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SALTO.- La incipiente noche de la ciudad de pronto se iluminó imaginariamente por la luz que desprendían los ciclistas. La comunión que se generó entre los protagonistas y el público provocó un clima único, especial en el ambiente, frente a la Municipalidad de Salto. Era el final de la primera etapa de la 66ª Vuelta Doble Bragado y el ganador tiene nombre y apellido, pero el espectáculo lo brindó la gente en la jornada inicial de la tradicional prueba ciclística. La malla amarilla de líder, que vestirá hoy, fue para Adrián Gariboldi, del equipo Bianchi, que completó el recorrido entre Caseros y esta ciudad en 3h51m50s; lo escoltaron su compañero Carlos García y Walter Pérez, de Crush. Pero la gente, conmocionada por recibir por primera vez la carrera, dio un ejemplo de comportamiento y cordialidad.
Faltaban dos horas para la llegada de los corredores y la gente colmaba con calma la plaza de la ciudad, frente a la municipalidad. Así, con paciencia pueblerina, esperó el arribo de los ciclistas. Y cuando llegó el momento ovacionó de igual manera, desde el primero al último, a los que iban llegando. Fue muy emotivo e, incluso, el último pelotón que llegó a la meta -cerca de 10 ciclistas- cruzó la línea aplaudiendo al público. Los papeles, por un instante, se alteraron y el protagonismo cruzó de vereda.
El itinerario de ese final mágico comenzó, como siempre, en Caseros, donde los 103 participantes de este año fueron despedidos por la murga de Tres de Febrero. Y el sonar de los tambores pronto devino en un rítmico andar de los pedalistas, sofocados por el calor de la ruta.
El podio final de la jornada poco tuvo que ver con el claro dominio que se vivió a lo largo de la etapa por parte de los dos equipos Toledo: Supermercados Toledo y Mar y Sierra Toledo. Pero sobre el final, una escapada de aquellos tres hombres arrebató esa preponderancia.
El recorrido marcó el paso por San Andrés de Giles, que también tuvo por parte del público una buena respuesta, ya que desde temprano la gente se situó al costado de la ruta y en las calles principales de paso del grupo de ciclistas. Una corte de boy scouts situados a la vera del camino hacía las veces de una guardia de honor para los competidores y hasta las sirenas de las autobombas saludaban su paso. Importante aliciente para ellos, los protagonistas, de cara a los 85 kilómetros restantes de la etapa.
Luego llegó ese peleado desenlace y el reconocimiento para ambas partes de la historia. Demasiadas emociones para ser apenas el comienzo.
La segunda etapa, que se correrá hoy, partirá desde esta ciudad y finalizará en Pergamino, pasando por Rojas, para completar los 142 kilómetros estipulados de este trayecto, que lleva el nombre de Raúl Labaté.



