75°Argentino Abierto de pato: Los Baguales gritaron campeón
“El pato es mi vida”. A Elías Betanzo le resultaba difícil contener la emoción. Hacía pocos minutos se había transformado en el goleador de su equipo, Los Baguales, que lograba el título de mayor prestigio por primera vez en la historia. Después de tanto buscarla, la final del 75° Argentino Abierto de pato fue para el equipo de Roque Pérez, ganador ante Los Mochitos por 17-14. El conjunto de General Las Heras venía de ganar en tres de los últimos cuatro Abiertos (los últimos dos a Los Baguales) y ayer buscaba el tricampeonato. Queda claro: este cruce se ha convertido en el gran clásico de nuestro deporte nacional.
No sólo fue un grito de celebración para Los Baguales, también resultó un desahogo para Sergio Alberti, quien había disputado siete finales y en todas había salido derrotado. “Es muy difícil ganar acá, hay buenos jugadores. Es inexplicable, siento una alegría inmensa porque estoy en la parte final de mi carrera”, explicó Pipi.
Dentro de una historia con peso propio, en Los Baguales conviven pequeñas historias. El ganador arribó al desenlace con un cambio en su formación debido a la lesión de Salvador Gardella (hace una semana se fracturó una pierna domando un caballo). Su reemplazo fue Jonathan Medicci, el benjamín que ganó el premio a la caballerosidad en la cancha y que además debutaba en este equipo. “Antes, apenas había compartido un partido con Betanzo. Le dedico mucho tiempo al pato. Ser campeones acá me lleva a tener una sensación indescriptible”.
Con fuerza y destreza, Los Baguales salió airoso en la mayor parte de las cinchadas y levantó a la tribuna, en esa típica jugada de diez segundos en la que dos jugadores se disputan el pato. Encontró otro gran valor en Tapia, patero con una enorme visión de la cancha, que cuenta con otras particularidades: también es jugador de polo (5 de hándicap) y reside buena parte del año en Europa, allí donde alguna vez fue árbitro en un encuentro de polo en el que participó el príncipe Carlos. “Y en un asado estuvieron Harry y William”, agrega sonriendo.
“Adentro de la cancha teníamos más de 40 grados”, relataron los protagonistas, que llegaron al desenlace en igualdad de valoración (31-31). Apoyados en el goleo de Betanzo, el vencedor tomó velozmente la iniciativa. El equipo de Las Heras logró repuntar en el cuarto período (igualdad 9-9) pero nunca consiguió ponerse en ventaja. Con el reloj a su favor, Los Baguales manejó el cierre a su antojo. “Nos encontramos con un gran equipo enfrente. Se lo merecen, jugaron mucho mejor que nosotros”, comentó Nicolás Taberna, goleador de la final con 10 tantos.
Los Baguales celebra y lo merece: fue un campeón de punta a punta.
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