

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.

Son casi 13.500 kilómetros los que separan a la ciudad de Tres Arroyos, en la provincia de Buenos Aires, de Riad, la capital de Arabia Saudita. Una distancia más que significativa. Una referencia en el mapa que proyecta lejanía. Un lugar en el mundo que poco tiene que ver con los usos y costumbres de estas tierras. Ese es el lugar que Eduardo Anzarda, de 54 años, eligió para su próximo desafío: ser el ayudante de campo de su compatriota Gabriel Calderón en el seleccionado de fútbol saudita y clasificarse para la Copa del Mundo de Alemania 2006.
Las vueltas de la vida que le dicen. Porque este hombre que nació en el barrio de Palermo y hace cuatro años está radicado en Tres Arroyos, donde consiguió el ascenso a la primera división con el Huracán local, ya prepara las valijas para emigrar a la exótica Riad. De los cafés y los asados a los palacios y el lujo. De las charlas de fútbol a las largas y blancas túnicas.
Todo sucedió muy rápido, en apenas 10 días cambió su rumbo en el fútbol. Apenas una llamada de Calderón y... "Cuando me habló Gabriel (por Calderón) y me dijo que su desafío era llegar al Mundial, ahí me imaginé estar en el Mundial de Alemania. La verdad es que sería un sueño que no pude cumplir como jugador", dijo Anzarda con la expresión de un chico lleno de ilusiones.
La mejor actuación en un Mundial en la historia del seleccionado saudita la consiguió un argentino, Jorge Solari, que alcanzó la clasificación a la segunda etapa y fue eliminado por Suecia en los octavos de final de EE.UU. ?94.
Es uno de esos entrenadores de los de antes, poco amigo de la tecnología. "No soy amante de las computadoras. Me voy a tener que poner más las pilas y empezar a aprender a usar el mail y todo eso. Además, voy a un lugar donde hay que hacer que los momentos libres sean más llevaderos", dice Anzarda, que como jugador vistió las camisetas de River, Real Madrid y Betis, entre otros.
Hablar de Arabia Saudita implica grandes posibilidades económicas. La cantidad de ceros en una cifra de un contrato es apenas un detalle. Anzarda es consciente de ello y no le escapa al tema.
"No tienen problemas económicos. El proyecto que les presentó Calderón era viable y el costo quedó en un segundo plano. Para mí es muy importante el tema económico, porque soy un técnico bajo (sic), no soy ni Passarella ni Menotti. No soy un entrenador que tenga tantas posibilidades como éstas. Ojo, que el dinero va a venir de la mano de lo que nosotros hagamos."
No será una tarea sencilla la que tiene este grupo de argentinos, ya que tras una mala actuación en la Copa Asiática en junio último, Gerard van der Lem fue despedido como seleccionador.
Anzarda viajará hacia su gran desafío. Su trabajo tendrá por delante, el mes próximo, la disputa de la Copa del Golfo Pérsico. Pero para el Chavo, como se lo conoce por estas tierras, será una experiencia única y no sólo en lo deportivo. "Tengo una sensación extraña. Soy un hombre de café, de barrio. De mucha reunión de amigos. Seguro que voy a extrañar eso. Hasta me pregunto: ¿qué voy a hacer en los momentos libres donde no conozco nada y no entiendo el idioma? Es más, tuve que firmar algunas cosas, como reglamentaciones del país, para respetar la religión y eso de que no aceptan la pornografía, las drogas, todo ese tipo de cosas", dice quien sumó horas de experiencia como DT de equipos como Chacarita, Platense, Atlanta y Huracán (TA), entre otros.
Está expectante y como sin tener demasiada noción de qué se trata este nuevo proyecto. Sabiendo que ya no habrá más cafés a la vuelta de una esquina o que no estarán los asados de Tres Arroyos en el taller de algún amigo.
-¿Te ves con una túnica?
- ¡No! Sabés lo que puedo parecer con una de esas cosas...

