La segunda parte del Dakar promete exigencias en un panorama distinto

LA PAZ, Bolivia.–El cielo plomizo y la llovizna se enseñorearon con el día de descanso del Dakar en el campamento de La Paz, de cara al comienzo de la segunda mitad de esta prueba, la más exigente desde 2009, cuando desembarcó en Sudamérica. Pero no borraron el buen humor del equipo que domina la aventura. A pesar del abandono del español Carlos Sainz en el final de la cuarta etapa, Peugeot llegó al ecuador de esta exigencia con sus restantes tres autos en el podio, pero con la Toyota de Nani Roma acechando a 5m35 del líder.

Los galos Stéphane Peterhansel, Sébastien Loeb y Cyril Despres, junto con el director deportivo, Bruno Famin evaluaron para LA NACION los kilómetros recorridos hasta la capital boliviana y la exigencia de la segunda parte, que se pone en marcha hoy rumbo a Buenos Aires.

“Al principio los autos fueron demasiado lentos y luego tuvimos algunos problemas de navegación pero no fue un mal comienzo de prueba para nosotros, porque al día del descanso estamos al frente de la clasificación con una pequeña ventaja sobre el cuarto. Creo que al principio de la competencia había ocho candidatos y ahora quedan cuatro: los tres Peugeot y la Toyota de Nani Roma”, explicó Peterhansel.

En tiempo de análisis Loeb, nueve veces campeón mundial de Rally, afirmó: “Fue una semana muy complicada la que terminamos porque las etapas fueron realmente exigentes, con una navegación complicada que nos hizo perder dos veces y además sufrimos algunos pequeños problemas como una pinchadura o problemas mecánicos. Pero después de todo todavía estamos en la lucha en el segundo lugar”. En su segunda experiencia en el Dakar, Loeb admitió que se siente mucho más confiado en la prueba junto con su histórico navegante monegasco Daniel Elena.

“Estar entre los tres primeros en el Dakar de coches al día de descanso era más que un sueño. Junto con David (Castera, su navegante) trabajamos para dar el máximo e intentaremos hacerlo mejor en la segunda parte hacia Buenos Aires para finalizar en la mejor posición posible”, completó Cyril Despres, que se sorprendió al escuchar que Peterhansel lo incluyó entre los cuatro candidatos: “Si lo dice Mister Dakar... así será”. Despres, que protagonizó durante una década una lucha con Marc Coma en motos con cinco títulos, está cumpliendo su tercer año en coches –siempre con Peugeot– luego de haber finalizado 34° en 2015 y séptimo el año pasado.

“No habrá directivas u órdenes de carrera porque el Dakar 2017 recién está empezando y además tenemos a Roma a menos de seis minutos. Además habrá diferencias de tiempo en la segunda semana porque además de la etapa maratón y la Super Belén, el resto de los días son muy exigentes. Y esta situación le dará la posibilidad de recuperar a pilotos muy experimentados como Mikko Hirvonen (Mini) o Giniel de Villiers (Toyota), que si bien van retrasados todavía están en el horizonte”, señaló el director Famin.

El gran rival

Con una victoria el año pasado en su tercer año desde su regreso al Dakar, Peugeot pretende comenzar a gestar una era, como tuvo Mini entre 2012 y 2015, Volkswagen entre 2009 y 2011 o Mitsubishi entre 2001 y 2008. La apuesta de la marca francesa es fuerte, con una constelación de estrellas que, al meridiano de la prueba, completan el podio aunque restan todavía casi 5.000 kilómetros por recorrer hasta la meta.

Roma asoma como la única esperanza de batir a los franceses. “Ha sido una semana interesante, una semana dura y muy larga donde hemos intentado no cometer errores, y de momento, nos van saliendo muy bien las cosas. Nos han pasado algunas cosillas como a todos, pero estamos realmente contentos de cómo ha ido la primera semana,” sostuvo el español en el campamento en La Paz.

Luego del abandono de Nasser Al Attiyah y el retraso del sudafricano De Villiers, Roma pretende ir por su tercer título tras los obtenidos en 2004 y 2014: “El Dakar es una carrera maratón, es una carrera larga donde pueden pasar muchas cosas y, donde evidentemente no puedes pensar ganarlo ni el primer día, ni el segundo. Lo importante es llegar cada día y con los mínimos problemas. Nos hemos quedado solos ante el mundo. Pero es algo bueno y creo que está bien poder luchar contra ellos (por los pilotos de Peugeot), y les seguiremos molestando durante toda la semana que viene, hasta que lleguemos a Buenos Aires” se ilusionó.

“Sus coches en las etapas de altura son muy rápidos, van muy bien, y lo hemos podido ver en los últimos días en Bolivia. Nosotros perdemos mucho en altura con respecto a ellos, pero ahora vamos a Argentina donde la altitud será menor y seremos más competitivos, así que esperamos poder luchar de tú a tú con ellos”, opinó el piloto de 44 años.

Algo similar opina Orly Terranova, el argentino mejor clasificado con su Mini (séptimo a 1h04m de Peterhansel): “La carrera está abierta, es un Dakar muy duro y técnico, con mucha navegación pero muy divertido, nada que ver con el del año pasado Pero se va muy rápido, y por eso es que no fueron casualidades los accidentes de Al Attiyah y Sainz. Se anda muy al límite y esos accidentes son las consecuencias”.