Lautaro Martínez en Italia: madrugadas con Icardi, los consejos de Milito y un proyecto personal
Lautaro Martínez vivió en Bahía Blanca. También en las ciudades de Punta Alta y Olavarría, zarandeado por las propuestas laborales que recibía su padre, Mario, un lateral izquierdo que recorrió muchas canchas desde la Liga del Sur, los viejos torneos regionales y hasta la B Nacional. Lautaro ahora vive en Milán, "Milano", como dice él cada vez que cita a la metrópoli de la Lombardía. Vive en el centro, a poco más de diez cuadras de la residencia Mauro Icardi-Wanda Nara. Con el goleador, con el capitán de Internazionale, enseguida estableció un código especial. "Me ayudó mucho desde el primer día. Con la búsqueda del departamento, para entrar lo más pronto posible a mi casa y dejar el hotel donde me alojé los primeros meses. Me ayudó con las compras, me ayudó a entender algunas costumbres, me explicó de qué tenía que cuidarme. Mauro enseguida se puso a mi disposición. ‘Cualquier cosa, llamame. Tengo el celular siempre prendido’, me dijo apenas me conoció. Hicimos una gran relación, nos llevamos muy bien fuera del campo".
–Pero esa sociedad todavía no llega a la cancha.
–Solo es cuestión de tiempo y paciencia.
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Cuenta Lautaro que Mauro es un capitán siempre presente. "Ante cada jugador que llega, él como referente del equipo está a disposición para darle una mano. A todos. No lo hizo solo conmigo por ser compatriotas", apunta el 10. "Bienvenido Lautaro Martínez. Te deseo lo mejor en esta nueva etapa con estos magníficos colores. Abrazo de gol", escribió Icardi en su cuenta de Instagram, con la firma #MI9.
A poco de llegar Martínez a Inter, el rosarino le tendió una trampa. Fue el 22 de agosto de 2018, el día en que el exdelantero de Racing cumplió 21 años: con complicidad, los croatas Šime Vrsaljko e Ivan Perisic lo condujeron por un pasillo del club hasta un lugar en el que esperaba Icardi con un arsenal de harina, huevos y otros condimentos. En diciembre, antes de las Fiestas, en el cumpleaños número 32 de Wanda Nara, Lautaro y Mauro animaron la celebración con un karaoke que quedó en la memoria de todos los invitados. Las reuniones familiares son frecuentes también.
Cuando Internazionale juega como visitante, los futbolistas se concentran solos. Cuando juegan de local en el estadio Giuseppe Meazza, comparten la habitación. Lautaro y Mauro lo hacen juntos. "Algunas noches, si juega Racing, me quedo enganchado y Mauro se prende, sigue el partido, está al tanto de la Academia. Me parece que tenemos un hincha más...", bromea. La amistad está fuera de discusión, pero Icardi es de Newell’s.
La tutela de Diego Milito y los platos de su novia Agustina
Diego Milito convirtió los dos goles con los que Internazionale derrotó a Bayern Munich para consagrarse en la Champions League de 2010, en el estadio Santiago Bernabéu. Diego Milito es el manager de Racing. Lautaro Martínez reemplazó a Milito el día en que debutó en primera división, contra Crucero del Norte. De algún modo, sus vidas están entrelazadas. Por eso el vínculo no terminó cuando la Academia concretó una fabulosa transferencia. No. Milito llama semanalmente a Lautaro para escucharlo, para aconsejarlo, para calmarlo, para motivar al ‘Toro’, ese apodo que nació en la Casa Tita Mattiussi, la pensión académica, por ocurrencia de sus compañeros de entonces, el delantero Brian Mansilla y Santiago Reyes, un arquero de Mar del Plata que no llegó al fútbol grande.
En 2013 debutó en la primera de Liniers de Bahía Blanca, por la Liga del Sur. Tenía 15 años y ese día le hizo un gol a Puerto Comercial. En 2014 lo fichó Racing sin tomarle ni siquiera una prueba, convencido de su potencial. Entró en sexta división y cuando estaba en quinta ya lo citaron para entrenarse con los grandes. Convirtió 53 goles en 63 partidos en las inferiores de la Academia. En 2015 debutó en la A cuando reemplazó a Diego Milito. En 2016 llegó a la selección juvenil, ganó el torneo de L’Alcudia, fue el goleador y el mejor futbolista del torneo. En 2017, entre el Sudamericano y el Mundial Sub 20 marcó siete goles en 11 partidos. En 2018 tuvo el bautismo en la mayor, integró la lista de 35 premundialistas, marcó su primer tanto (ante Irak) e Internazionale lo compró por una fortuna. Cinco años sin pisar el freno. Parece que 2019 trajo el reposo. Quizá, solo por ahora.
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A los 11 años, Lautaro tenía el pelo por la cintura y era muy rubio. Él decidió cortárselo a los costados, pese al rechazo de Mario, su padre, que era el que le cuidaba la melena. Cuando debutó en la primera de Liniers, lo raparon. Y en la pretemporada inicial con el plantel principal de Racing, también lo pelaron. El cabello rubio no volvió más. Y Lautaro optó por mantenerlo muy corto a los costados. Con esas líneas dibujadas en la sien que requieren del pulso de un coiffeur.
Nada de gaseosas, nada de comida chatarra, una costumbre que traía antes del profesionalizado fútbol europeo. No mira mucho fútbol, pero sí se analiza él: se estudia en video después de cada partido. Confía en él, siente que los goles ya llegarán. Y con ellos, el festejo tan particular. ¿El emoji del señor de los brazos cruzados? "Es parecido, es cierto, pero en realidad representa mi logo, que hace referencia al toro, a los cuernos y a mis iniciales", detalla. Participa de la Serie A con el portugués Cristiano Ronaldo, con Dybala, el bosnio Edin Džeko, el italiano Ciro Immobile, el polaco Krzysztof Piatek y el croata Mario Mandžukic, entre otros, pero a Lautaro Martínez lo ha sorprendido su compañero Milan Škriniar, zaguero central eslovaco de 23 años.
Las vacaciones en Monte Hermoso, en Pehuen-Có o en Sierra de la Ventana pertenecen a un pasado no tan lejano. Cambió la vida de Lautaro Martínez. Ahora, solo a veces, pasea por el lago de Como, hace alguna escapada a Verona o recorridas por los centros comerciales de Milán. Sale poco, en realidad. Prefiere la intimidad de su hogar con su novia, la mendocina Agustina Gandolfo. La oficialización de la relación llegó en octubre del año pasado, en el cumpleaños de Isabella Icardi, la hija menor de Mauro. Agustina, en las redes sociales, comparte fotos de la pareja y, en ocasiones, algunos platos distinguidos que ella misma cocina para Lautaro.
Fuera de la cancha, Lautaro Martínez proyecta un compromiso social. "Quiero crear una fundación para ayudar a la gente que realmente lo necesita. En cada evento que había en Racing Solidario, me sumaba tanto a las actividades en los hospitales como en los comedores y en los hogares de niños o abuelos. En Bahía Blanca también; siempre trato de ayudar porque me sale de adentro. Y acá, en Inter, tengo mucho por aprender de Zanetti, por ejemplo. En Navidad, fuimos a repartir regalos en los hospitales de Milano y esa cercanía con los más necesitados siempre me moviliza".
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