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El bochorno y los incidentes se adueñaron del clásico que disputaron ayer, en José Ingenieros, Chacarita y Tigre, por la 15» fecha del torneo Clausura de la primera B Nacional. Los actos de violencia se produjeron antes, durante y una vez terminado el encuentro, y dejaron como saldo a siete simpatizantes heridos, tres agentes lesionados, 40 hinchas detenidos, tres móviles policiales destrozados y varios vehículos y locales comerciales con los vidrios rotos.
Los violentos antecedentes de los cotejos que jugaron Chacarita y Tigre hicieron que la policía catalogara al match de alto riesgo, y para ello se destinó a 450 efectivos para controlar la seguridad. El costo del operativo, según los dirigentes de Chacarita, ascendió a 28.000 pesos. Pero, otra vez, todo fue insuficiente. Una hora antes de comenzar el partido hubo un enfrentamiento entre hinchas de ambos equipos en la intersección de la calle Lope de Vega y la avenida General Paz. El choque duró aproximadamente 20 minutos y la policía actuó para dispersar, aunque no se produjeron detenciones.
Con el comienzo del encuentro las hinchadas también prosiguieron con las amenazas verbales y el intercambio de insultos. El nuevo estallido llegó con el gol de Tigre. Los plateístas de Chacarita arrojaron botellas al campo de juego y una de ellas impacto en la cabeza del futbolista Mariano Pasini, de Tigre, que debió ser atendido y le aplicaron un vendaje. El árbitro Cristian Faraoni suspendió el partido por cuatro minutos.
Pero los acontecimientos más graves se vivieron tras la conclusión del clásico. Mientras los hinchas de Tigre, cerca de 5000, se retiraban pacíficamente y festejando el inobjetable triunfo, los simpatizantes de Chacarita, todavía molestos con la actuación del equipo y la nueva derrota, intentaron abandonar el estadio para ir en búsqueda de los rivales. Los seguidores funebreros forcejearon y empezaron a arrojar proyectiles contra los policías, quienes repelieron la agresión con disparos de bala de goma y gases lacrimógenos.
Las corridas se sucedieron, y mientras algunos hinchas intentaban escapar, otros, los más violentos, buscaban todo tipo de elemento contundente -piedras, palos, botellas- para continuar la feroz pelea con las fuerzas del orden. Mientras, los dos planteles esperaban en los vestuarios para abandonar el estadio.
Uno de los hinchas heridos de bala de goma y una mujer con principio de asfixia por los gases lacrimógenos fueron atendidos por los médicos de los clubes.
Una vez más, un partido de los torneos de ascenso estuvo dominado por la violencia. Esta vez, fue el turno en el cotejo entre Chacarita y Tigre.

