El equipo en el que juegan barras y al que los rivales no quieren enfrentar por miedo

LA CORUÑA.- El fútbol portugués asiste entre el estupor y el debate a un tema que trasciende lo deportivo y para el que nadie encuentra de momento una solución. Canelas 2010 lidera la clasificación de una categoría local de Porto -como una 3era división española- tras ganar sus últimos 11 partidos por 3 a 0. Doce de sus trece rivales declinaron enfrentarse a ellos, prefieren perder por incomparecencia y pagar 750 euros de sanción antes que enfrentarse a un equipo en el que juegan integrantes de los Super Dragões, el principal grupo de ultras (barras) del Porto. "Sufrimos coacciones, los árbitros están intimidados y no escriben en las actas lo que sucede. Como no llega nada a los comités, nadie actúa", detalló Manuel Gomes, presidente del Grijó, uno de los equipos implicados, cuando a fines de octubre tras una reunión calificada en algunos medios lusos como "secreta", se tomó la determinación de aislar al Canelas 2010.

La liga transcurre y el Canelas transita imparable hacia el playoff de ascenso. Tendría entonces derecho a jugar la Copa y pasaría a estar inmerso en el fútbol profesional, un gran salto si se considera que la entidad apenas tiene cinco años de trayectoria. "Todo esto es una puñalada y nos entristece, pero ahora nuestro objetivo a es prepararnos bien y ascender", advierte Fernando Madureira, capitán del equipo y líder también de los Super Dragões.

A Madureira todos lo conocen como Macaco. Maneja un grupo de unos 5000 seguidores del Porto. "Me enorgullezco de tres logros: haber construido un nuevo estadio, finalizar el museo del club y que bajo mi mandato hayan nacido los Super Dragões", detalló Jorge Nuno Pinto da Costa, presidente del Porto desde 1982. Madureira, de 41 años, fue goleador en varios equipos de inferiores. "No podía ser profesional y faltar a los partidos por tener que alentar al Porto. Elegí los Super Dragões".

En el verano de 2012, recibió la llamada del Canelas y pidió que con él llegasen "unos amigos". Todo era normal hasta que en 2015 ya brotaron las quejas, hubo alguna incomparecencia y el 90% de los árbitros de la categoría en la que militaban se negó a dirigir sus encuentros. Ascendieron. "Los partidos se desarrollan bajo un clima de terror en el campo y en las gradas", apuntaron, casi siempre bajo anonimato, varios de sus rivales. "Ganan en base a amenazas y agresiones a jóvenes de 20 años, delante de árbitros y policías que no hacen nada", sostiene otro dirigente. "Comprendo a los referís, todos tenemos familia. También a los futbolistas. Nadie es profesional ni quiere comprometerse", completa.

La Asociación de Fútbol de Porto reclamó la presencia de refuerzos policiales en los partidos, pero en la red no cesaban de publicarse videos de episodios de violencia que implicaban a futbolistas o seguidores del Canelas 2010. "Están editados de manera tendenciosa. Nosotros jugamos con el alma. Esto no es ballet o natación. Hay motivaciones políticas", clama Madureira ante lo que considera un boicot.

Candal, el equipo que guarda más rivalidad con Canelas, es el único de sus 13 oponentes que no entra en esa decisión colectiva: jugarán el 15 de enero. Bruno Canastro, presidente del Canelas, dice: "Pagamos el precio de tener en el equipo a Madureira y a otros tres Super Dragões. Los demás lo usan como excusa. Tras los partidos, los rivales se acercan a él para sacarse selfies".

Canelas jugó su último partido oficial el 23 de octubre. Con la situación bloqueada y en pleno debate nacional, la revista Sábado propuso un cotejo entre Canelas 2010 y un equipo de periodistas y lo bautizó como "el partido del fair play". El gobierno portugués apoyó la iniciativa y en su representación, Antonio Fidalgo, un ex futbolista y DT, les dio una charla a los futbolistas sobre valores y respeto. Milton Ribeiro, técnico del equipo y amigo de Madureira, observaba. En la semana se supo que tendrá que cumplir un año de sanción por incitar a la violencia. Con él aún al frente, Canelas le ganó a los periodistas con una camiseta que exhibía un nuevo patrocinador y no el del local de striptease que lo auspicia habitualmente.

Juan L. Cudeiro