

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.

Dos de los grandes ciclos de la historia de River tienen un nombre y apellido que los distinguen. Entre 1985 y 1986, el equipo de Héctor Veira se volvió un punto de referencia único a lo largo de la vida millonaria: campeón local, de América y del Mundo, ningún otro plantel consiguió semejante logro hasta el día de hoy. Tres décadas después, desde 2014, el actual equipo de Marcelo Gallardo rompió el paradigma contemporáneo y consiguió un estatus de gloria internacional que nunca antes el club había experimentado: acumula siete títulos internacionales (además de cuatro locales) y, antes de su llegada, la vitrina en Núñez solo tenía cinco.
Así, en las últimas horas se disparó una fuerte polémica acerca de dos de los ciclos más importantes. Nery Pumpido, arquero, figura y referente de aquel histórico equipo de 1986, analizó: "¿Si el River del 86 fue mejor equipo que el de Gallardo? Creo que sí. Si vas a las individualidades, tenías varios jugadores campeones del mundo (con la Selección) más tres uruguayos que habían jugado el Mundial 86". Y luego sumó, en diálogo con Planeta 947: "En River muchas veces se olvidaron del 86 y para mí fue el mejor equipo de la historia. Se ganaron tres campeonatos en un año y antes existían campeonatos más importantes".

Veira llegó a River a mediados de 1984 y revolucionó el estilo de juego. Detallista al máximo, hizo cambios tácticos y de posiciones significativos (Enrique como volante por la derecha y Alfaro o Morresi como socios de Alonso). Con un estilo contragolpeador y con el resultado como principal objetivo, ganó el Campeonato 1985/1986, dio la vuelta en la Bombonera y conquistó la Copa Libertadores frente a América de Cali (2-1 en Colombia y 1-0 en Buenos Aires).
Pero el pico máximo de gloria se dio el 14 de diciembre de 1986. Ea misma actitud combativa y ganadora la llevó a Tokio para derrotar a Steaua Bucarest de Rumania en la conquista de la Copa Europea-Sudamericana. En tiempos de Hugo Santilli como presidente, el equipo inolvidable salía de memoria: Pumpido; Gordillo, Gutiérrez, Ruggeri, Montenegro; Enrique, Gallego, Alonso, Alfaro; Alzamendi y Funes.
Treinta años después, en 2014, llegó Gallardo y en pocos meses construyó una estructura que se volvió un equipo de época. "Vistoso, veloz, asfixiante y goleador", lo definió LA NACION a tan solo tres meses del inicio de su trabajo. Con variantes tácticas que le permitieron mutar los esquemas a lo largo de seis años, el Muñeco ganó 11 títulos y eliminó cinco veces seguidas a Boca en competencias internacionales, pero construyó una fuerte mentalidad competitiva, un marcado sentido de pertenencia y un espíritu de unión grupal que se fue trasladando a lo largo de los planteles.

Y allí radica un punto fundamental: pese a los golpes, River se ha sostenido en el tiempo, ha sabido cambiar de estilo y nombres en sucesivas oportunidades y por eso no tiene un solo equipo de memoria. Cuando tuvo que batallar, batalló. Cuando apostó a jugar, jugó. Y cuando pudo brillar, lo hizo al máximo.
A pesar de que los ciclos tienen estilos, duración y figuras disímiles, la comparación quedó sobre la mesa a partir de la frase de Pumpido. Pero el exarquero no está solo en su postura de defender el ciclo en el que participó: son varios los exjugadores de aquel histórico equipo de 1986 que ven una marcada diferencia entre el período de Veira y el de Gallardo.



