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El factor anímico y la mentalidad positiva, los puntos vitales en Racing para medirse con Independiente
El entrenador Diego Cocca hace hincapié en el cambio de actitud que la Academia muestra desde 2014, cuando volvió a ganar en el Libertadores de América después de una prolongada sequía
Son sólo unos cien metros los que separan a la cancha auxiliar de Racing del estadio Libertadores de América. Durante más de una década, cruzar la calle Bochini (ex Cordero) era como entrar en otro mundo para el plantel de la Academia, que pasa la mayoría de sus días entrenándose con el estadio de Independiente a sus espaldas. Más allá de esa familiaridad, los clásicos de Avellaneda en condición de visitante pasaban con derrotas, goleadas y bochornos. En noviembre de 2015, tras trece años sin alegrías en territorio rojo, se cortó la racha con Gustavo Bou como figura y Diego Cocca como estratego de aquella victoria por la Liguilla Pre Libertadores. “La actitud es fundamental. El temperamento es fundamental. Es un buen partido para probarnos ante un rival que juega muy bien. Sabemos lo que significa jugar allá, en su cancha. En su momento cortamos esa racha, vivimos esa alegría y fue algo inolvidable. Esta semana trataremos de transmitirle a los que no lo vivieron cómo es”, aseguró Cocca en la previa al clásico.
El factor anímico será fundamental en el choque del domingo. Así lo admitió el entrenador y también la mayoría de los referentes de este plantel que en los últimos años se hizo fuerte en este tipo de partidos. “Nos volvimos positivos y cambiamos la mentalidad. ¿Por qué nosotros tendríamos que ir a la cancha de Independiente a perder? Nosotros no podemos hacernos cargo de la historia de Racing: nosotros vamos de acá para adelante. Eso quedó bien estipulado desde 2014. Dijimos: ‘Hay que marcar una senda ganadora’. Y lo hicimos”, reconoció Luciano Aued al portal Goal.com. El artífice de ese cambio de mentalidad, coinciden en el vestuario, fue Diego Alberto Milito.
En una de las primeras charlas del ex capitán con el grupo dejó claro un concepto que sirvió como piedra fundacional: “En Racing se puede ganar, se puede perder o se puede empatar. Pero papelones ya no podemos hacer”. El ex delantero, a quien su ADN académico no le impidió estar al tanto de casi todo aun con la distancia entre Europa y Avellaneda, se refería puntualmente a algunas actuaciones de visitante en los clásicos, con goleadas en contra, expulsiones, vestuarios escandalosos y salidas en taxi del Libertadores de América. “Se ha cambiado la mentalidad. Sobre todo en el hincha, como para que el jugador se sienta más respaldado dentro de la cancha. Es lindo sentirse confiado, saber que uno puede ganar en esa cancha”, reconoce Ezequiel Videla.
“No sé si hemos aprendido a jugar los clásicos, pero sí hemos estado a la altura. En los últimos años a todos los equipos grandes se les ha vuelto muy difícil ganarle a Racing y eso nos pone contentos porque habla de lo que somos como equipo”, agrega Videla, que por primera vez en el campeonato jugará dos partidos consecutivos como titular. Aued, su compañero en la mitad de la cancha, coincide: “El historial todavía marca otra cosa, pero en el último tiempo hemos tratado de responder a la exigencia, de que estos partidos sean peleados como deben ser los clásicos.”.
Por eso, estos días previos se vivieron de otra manera en la mitad celeste y blanca de Avellaneda. Los recuerdos de las sonrisas de las últimas dos excursiones –aquella victoria por la Liguilla y el empate agónico del año pasado, con gol de Lisandro López, de chilena– contagian. Cocca es un entrenador que suele andar pendiente de las sensaciones y de las emociones. Por eso, el tema anímico tuvo su importancia en la semana. Aunque no tanto como el trabajo táctico: al entrenador le preocupa el desequilibrio que tiene Independiente en el uno contra uno por las bandas, que a su vez es uno de los déficits que ha mostrado su equipo a lo largo de este año.
La apuesta para lastimar, en tanto, pasa por el poder de fuego de sus delanteros. Gustavo Bou y Lisandro López formarán la dupla de ataque por primera vez en 2017. Licha y la Pantera son, justamente, los artífices de las últimas alegrías en el Libertadores de América. “Tuve la suerte de jugar varios clásicos. En la mayoría me fue bien. El que más recuerdo es el partido de visitante que jugamos por la Liguilla. Ahora que volvemos a jugar de visitante, se me viene todo eso a la memoria”, recordó Bou en una entrevista con el sitio oficial del club. Para el capitán, en tanto, el Rojo es su rival preferido. Hasta se permitió una broma en la conferencia de prensa de la semana pasada, cuando un cronista le consultó si con los últimos resultados ante Independiente habían dejado atrás la sensación que flotaba en otros tiempos en la previa a este tipo de partidos: “¿Cuándo fue eso? Yo la sensación que tengo del clásico es la de que son partidos especiales. No creo que lleguemos mejor, ni que ellos estén mejor que nosotros. Es un 50 y 50. Son partidos lindos, que a todo jugador le gusta estar”.
La ironía de Licha, buscando restarle importancia a un historial adverso, pinta la mentalidad de un plantel que en los últimos tres años se acostumbró a jugar este tipo de partidos clave, sean por clásicos, llaves de Copa Libertadores o por la definición del título. Es más: desde la intimidad admiten que este grupo le genera más confianza antes de un partido como el del domingo que en la previa de un choque menos trascendente, como pudo ser ante Quilmes o Temperley, en condición de visitante.
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