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Cindy Ngamba se convirtió en un ícono de la lucha por la diversidad y su nombre rompe estructuras en un deporte como el boxeo. La boxeadora de Camerún, que ganó la primera medalla olímpica de la historia para el Equipo de Refugiados en los Juegos de París en 2024, se prepara para su debut profesional en una velada que se celebrará en el Royal Albert Hall, en Londres.
La joven de 26 años, que no puede regresar a su país natal, Camerún, porque es gay, según algunos especialistas, se parece a una versión femenina del joven Tommy Hearns con su cuerpo desgarbado y su potencia en los golpes. Incluso, aseguran que su desarrollo como profesional es lo ideal, por eso el combate con la campeona europea de peso welter Kirstie Bavington, acapara la atención.
En una charla con el medio inglés The Guardian, Ngamba reveló que en su protector bucal dice ‘Una entre 100 millones’ y que de esa manera podría apodarse. “Está vinculado con el Equipo de Refugiados porque soy sólo uno entre 100 millones de refugiados de todo el mundo. Me gusta. Podría usarlo porque somos especiales y es el único apodo en el que he pensado hasta ahora. Me estoy tomando mi tiempo, pero tienes sentirte identificado con él”.
"I respect both of them" 🤝
— Sky Sports Boxing (@SkySportsBoxing) February 26, 2025
Olympic bronze medallist Cindy Ngamba makes her prediction for Jonas vs. Price, where she will make her professional debut on the undercard on March 7th 🤩 pic.twitter.com/cJhsOKHe9t
Ngamba explicó que pasarse al boxeo profesional es complejo: “Antes de ir a los Juegos Olímpicos el año pasado, mis compañeros de equipo [en GB Boxing, donde todavía se entrena en Sheffield] me lo dijeron. Olímpicos como Karriss Artingstall, Lauren Price, Galal Yafai, Frazer Clarke y Joshua Buatsi me lo advirtieron. Todo el mundo sabe cómo es el boxeo profesional.
Y continuó: “Me he sentado con promotores y me vendieron el mundo hasta el punto en que les dije: ‘Sí, ¡hagámoslo!’ Afortunadamente, tenía gente que quería lo mejor para mí, que me protegía. Mirando hacia atrás ahora, pienso: ‘Vaya, todos los profesionales lo hacen por sí mismos. Sólo te ven como un día de pago o lo que pueden obtener de ti. Por eso decidí hacerme profesional con GB Boxing [todavía la prepara su entrenador amateur, Rob McCracken]. Quieren lo mejor para mí. Cuando no tenía nada, ellos eran los que no me veían como alguien de quien pudieran sacar cosas. Me veían como una chica con un talento increíble. Por eso decidí quedarme con GB Boxing”.
Ngamba es lesbiana, y la homosexualidad sigue siendo un delito penal en Camerún. Human Rights Watch ha denunciado que las leyes del país han creado un clima “que permite tanto a otros cameruneses como a las fuerzas de seguridad abusar y agredir sin consecuencias a las personas LGBTI. Por eso no pudieron enviarme de vuelta”, afirmó a The Guardian. No por ello han dejado de intentarlo. Ngamba lleva más de 15 años viviendo en Gran Bretaña, pero aún no pudo conseguir la ciudadanía inglesa. En 2019 fue detenida cuando acudía a una cita rutinaria en la oficina de inmigración de Manchester. “Uno de los oficiales estaba allí de pie, me dijo que fuera con él, así que entré en esta habitación, y cuando abrí la puerta vi a un montón de oficiales, uno con las esposas, y me está diciendo: ‘Estás bajo arresto’. Fue como uno de esos momentos que se ven en las películas”.
GB Boxing la apoyó, la entrenó y finalmente pudo participar de los Juegos Olímpicos como parte del Equipo de Refugiados. Sin embargo, el profesionalismo es otra cosa. Con Arabia Saudita posicionado como actor fuerte en el negocio del boxeo, Ngamba considera que lo que viven allí las boxeadoras es inquietante y que no se respetan los derechos de las mujeres: “Me decepciona mucho, pero creo que Arabia Saudita siempre ha sido así. Su ley siempre ha sido muy diferente en comparación con los países europeos. ¿Creo que va a cambiar? Realmente no lo creo. No creo que quiera ir a Arabia Saudita hasta que escuche a mujeres decir que han cambiado sus leyes. Pero incluso si las leyes hubieran cambiado, seguiría sintiendo miedo por mi vida, o amenazada por mi vida, si voy allí”, le cuenta a The Guardian.
Exactly two months ago, Cindy Ngamba secured the first-ever medal for the Refugee Olympic Team.
— Refugee Olympic Team (@RefugeesOlympic) October 8, 2024
The rest is history. 🙌#Paris2024 #Olympics @CindyNgamba | @gbboxing pic.twitter.com/uLLFG4UiUu
Y agregó: “Todas las boxeadoras deberían ser tratadas como boxeadoras. Nunca deberían decir: ‘Oh, eres mujer y lesbiana, así que no queremos que participes en el boxeo’. Para mí, al ser parte de la comunidad LGBTQ+ y boxeadora, hay una gran posibilidad de que pueda estar en peligro si voy a Arabia Saudita. Así que nunca pensaría en ir a Arabia Saudita”.
La tensión por el primer paso profesional se multiplica para la boxeadora camerunesa y ella lo toma como un combustible para este momento: “Como mujeres, estamos tratando de demostrar que también somos boxeadoras y que tenemos habilidades, talento, poder y todo lo que tienen los hombres. Las mujeres lo tienen, pero eso tiene que ver con la promoción y los medios de comunicación. Tienen que elogiar un poco más el boxeo femenino”.
Su mirada positiva es plena respecto de su gran combate: “Si no tuviera confianza en mí misma, no habría decidido convertirme en profesional y aceptar esta pelea con Bavington. Ella tiene mucha experiencia, pero yo me apoyo a mí misma, sin importar cuándo y dónde. Entreno duro, trabajo duro. Tengo un gran equipo. Escucho a mi entrenador. Me encanta aprender, estar con personas que tienen mucha experiencia, porque aprendo de ellas. Así que sé que saldré victoriosa”.
Ngamba ya eligió la música que acompañará su caminata hacia el ring. “Es el himno del Equipo Olímpico de Refugiados. Quiero que sea auténtico y que recuerde a todo el mundo quién soy y de dónde vengo. Soy una refugiada y ayuda que la música sea buena. Incluso tiene un poco de rap y hace que la sangre circule”.