A pura pasión, en la previa del River-Boca: multitudinario banderazo millonario en Madrid
MADRID.- Nunca se había visto algo así. Tanto la céntrica Puerta del Sol como una de las esquinas más emblemáticas del barrio de Salamanca, en esta ciudad, fueron literalmente "tomadas" por hinchas de los dos equipos que se enfrentan en el super clásico por la Copa Libertadores.
Una corriente de color rojo y blanco, con la hinchada de River, copó la emblemática Puerta del Sol e hizo su acampada a los pies mismos del popular monumento del Oso y del Madroño, el escudo de la ciudad.
Azul y amarilla es, en cambio, la corriente humana que se concentró en la esquina de Juan Bravo con Príncipe de Vergara, en el corazón del barrio de Salamanca, donde cientos de fans de Boca Juniors ya hacen su acampada previa al encuentro.
Cánticos y colores atípicos ganaron así dos enclaves populosos de la ciudad y le dieron un perfil diferente en una jornada con mucha gente en la calle.
"Estamos felices", decían en el rincón de Boca, donde uno de los organizadores, Leonardo Polzella, montó el encuentro de fans argentinos. La fiesta seguirá luego en la disco El Doblón, en Juan Bravo 35, con capacidad para cientos de personas. "Es que siempre se nos queda gente afuera".
Muchos de los que se sumaron al "banderazo" no son argentinos. Hay decenas de españoles que simpatizan con uno u otro club. Lo mismo con visitantes de otros países del mundo, felices de poder sumarse a la experiencia. Camisetas, vinchas, banderas, globos y litros de cerveza. No será con la misma pasión, pero se hace todo lo posible para que en Madrid, a 12.000 kilómetros de distancia de Núñez, el súper clásico se viva como en casa.
Del otro lado está Fabio Vide, quien hace lo mismo con el club de sus amores: River Plate. "Traé tu bandera y tu camiseta", dice el slogan de los diferentes actos que su peña organiza para mañana.
Es todo un rito. A las 16 fue el impresionante "banderazo" rojo y blanco, nada menos que en la Puerta del Sol, en el corazón de Madrid, frente a la emblemática estatua del "Oso y del Madroño", el escudo de la cuidad. Luego, de allí, marcharon en "caravana" hasta la sala Lolita, donde tienen las pantallas gigantes para seguir el encuentro.
Cábala propia
Otros no se suman al festejo popular porque tienen su propio rito personal. Desde sentarse en el mismo sillón para ver el encuentro o repetir lo mismo que hacen en cada ocasión.
"No quiero que por mi culpa ocurra un desastre", bromeó Claudia, una argentina que llegó hace un par de años a Madrid y que tiene su corazón en Boca.
Según contó a LA NACION, ya tenía su gorra azul y amarilla lista para ver el partido por televisión desde su casa, en el mismo lugar y con la misma bebida y comida que en el partido de ida.
En cuanto a los festejos organizados por las peñas, poco antes de que todo empiece los dos, Leonardo y Fabio, cada uno con su camiseta, posaron para La Nación y contaron las peripecias organizativas de estos días.
Son, de alguna manera, figuras y caras conocidas en la ciudad. Los llaman de medios españoles para que cuenten su experiencia y también de la Embajada argentina, donde el embajador Ramón Puerta suele promocionar este tipo de actividades, bajo la idea de que se trata de "adversarios y no enemigos".
Ellos lo saben bien y se respira la buena onda. "Estás muy lejos y si algo te hermana es la pasión con la que se vice el fútbol", reflexionó Leo. Fabio coincide. "Más de una vez hemos hecho eventos para seguir partidos juntos, con los de Boca, y han venido incluso con su camiseta y no hubo ningún problema", asegura. "Claro… eran minoría… ", bromea después.
No es lo mismo ser fan de un equipo en la Argentina que en España. La coincidencia es que aquí hay mucha más serenidad y respeto. "Hay fanatismo, pero se lo expresa con mucha menos pasión", opina Leo.
Detrás de la fiesta hay mucho más que una camiseta. El trabajo de la organización, silencioso y detallista, es enorme y complejo. Una entrega a pulmón por el club de sus amores.
Leo es de Mataderos; Fabio, de Banfield. Cada uno de ellos recaló en España por motivos diferentes. Pero, al igual que los cientos de personas que mañana compartirán su fiesta, cada uno de ellos trajo un poco del rito colectivo que sigue al fútbol. Ese que empieza paladeando que ya hay "gorro, bandera y vincha", para empujar al equipo que se lleva en la sangre.
La fiesta de Boca es en la disco El Doblón, en Juan Bravo 35. La de River, en la sala Lolita, de Manuel de Falla número 3.
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