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Un final deseado. Una de esas jornadas donde el libreto estudiado se interpreta sin error alguno y desencadena la ovación que agradece por un espectáculo que resultó placentero. Un bálsamo para las pretensiones que cada año tiene un equipo como San Lorenzo, apenas eso. Porque a pesar de que la última función se coronó con una actuación sobresaliente, en la temporada quedaron cuentas pendientes, como el título del Apertura.
San Lorenzo alcanzó su máxima expresión en el clásico. Y lo sufrió Racing, que esperaba un cierre de torneo de otra manera y se quedó con el desenlace menos deseado: una goleada en contra por 4-1. Más cuando el conjunto de Avellaneda tenía la intención de culminar el año con una racha positiva de éxitos que ilusionaba de cara al próximo Clausura.
En el reparto de aptitudes el equipo local se quedó con la mejor parte. Porque mostró todas las cualidades que se necesitan para alcanzar un contundente triunfo como el que logró. San Lorenzo fue oportuno, eficaz y contó con un alto grado de equilibrio para manejar el juego.
Además, el conjunto que conduce Héctor Veira supo aprovechar las ventajas que ofreció la Academia en la defensa.
Y en ese terreno se erigió la figura de Hernán Peirone, que expuso todo su repertorio goleador al servicio del Ciclón. Es que su rival no logró nunca desmembrar el diagrama defensivo, y mucho menos el ofensivo, que le presentó el ganador. Nada puso en práctica de todo aquello que había mostrado en las últimas cinco jornadas donde se mostraba renovado y se lucía con momentos de buen fútbol.
Apenas el gol del empate transitorio de Sebastián Romero, un tremendo disparo de 30 metros que se metió en el ángulo derecho de José Ramírez, pudo torcer el rumbo. Nunca lo logró, es más, se desnudaron algunas fallas que se maquillaban con los éxitos.
Y allí apareció San Lorenzo. Que creció por las asociaciones de los mejores intérpretes: Peirone-Lavezzi, Barrientos-Romagnoli, Santana-Adrián González y Walter García-Ariel Pereyra. Así construyó un éxito sin objeciones.
Y por sobre el resto, se dijo, estuvo Peirone. En tres oportunidades dejó en claro que lo suyo es el gol. Su primer sello fue un zurdazo cruzado que superó la resistencia de Lucchetti; después mostró toda la frialdad para definir ante la salida del arquero tras una exquisita habilitación de Romagnoli, y por último le puso fin a un excelente contraataque: Ramírez sacó rápido con la mano para Romagnoli, que trasladó el balón 15 metros, extendió la jugada para Adrián González, que envió el centro pasado capitalizado por Peirone.
¡Ah! Un detalle, también el segundo gol estuvo a la altura del acontecimiento: Ezequiel Lavezzi arrancó por la derecha, le tiró un caño a Cabral, dejó en el camino a Pinola, a Grabinski y a Barrado, y ante la salida de Lucchetti definió cruzado. Una acción individual que provocó que los hinchas de San Lorenzo agradecieran con aplausos y de pie.
Incluso hasta la diferencia habría sido mayor si el árbitro Horacio Elizondo no hubiera anulado el gol de Zabaleta, que habría sido el quinto, por una posición adelantada que no existió. Pero ésa no fue la única falla del referí, que tampoco sancionó un claro penal de Barrado sobre Barrientos, en el comienzo de la segunda etapa.
Todo fue de San Lorenzo. Nada para Racing. Y un gran espectáculo como consecuencia de la ausencia de compromisos de dos equipos que dejaron asuntos pendientes para 2005: un título local.
Pese a un horario un tanto atípico para el fútbol vernáculo, el clásico entre San Lorenzo y Racing mostró un muy buen marco de público. Poco más de 20.000 personas se acercaron al Nuevo Gasómetro y disfrutaron del juego.
En las populares estuvo el mayor espectáculo. Tanto en la tribuna de San Lorenzo como en la de Racing se vivió una verdadera fiesta. Incluso, cuando finalizó el juego, ambas parcialidades despidieron a los equipos en medio de un griterío ensordecedor.
Dos particularidades se apreciaron en la popular de Racing. Primero se acordaron de Newell’s e Independiente, y después, sobre el final del match, colocaron una bandera en el centro de la hinchada que decía: “Marín no te olvides, a Racing lo hace grande su gente, no tu empresa”.
LA RACHA
Fin para la serie de Racing
La Academia ayer interrumpió la racha de cinco victorias consecutivas. Había superado a Huracán (1-0), Almagro (2-0), Colón (2-1), Lanús (3-2) y Banfield (4-0).
EL DATO
Otras vez de a cuatro
Fue la segunda ocasión que San Lorenzo convirtió cuatro goles en el Apertura. La primera fue en la 7ª fecha ante Huracán, de Tres Arroyos, en el éxito por 4-1.
EL DATO II
Poco como local
El Ciclón, con el éxito de ayer, sumó cinco puntos de los últimos 12 en juego como local. Igualó con Estudiantes (0-0) y Almagro (1-1) y cayó con Newell’s (2-1).
