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L´ETRAT, Francia.- "Ahora viene lo más lindo, el momento para sentirnos más felices y dar todo para llevarnos lo mejor." No suena desmedida la confianza y la tranquilidad de Claudio López. Si justamente tuvo esos atributos en sus momentos más feos e infelices en el seleccionado, cuando no muchos más que él y Daniel Passarella creían en el valor de sus condiciones. Se entiende esta especie de rélax, aun con un pie en el estribo del Mundial. Ya cuenta con mucho más que el aval del técnico: es titular indiscutido de la formación -mucho antes que Batistuta- y el simpatizante empieza a reconocer sus piques y asistencias.
-¿Sentís que les ganaste a todos? -No lo tomo como un triunfo sobre la gente. Gané mi propio desafío: demostrar que le podía ser útil al equipo.
-Notás que hace un año nadie te ponía de titular, y ahora todos te ubican por delante de Crespo, Balbo y Delgado. -Sí, puede ser. Eso se lo debo agradecer al entrenador, que confió en mí y siempre me apoyó.
-¿Cómo son estos momentos previos al debut? -La ansiedad es mayor a medida que pasan los días. Pero estamos tranquilos por saber que tenemos un muy bien equipo.
-¿Les molesta que la Argentina sea considerada como un candidato por encima de Brasil?
-No, pero tampoco nos fijamos en eso. Si perdemos de vista el objetivo de ir de a poco, podemos terminar mal.
-¿No influye que el seleccionado haya tenido un mejor cierre de preparación que Brasil? -Seguramente. Ahora debemos confirmar nuestro progreso en cada partido. Veo que el equipo está más tranquilo que en las eliminatorias y muy metido en el Mundial. Esto es como vivir un sueño.
-Simeone comentó que el seleccionado tiene dos jugadores para marcar diferencias: Ortega y vos. ¿Te hacés cargo de esa responsabilidad? -Me parece bárbaro que confíen en mí y que me vean como alguien desequilibrante.
-¿La llegada de Balbo es una presión extra para los delanteros? -No, cuantas más variantes haya para atacar, mejor.


