Las figuras de Lanús: qué le gritaron los hinchas de River a José Sand y lo que dijo Lautaro Acosta tras ganarse la parrilla
El delantero correntino celebró el gol con furia y jugó un duelo marcado por su pasado; el extremo sobresalió y hasta se ganó un curioso regalo por su desempeño
Fue una noche de esas que quedan grabadas para siempre en la memoria. Una nueva final, un nuevo título, un nuevo golpe a la historia. El pueblo granate sonríe y no para de festejar. La sexta estrella en la historia de un club que suma 102 años -tres de ellas llegaron en los últimos 250 días- se sostiene con un proyecto amplio y un líder como Jorge Almirón, pero con jugadores determinantes dentro del campo de juego que responden cuando hay que responder. Dos de ellos son José Sand y Lautaro Acosta, pilares de Lanús y figuras de la noche de la Supercopa Argentina en La Plata.
Para el "Pepe" fue un partido más que especial. Su pasado hace que cada vez que se enfrente a River, la tarde o la noche, según la ocasión, sea diferente. A pesar de su presente alejado de Núñez, la vida del delantero correntino está marcada por la institución millonaria. Llegó a la primera división como máximo goleador de las divisiones inferiores, pero tuvo distintos pasos antes de poder debutar. Fue a préstamo a Colón de Santa Fe, a Vitoria de Brasil y a Independiente Rivadavia de Mendoza. Hasta que el director técnico Leonardo Astrada decidió que forme parte del plantel profesional. Pero tras 11 goles en 57 partidos oficiales entre 2003 y 2005 y el título del Torneo Clausura 2004, Sand terminó yéndose sin pena ni gloria.
Luego, la historia se fue oscureciendo. En el Apertura 2007, ya con la camiseta de Lanús, el delantero visitó el Monumental y la gente lo silbó. Sand convirtió en la derrota 3-1 de su equipo y estalló: gritó furioso contra la popular y la platea, y se puso la palma en la oreja. Sus gestos hicieron que la relación se terminara de romper. "No te olvidés, no te olvidés, que a vos te dimos de comer", le recriminó la gente millonaria. A partir de allí, cada vez que el delantero se cruzó con la gente de River, la situación fue áspera.
Y ayer no fue la excepción. No bien salió Lanús a hacer el reconocimiento del campo de juego, los insultos y los silbidos desde la platea no se hicieron esperar. "Correntino, acordate que River fue tu casa y te dio de comer", le gritó un hincha cuando apareció desde el túnel del Estadio Ciudad de La Plata, mientras las tribunas recién empezaban a tomar color bajo una lluvia incipiente que terminó siendo diluvio. Luego, llegó un silbido generalizado. Pero Sand tenía una carta guardada. Jugó un gran partido, aguantó reiteradas veces la pelota para descargar hacia las bandas, generó peligro constantemente, batalló contra Jonatan Maidana y Lucas Martínez Quarta y coronó la noche con un gol de penal para sumar el sexto título de su carrera -tiene cuatro con Lanús, uno con River y otro con Al-Ain de Emiratos Árabes Unidos-.
No siento casi nada por River. Yo soy más de Lanús que de River
¿Su festejo? Desmedido, por cierto, pero con la furia que lo caracteriza: se sacó la camiseta, gritó desenfrenadamente y trabó el cuerpo frente a los hinchas millonarios, que le revoleaban todo lo que tenían a su alcance. Una incitación que podría haber sido sancionada con más dureza por el árbitro -Germán Delfino sólo le mostró amarilla por sacarse la camiseta-.
"No siento casi nada por River. Obviamente ellos me dieron mucho en Inferiores, debuté en Primera y pude salir campeón, pero yo soy más de Lanús que de River", había destacado Sand en la previa del partido. Luego, en la noche platense, no quiso hacer más declaraciones. Ya había hablado en la cancha.
Para Lautaro Acosta también fue una noche especial. Una vez más, volvió a convertir en un partido decisivo -ya le había marcado a San Lorenzo en el 4-0 de la final del Torneo Transición 2016- y sobresalió más que nunca, siendo la figura de la cancha. ¿Por qué se destacó? Porque aprovechó su velocidad para desbordar continuamente por el sector que cubrían Jorge Moreira y Camilo Mayada, quienes sufrieron los avances del Granate, porque presionó constantemente buscando la rápida recuperación de la pelota y porque cuando tuvo la situación concreta para definir, estampó el 1-0 con un derechazo imposible para Augusto Batalla.
"Estoy muy contento por la forma que se ganó porque el equipo respeta una idea de juego. Más allá de que enfrentamos a un rival de mucha jerarquía, nunca renunciamos a nuestro juego y por eso es merecida nuestra victoria", declaró Acosta tras el partido.
Es el séptimo título de su carrera: conquistó el Torneo Apertura 2007 con Lanús, la Copa del Rey 2010 con Sevilla, la Copa Argentina 2012 con Boca, y la Copa Sudamericana 2013, el Torneo Transición 2016, la Copa del Bicentenario 2016 y la Supercopa Argentina 2016 con Lanús. Además, también se coronó en 2007 en la Copa Mundial de Fútbol Sub-20 con la Selección Argentina y ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
En el cierre de los festejos, se dio una particularidad que hizo estallar de risa del propio Laucha y a todos sus compañeros. Debido a que una casa de comida rápida fue el principal sponsor de la Supercopa, el premio al mejor jugador del partido fue una parrilla. Y la ganó Acosta, que debió ponerse el delantal durante unos segundos y fotografiarse junto al curioso regalo.
"Esta es la oportunidad, es la excusa. Tengo la parrilla mía oxidada así que empiezo con esta", contó el futbolista de 28 años, quien agregó que no solía hacer asados y que a partir de ahora deberá hacerlos.
jpb/ae
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