápidamente superados... y de la manera más impensada.
El equipo se fue fortaleciendo con triunfos importantes como visitante: ante Deportiva Francesa dos veces y una goleada a Buenos Aires, a quién no vencía desde hacía 10 años. Al promediar la etapa de Reubicación, el invicto de 21 partidos sorprendió al resto de la URBA. Ascenso cinco fechas antes del final contra Delta, campeones con dos partidos por jugar y 11 puntos de ventaja sobre su escolta (Buenos Aires). Apenas una caída ante Los Tilos (14-16) hizo que la campaña no fuera perfecta. Con 32 puntos de promedio por partido. Impresionante. Fue la gran revelación del año en el rugby bonaerense.
El destino elegido para la pretemporada había sido Europa, pero la cuestión cambiaria de la Argentina complicó los planes y la nueva opción fue un país con poca tradición rugbística: "La idea era ir a Europa, pero la situación económica complicó los planes. Cuando surgió la posibilidad todos nos mirábamos y decíamos ?¿Costa Rica?, ¿algo con menos rugby que Costa Rica?'", cuenta con una sonrisa el segunda línea Álvaro Orlando, que trabaja en una casa que vende productos químicos. También explica por qué el obligado cambio favoreció la unión grupal: "Según cuentan, en las giras a Europa van todos en excursiones y los grupos se dividen. En Costa Rica se formó una masa uniforme. Íbamos juntos a todos lados".
"Nos despertábamos a las 6, porque el clima era durísimo. A las 8 la temperatura subía a 40 grados y la humedad era insoportable", recuerda Agustín Mitrione, el enorme pilar que en la semana es docente en dos escuelas de chicos con capacidades especiales en Moreno.
Mariano Moreno celebrará su centenario el año próximo. Fue fundado como un club de deportes y una biblioteca pública con el objetivo de "fomentar el crecimiento moral, intelectual y físico de las personas". Pero la historia del rugby en el club es bastante reciente para la media de las entidades que juegan este deporte. En el verano de 1973 fue el primer contacto entre Moreno y la ovalada, cuando un grupo de socios empezó a practicarlo. Incluso tuvieron que jugar los primeros amistosos con camisetas de los Pumas. No consiguieron otras. Tras pedidos y gestiones en la UAR, el ingreso en las competencias oficiales se concretó en 1975.
Sandro Dambolena es uno de los entrenadores, junto con Pablo Merlo, que estuvo en la primera en 1996, pero fue por una reestructuración de los torneos de la URBA. Nadie en el club lo considera un ascenso, como ahora. El coach recuerda: "Nos costó muchísimo ese año. Hasta hicimos una macumba una noche para sacarnos la mala suerte, enterramos de todo", recuerda.
Los jugadores se enorgullecen de su cancha principal. "Está impecable, es una cancha de Primera", dicen, a sabiendas de que eso incluye ahora también al equipo. Todo se ha hecho a pulmón en Moreno: desde las primeras haches, adquiridas con una función teatral de Javier Portales (era socio del club), hasta las tribunas inauguradas este año y pagadas por los propios jugadores. "De Costa Rica nos trajimos el convencimiento que podíamos ascender. No de manera consciente, porque si perdés la primera fecha con Saint Brendan's de local te cambia todo", dice el centro Francisco Capizzi, que es periodista y reparte sus funciones como productor de ESPN.
"Éste es un equipo sin estrellas, no hay irremplazables", dice Tomás Petit, medio-scrum y contratista en el rubro de la construcción para explicar el secreto del éxito de Mariano Moreno. El cuarto puesto logrado por el equipo de Intermedia es otra clara muestra de lo compacto y competitivo que es el plantel esta vez.
"No sé si llegamos preparados para quedarnos en Grupo I, pero sí con más herramientas que en 2011", explica Juan Pablo Biasi, que tiene a cargo de una inmobiliaria de la zona. En aquella experiencia, el equipo del Oeste cosechó 10 derrotas y apenas un empate (ante Los Matreros), para regresar al año siguiente a Grupo II.
Dambolena es más optimista: "En la pretemporada me hicieron una entrevista y dije que el año que viene jugábamos Top 14. Dependemos de muchas cosas pero tenemos todo para clasificarnos. Este equipo no encontró su techo". Moreno recibirá el año de su centenario en primera y ya no necesita creer en brujerías. Fue la gran sorpresa de la URBA y tiene suficiente confianza para pensar que puede apuntar más alto todavía.
34-33
fue el triunfo ante San Albano, con un try de maul en el último minuto; los jugadores coinciden en que fue el triunfo que cambió la mentalidad del grupo, el más importante para convencerse de que estaban para pelear el campeonato.