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El peregrinar de miles de hinchas de la Academia que abogaban por el final del gerenciamiento del fútbol de Racing culminó ayer tras una resolución de la Justicia. Ya no habrá más pedidos desesperados por la salida de la empresa ni manifestaciones de repudio al presidente de la firma en cuestión. El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 20 Secretaría 39, a cargo de Fernando Saravia, decretó ayer la quiebra de Blanquiceleste SA, y la consecuencia de esta medida será la disolución del vínculo entre la empresa y el club de Avellaneda, tras siete años y medio de relación entre ambas partes.
Además, el círculo se cerrará con la esperada resolución del juez Enrique Gorostegui, por la que se rescindiría definitivamente el contrato con culpa del gerenciador, tal como se lo había solicitado el interventor Héctor García Cuerva.
Esta resolución fue adoptada tras una denuncia efectuada por el empresario Karin Moisés Salomón Morinigo (el pedido fue elevado en diciembre último) en la que se reclamaron 317.000 pesos correspondientes a la transferencia del volante paraguayo Domingo Salcedo, que pertenecía a Cerro Porteño. Este pedido de quiebra estaba acompañado por otro similar, pero solicitado por el abogado Santiago Sluzewski Monti (el reclamo estaba vinculado con el pase del defensor Marcos Cáceres), representante legal de la entidad guaraní, aunque este último no pesó en la caída de la gerenciadora.
¿Cómo influye esta resolución judicial en el vínculo Blanquiceleste-Racing? De acuerdo con la ley de quiebras, todos los contratos que tiene la empresa gerenciadora quedarán sin efecto, por lo tanto, el que lo liga a la Academia perderá vigor. De esta manera, el club quedará efectiva y no provisionalmente, como hasta ahora por una resolución del juez Enrique Gorostegui, bajo el mando del órgano fiduciario, integrado por Eduardo Gilberto (contador), Carlos Ves Losada (abogado) y Néstor Bugallo (administrador de empresas). Funcionarios que estarán acompañados por el interventor García Cuerva.
Lo que ahora se espera es que el juez Gorostegui, que entiende en la quiebra de Racing Club Asociación Civil, firme la rescisión definitiva con culpa del gerenciador. Se entiende que con este último elemento el magistrado ya no tendría más argumentos para demorar la expiración del contrato que tiene vigor desde diciembre de 2000 y que finalizaba, en primera instancia, en diciembre de 2010.
Sin embargo, desde la firma que administraba el fútbol de la Academia se informó que se entrará en convocatoria de acreedores. Y casualmente el club de Avellaneda pasará a ser uno de sus principales demandantes. Es que la deuda que quedará entre ambas partes se estima que trepa hasta los 35.000.000 de pesos. Allí se contabiliza el pasivo que se generó en los últimos seis meses, cercano a los $ 15.000.000, la última cuota de la quiebra que se debe pagar a fines de este año, por $ 3.100.000, y los créditos que aún no fueron verificados, que, según se calcula, rondarían entre 15 y 18 millones de pesos.
En lo inmediato, la lista de interro-gantes parece interminable, ya que ahora se espera poder determinar cómo se pagarán las deudas que al club le generó Blanquiceleste SA. La idea del órgano fiduciario y el interventor García Cuerva es descontar estas obligaciones de los activos que posee la gerenciadora, es decir, de los porcentajes que comparte de los pases de los futbolistas. Sin embargo, el abogado de la firma, Claudio Levy, explicó que, si bien con la quiebra de la empresa ya no se administra más la actividad futbolística del club de Avellaneda, la firma puede disponer de sus activos sin problema alguno. Por lo tanto, el conflicto que demoró durante tanto tiempo la disolución del vínculo parece no haber terminado.
Sin embargo, la finalización del contrato del gerenciamiento parece que también es un deseo del presidente de la empresa, Fernando De Tomaso, que el viernes último le envió una carta documento a Racing Asociación Civil para pedir la finalización del vínculo, por incumplimiento del contrato. Al parecer -asegura-, el gerenciador entendía que no había sido respetado, tal como establece el acuerdo, su derecho a trabajar en el fútbol del club. La respuesta le llegó ayer: la solicitud le fue rechazada.
Quizá la frase que ilustra el momento que atraviesa la Academia y que muchos desearon pronunciar se reprodujo ayer a través del interventor García Cuerva, tras una reunión que mantuvo con Julio Grondona, en la AFA: "Blanquiceleste ha dejado de existir", parafraseando aquella expresión de la síndica Liliana Ripoll, el 4 de marzo de 1999, cuando la Justicia había dictado la liquidación de Racing. Toda una declaración.


