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A los 15 años, Daniela Donadío negoció con su mamá: podía competir en bicicleta sólo si terminaba el secundario en el colegio que la madre le había elegido. Y así fue. De esta manera Daniela se sumergió en el deporte que desde varias generaciones deslumbra a su familia: esta joven heredó de su bisabuelo la pasión por el ciclismo.
La historia nos lleva a 1898, año en que Vicente Capelli, su bisabuelo, ganó con el equipo Bianchi el Gran Premio del Lago Maggiore, en Italia.
Eduardo, padre de Daniela, comenzó a pedalear en 1950 y participó de los premios sorpresa del Club Ciclista Nación, y corrió tanto en ruta como en pista, en el viejo velódromo municipal.
Tiene dos hermanos, Facundo (varias veces campeón argentino, hoy retirado) y Sebastián (abogado y también campeón argentino, panamericano, corrió mundiales y fue parte del seleccionado argentino).
"La primera carrera en que competí fue un desastre. Entonces me di cuenta de que tenía que esforzarme muchísimo para poder rendir bien. Tuve una charla con mi papá y decidí dedicarme de una manera más seria", recuerda Daniela sin ocultar su sonrisa, desde el living de su casa en Núñez.
La dedicación y la tenacidad de la joven tuvieron su fruto, y supo hacerse un hueco en varias competencias nacionales e internacionales.
A las 17 años fue campeona juvenil de mountain bike y en 1994 salió campeona en tres categorías: ruta, pista y mountain bike en descenso. Y hubo más logros: representó a la selección argentina y fue campeona nacional en siete ocasiones.
"Es un deporte muy exigente para los chicos. El esfuerzo cardíaco es grande; además el peligro de caerte y golpearte siempre está. La edad ideal para comenzar es entre los 13 y los 14 años", comenta Daniela.
Participó también de los Juegos Panamericanos de Mar del Plata y Canadá. Formó parte de tres mundiales: Alemania, los Estados Unidos e Italia.
La Selva Negra, en Alemania, y algunas localidades de los Estados Unidos son lugares que jamás olvidará. Asegura que este deporte le permitió conocer muchísimos sitios del mundo y terminó haciendo muchas amistades: "En las competencias podés compartir experiencias y consejos con deportistas de todas partes del mundo. Siempre me gustaron las tres disciplinas", asegura.
Esta familia de ciclistas tuvo su momento de gloria cuando los tres hermanos formaron parte de la selección argentina, en 1994, y participaron del Campeonato Panamericano de Ciclismo, en Quito, Ecuador.
Dedicó casi 15 años de su vida a viajar y competir, y en 1999, luego de los Juegos Panamericanos de Winnipeg, llegó el momento de retirarse, dejó el ciclismo y se dedicó a viajar.
"Cuando dejé la bici estaba saturada. No quería saber nada. Estaba muy presionada. Vendí todo y me fui de viaje", expresa.
¿Experiencias? Hasta las menos pensadas: desde trabajar como chef en un lujoso velero que viajaba por el Mediterráneo hasta recorrer toda Europa y ser invitada al casamiento de Máxima Zorreguieta con el príncipe de Holanda.
Pero de vuelta en el país, la asignatura pendiente era transmitir lo que ella había aprendido en su adolescencia y hacer más popular el deporte entre las mujeres. También se dedicó al estudio y falta poco para que termine la carrera de Relaciones Públicas.
"Ahora veo la bici de otra manera. Me di cuenta de que puedo enseñar. Además, las clases que doy están pensadas para todos: desde el que quiere comenzar a competir hasta los que quieren bajar de peso", comenta.
"Me encantaría transmitir lo que aprendí. Quizá falte una mujer deportista que además sea exitosa", agrega.
Todos los días, el team MTB, liderado por Donadío, pedalea en una de las pistas del Circuito KDT (ver recuadro).
De esta manera, Daniela supo encontrar el balance adecuado entre un deporte que le trajo muchas satisfacciones y la docencia, el poder transmitir su experiencia a los demás.
Nada más valioso que entrenar a la par del coach. Todos los días, en la pista del circuito KDT (Salguero y Costanera) Daniela Donadío pedalea junto con sus alumnos. Además de Daniela hay un equipo de trabajo, el MTB Team, que brinda asesoramiento en cuanto a la preparación física y a la nutrición. Darío Lecman, reconocido pesista, es parte de este equipo. Se encarga de diseñar planes de preparación física para los alumnos de la Escuela de Ciclismo.
Por otro lado, Liliana Oña es la encargada de brindar asesoramiento nutricional, de acuerdo con el tipo de entrenamiento y disciplina elegida. Al menos una vez al mes, los alumnos salen a pedalear por caminos más agrestes, en la localidad de Pilar. Para más información se puede visitar la Web www.mtbteam.com.ar

